POR MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETREL- PETRER (ALICANTE).
El pasado 6 de noviembre, en el Trinquet Municipal «Abelardo Martínez» de Petrer reunió a las mejores figuras del balón valenciano para disputar la final del Trofeo Vila de Petrer en su edición número XXXV, el trofeo más profesional Prestigioso de t él balón valenciano en la modalidad escalera y cuerda de la provincia sur de Alicante.
No era una final cada, ya que en el cartel no solo estaba anunciado el jugador local, que arrastró a todos los hinchas del Vall del Vinalopó donde quiera que va, Álvaro «Francés», junto a Santi. El cartel anunciaba la presencia de José Cabanes «Genovés II», hijo del mítico Paco Cabanes «El Genovés», quien estaba desaparecido desde hace unos meses y fue quien publicó el cartel diciendo que no hay entradas en el día de la inauguración de Trinquet de P Etre el año 1988.
Nuestra historia de hoy comienza unos días antes de la gran final que tuvo lugar el pasado sábado 6 de noviembre a las 6 p. m.
Petrer, un pueblo con una larga tradición valenciana de más de 400 años, siempre ha tenido grandes jugadores y sobre todo fanáticos maravillosos, uno de ellos Abelardo Martínez, que desde el año pasado da nombre a nuestro Trinquet. Abelardo estaba esa noche cuando el trinquet fue inaugurado y sigue viniendo cada tarde del partido para ver la pelota rodar dentro de las cuatro paredes.
El martes 2 de noviembre, Abelardo tenía programado someterse a una cirugía de cadera (cadera), pero eso no le impidió que la semana anterior afirmara que estaría en su lugar habitual el día de la final aunque no sabía cómo hacerlo. Pero la realidad era bastante diferente, los jugadores estaban siendo presentados minutos antes del inicio de la final, ovotados por un estadio lleno de aficionados que no querían perderse la fecha, pero Abelardo no estaba al lado de la cuerda, que se fue, era hora de seguir la juego por Teléfono desde la casa.
Dejaremos un momento a un lado de esta anécdota para resumir el gran partido ofrecido por los cuatro jugadores, en el que el equipo de «Genovés II» y Nacho comenzó perdiendo por 15-25 pero rápidamente reaccionó y colocó el marcador 45-30 a su favor en el Val n Et. Pero el jugador local no había dicho su última palabra, hizo un recital de partido para recuperar el partido y finalmente se llevó el trofeo Vila de Petrer para gran alegría de todos sus aficionados después de más de dos horas de partido.
Los aficionados abandonaron las instalaciones y la sede del club, algo común en la última década, y se había hecho más tarde. Esta nunca ha sido la regla en la pelota, ya que al final del partido, los aficionados estaban esperando a que los jugadores salieran de los camerinos, ya que estos se dejaron con los fans para charlar, antes de subirse a sus coches y hacerse eco de la mayor parte de la a cien kilómetros que los separaban de sus hogares.
Ese sábado, una docena de aficionados esperaron a los jugadores, y estos, a pesar de perder una final con un resultado muy amargo y sumado a las horas que estaban, se quedaron para regalonear a los aficionados que aún no habían ido a una charla sobre piloto, comentando el partido, conti anécdotas, sensaciones, recordando a la afición que ya no estaba y sobre todo saboreando ese momento de armonía y compañía que hace que la pelota sea única.
En ese momento José «Genovés II» pidió extrañamente no verlo donde estaba Abelardo, y tras saber lo que había sucedido, preguntó a los fans si podían decirle dónde estaba su casa. Y sin pensarlo dos veces, llegó tan lejos. En ese momento, el nieto de Abelardo fue encontrado explicando y describiendo cada detalle del partido.
Abelardo, al explicar este gesto que tenía «Genovés II», me dijo: «Y mientras él y yo comentábamos esos caprichos de la pelota que a veces te da y otras te despiertan golpea la puerta y aparece «Genovás ll», que había oído hablar de los míos recuperación y no Quería volver a casa sin verme. Yo, cuando lo vi entrar en mi casa, sentí una gran alegría de que si tuviera alas, hubiera llegado al cielo, donde está su padre. Es necesario tener un gran corazón, carisma y humanidad para tener la bondad de recordarme, esto solo lo puede hacer un verdadero «CABALLERO DEL FAIX ROJO».
A mí, emocionado y con lágrimas en los ojos cuando me dijo, lo único que tengo que hacer es decir: «Si el padre es músico, el hijo es bailarín» o como dice el proverbio español «De tal palo, tal astilla. «Genovés II, eres un digno heredero de tu padre, una persona querida por todos.
Arriba la pelota y buena gente.