PROGRAMA EN EL QUE HA PARTICIPADO EDUARDO JUÁREZ VALERO, CRONISTA OFICIAL DEL REAL SITIO DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA).
Las víctimas de la caza de brujas podrían ser homenajeadas en las calles de los diferentes municipios catalanes si prospera la moción propuesta por el Parlament.
El Parlament de Cataluña busca reivindicar la figura de las brujas que fueron quemadas en Cataluña durante el siglo XVIII mediante una moción que, de salir adelante, emplazará a los ayuntamientos catalanes a incluir los nombres de las víctimas en el mapa callejero de los diferentes municipios de la comunidad. El historiador y profesor de la Universidad Carlos III, Eduardo Juárez, se ha asomado a La Ventana para valorar la propuesta.
La persecución sufrida alrededor del globo por estas mujeres, que en su mayoría trataban de buscar la solución a una enfermedad o un mal, es para Eduardo Juárez, un fenómeno con una “profundidad histórica asombrosa” que se sucedió, en su momento, por un “cúmulo de factores”. “Es en las pequeñas zonas locales donde salta la chispa y se genera una histeria colectiva que va prendinedo en la comunidad y va ajusticiando y provocando esa insensatez”, ha explicado.
Sin embargo, esa caza de brujas, de la que se estima fueron víctimas más de cincuenta mil mujeres, no se sucedió en todos los territorios. Su proliferación dependía de la situación de la zona. “Hubo un claro cambio con la epidemia brutal de la peste negra en el siglo XIV”, ha reconocido Juárez. El papel del fundamentalismo religioso en la definición de las comunidades, el misticismo y el desconocimiento fueron también, según el historiador, factores determinantes que alimentaron la histeria colectiva. Las víctimas de esta persecución fueron «diez veces más que las de la Inquisición española», ha reconocido Juárez.
La singularidad de Cataluña
En Cataluña las brujas no eran quemadas como en el resto de regiones en las que se sucedía este fenómeno, sino ahorcadas. Estas mujeres eran juzgadas por los tribunales y procesadas por la justicia secular. Las acusadas de brujería eran castigadas en régimen de delincuentes comunes. “Lo importante es saber por qué hubo estas persecuciones, por qué estas mujeres experimentaron esta presión”, ha advertido el profesor. Las estimaciones de los historiadores refieren más de cuatrocientas víctimas solamente en Cataluña.
La propuesta del parlamento catalán, que aboga por reparar y dignificar la memoria histórica de estas mujeres, podría terminar por otorgar los nombres de las brujas a diferentes calles como homenaje. Una iniciativa que, según Juárez, puede servir para explicar la barbarie que supuso para miles de mujeres: “Lo más importante es potenciar la razón sobre las creencias”.