POR MIGUEL ROMERO SAIZ, CRONISTA OFICIAL DE CUENCA.
“Glatulor autem tibi, quod felicior fueris…”. Esta frase en latín me sirve para felicitar con toda mi sinceridad a un “buen hombre” que cumple con su trabajo dignamente, que tuvo que superar un momento trágico de salud y que sigue siendo, entrañable, generoso, dicharachero y amigo: Manuel Laguna Cencerrado.
Dice mi maestro Paulo Coelho que “un guerrero responsable no es el que coloca sobre sus hombros el peso del mundo, sino aquel que aprendió a luchar contra los desafíos del momento” y ese es el vivo ejemplo de este alcazareño, o -manchego como dirían sus paisanos- que lleva en Cuenca muchos años como responsable de la Comisaria Provincial del Cuerpo de Policía Nacional, que comparte sus experiencias con quienes estamos a su lado y que, junto a un grupo de atrevidos gastrónomos, forma parte de esa Tertulia El Garbanzo donde buenos guisos y amigables partidas de mus, confraternizan buenos momentos de mesa y sobremesa y que sirven para unir amistades y como contrapartida, paliar asperezas, diatribas políticas, ambiente social poco estable y situaciones profesionales que a veces no son ideales en su ejecución.
Desde que llegó a nuestra ciudad, allá por el 2010 como Comisario Provincial hasta el 2018 en que fue nombrado Comisario Principal ha ejercido con toda su capacidad y buen ejercicio su responsabilidad. A sus espaldas mucha experiencia desde su entrada en 1980, destinado en San Sebastián, Pozuelo y Madrid y luego como jefe de brigada de información en Madrid.
Y ahora, nuestro particular homenaje –especialmente el mío con estas palabras- viene por ese ascenso merecido que le ha elevado a la Jefatura Superior de Policía de La Rioja y de esa manera, auguramos una etapa feliz para quien ha compartido con nosotros amistad y bonhomía, recordando aquellos 63 días ingresado por el COVID, la mitad en situación de coma, como una muestra más de su capacidad, sacrificio y tenacidad, valores que le acreditan como ese “buen hombre” que sabe hacer y dejar hacer en su caminar diario.
Y es que es verdad, amigos, porque “el hombre nunca puede parar de soñar, de mirar hacia adelante, de mejorar en su estatus y en su formación. El sueño debe de hacerse realidad ya que es el alimento del alma, como la comida es el alimento del cuerpo”. Y es que nuestro apreciado grupo de la Tertulia El Garbanzo tiene un camino marcado: hacer y dejar hacer; compartir y sentir amistad; recrear el espíritu y aderezar el estómago; hablar para aprender; soñar para ilusionar. Por eso, cuando uno del grupo se marcha, duele y se siente cuando ha sido por pérdida material o muerte (nuestro recuerdo cercano a Félix), pero cuando es por mejorar en su profesión, en su familia o en su camino de vida, como es el caso de Ángel María Cantera y ahora, Manuel Laguna, todo es alegría y aplauso, ofreciendo calor a otros que vendrán y querrán compartir estos mismos valores o ideales.
Sea pues, nuestro particular homenaje por ese merecido ascenso, amigo Manuel, acuérdate que Cuenca está aquí y que siempre te recibirá con los brazos abiertos, tanto como tú bien mereces. Glatulor.
FUENTE: https://eldiadigital.es/art/384295/glatulor-por-miguel-romero-saiz