ARTÍCULO QUE CITA A JOSE ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA).
Bartolomé Corredor recupera los Baños del Arenosillo, que se encuentran bajo el nivel del pantano, y reclama que se conduzcan las aguas de este venero hasta un lugar apropiado para ser utilizadas todo el año.
Bartolomé Corredor Lara, apoyado por gran parte del pueblo de Montoro, inició hace unos meses un proyecto personal de recuperar los Baños del Arenosillo, sumergidos bajo las aguas del pantano de El Arenoso en tiempos de lluvia. Debido a la sequía actual, los baños volvieron a quedar al aire libre y a surtir agua de su propio venero, que tiene un alto poder curativo para la piel. Corredor asegura que «el año pasado me acerqué al lugar porque tenía hongos en los pies y se me curaron, por lo que decidí limpiarlos y ponerlos nuevamente en valor, como hace 200 años, cuando los construyó la duquesa de Benamejí para uso de la humanidad».
Como el flautista de Hamelín, comenzaron a seguirle sus familiares, luego unos amigos y a continuación gran parte de los montoreños, que incluso le donaron elementos y materiales para mejorar los baños, que se distribuyen en dos espacios, uno para las mujeres y otro para los hombres. Bartolomé ha realizado este trabajo en sus ratos libres, de manera altruista y con el ánimo de «reflotar un lugar que siempre ha pertenecido al pueblo y a muchos ciudadanos llegados de todo el mundo para sanar».
Los Baños del Arenosillo se encuentran ubicados en una zona inundable del pantano de El Arenoso, por lo que Bartolomé, junto a un grupo de agricultores, se puso en contacto con el Ayuntamiento para solicitar que «estas aguas medicinales puedan ser extraídas fuera de la zona inundable con el objetivo de poder ser utilizadas de forma terapéutica durante todo el año». Comenta que «lo más fácil es hacer un pozo de sondeo para canalizar el agua hasta un lugar más accesible por todos, ya que cuando el pantano se llene dejaremos de usarlos al quedarse bajo las aguas». Este agricultor, muy sensible a este espacio, se muestra agradecido a sus paisanos, hasta el punto de que todo el proceso de recuperación de los Baños del Arenosillo lo ha recogido en su red social. Añade que «Manolo Calero vino con su máquina y allanó el acceso hasta aquí». Otros aportaron cal y cemento, y otros hasta un foco para iluminar el entorno durante la noche. Así que, el agua «milagrosa» de este venero no es para el riego sino para que, como se recoge en una gran piedra de molinaza de 1838, sea «en beneficio de la humanidad doliente».
Bartolomé Corredor asegura que, «junto a estos baños, nos han dicho que hay otros baños más pequeños, que están enterrados, para las personas con enfermedades infecciosas, para que no se mezclaran con el resto».
Por ello, ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, propietaria de este rincón saludable, que acometa los trabajos necesarios para poder devolver a Montoro las aguas curativas de este venero que yace bajo el nivel del embalse. Precisamente, mientras se recogían las declaraciones de Bartolomé, que se encontraba con dos de sus colaboradores, Agustín Barragán y Ángela Lara, y el cronista oficial de Montoro, José Ortiz, se acercó una familia con un hijo que tenía la piel afectada por granos típicos de la pubertad y llevaba ocho días yendo a los baños. Comentaron que «ya se le nota una mejoría y debemos venir durante un total de 21 días, que son los recomendados para sanar totalmente». Sin duda, se trata ya de un comentario popular, algo que llevaba tiempo sin producirse en esta localidad, y con el que solo pretenden que el agua vuelva a ser lo que fue.
FUENTE: https://www.diariocordoba.com/cordoba/2021/09/26/curativo-arenoso-57695256.html