POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
Esto de las sopas de ajo, de su receta y del poema que ayer cité, «trae cola» . Se lo comento.
! Oiga, me dijo un antiguo alumno, cuéntenos la historia de ese poema que ya una vez nos la comentó en clase!.
Satisfago su curiosidad.
Ventura de la Vega, hijo de un militar leones destinado en Buenos Aires, cuando Argentina era colonia española, se educó desde muy niño en Madrid. Persona muy inteligente destacó como político, escritor y «bon vivant» (que dicen los franceses) llegando a ser Académico de la Lengua, secretario de la Reina Isabel II y no sé cuántas cosas más.
Estando casado con la celeberrima cantante de ópera Manuela Oreiro de Lema (1818-1854) asistió con su mujer en enero de 1845 a una cena en casa de su amigo (también político y escritor), Patricio de la Escosura (1807-1878)
y a los postres (copetus tras copetus) redactó el poema a las sopas de ajo, al que prestó su música, en 1862, el maestro José Maria Casares.
«Dicho esto», expresión muy usual en ese gran programa cultural de «destrozamatrimonios», vayamos con las recetas.
Miren ustedes, las sopas de ajo son un manjar humilde nacido del aprovechamiento de sobras, en este caso el pan asentado de varios días. Estas sopas, en su sencillez, solamente vexugen agua, ajo, aceite, pimentón, sal… Y pan. Un buen pan de hogaza y unas manos hábiles con calor de hogar.
«Otrosi digo», que es expresión de abogacía. Como las sopas de ajo son comida extendida por toda España, cada región, cada pueblo y hasta cada familia tienen su secreto, su toque, para este plato. En algunos casos serán especias (laurel, comino, perejil, guindilla…) en otros, algún embutido (chorizo, longaniza..) o salazón (jamón, panceta,…) y, frecuentemente, huevos que escalfan en la misma sopa antes de servirla.
CÁNDIDO, el famoso cocinero segoviano, en su libro LA COCINA ESPAÑOLA (Plaza Jane’s SA. Barcelona 1979) se inclina por el jamón magro picado y el comino.
AVELI SERRANO, en CIEN GUISOS POPULARES Salmantinos (Salamanca 1989), aboga por el chorizo ; mi amigo el profesor y escritor leonés FRANCISCO ÁLVAREZ VELASCO me confiesa que en su pueblo natal, Cimanes del Tejar, se decanta por un majado de ajo, pimentón, perejil y laurel sofrito ven aceite, y CAROLINA ROS, médica malagueña y colunguesa de vivencia, aconseja utilizar para la coccion caldo de ave (gallina o pollo) o de carne en vez de agua.
Un servidor de ustedes, para no discutir, les recuerda esta copla, sea cual fuere la opción que elijan :
Cosa esta última muy importante pues así lo testimonia el refranero :
» El que buena cara tien, como quiera paez bien».
Ya lo saben y lo decíamos ayer : «Sopes y buen vino, hacen camino».
NOTA. – Fotografía de sopas castellanas, tomada de Internet ; y portada de los dos libros citados
Pinchen por separado en cada una