POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZACATECAS (MÉXICO).
Triste realidad… Y un muy triste final.
Murió a las 9 de la mañana el 20 de enero de 1913 en la más completa soledad, el acta de defunción dice que lo mató la enteritis aguda, yo creo que lo mató la tristeza; su amado y único hijo había muerto y su esposa lo había abandonado cansada de la pobreza.
Los vecinos de la vecindad de Tepito donde vivió hasta su muerte, lo velaron en su cuarto y se cooperaron para comprar un cajón para poder enterrar a Don Lupe.
El 21 de enero, en una humilde carreta jalada por dos mulitas, llevaron su ataúd al Panteón de Dolores donde fue enterrado en la clase 6 del panteón, de manera gratuita; después de 7 años sacaron sus pobres huesos de la tumba y los arrojaron a la fosa común, ahí se convirtió en una calavera más del montón el magnífico grabador, ilustrador y caricaturista mexicano: José Guadalupe Posada.
Seguramente ahí se encontró a más de cinco calaveras garbanceras.
Nació el 2 de febrero de 1852, en Aguascalientes, cuando esa ciudad todavía pertenecía al territorio del Estado de #Zacatecas.
Texto: Historias de tierra sagrada, mi México