POR MIGUEL A. FUENTE CALLEJA. CRONISTA OFICIAL DE NOREÑA (ASTURIAS).
Noreña es uno de los pueblos hermanados con El Burgo de Osma, gracias a las jornadas rito-gastronómicas de las matanzas, del Virrey Palafox. El cronista oficial de Noreña, Miguel A. Fuente Calleja, recuerda en este artículo el origen de hermanamiento y demanda un nuevo reconocimiento para Gil Martínez Soto.
En muchos pueblos, el conseguir el hermanamiento con otros de características similares, bien sea en costumbres, afinidad en la industria o similitud con entidades culturales o profesionales, sirven para extender la propia cultura local y darla a conocer en otros confines que no tienen porqué relacionar las características comunes de quien promueve el encuentro.
Siempre existe algún motivo justificado para promover dichos acercamientos con la voluntad de los promotores, asociaciones culturales o las propias corporaciones.
En Noreña lo intentamos al poco de crear la Orden del Sabadiego, pues un año después – en 1990- ya contactamos con los organizadores de las jornadas matanceras más famosas de toda Europa. Un par de cartas al entonces cronista oficial soriano Miguel Moreno mantenedor asimismo del “mantenimiento de la tradición” y a partir de ese momento, en cuanto aceptaron pasásemos a formar parte de tan cerdil familia, supuso el despegue de nuestra asociación. Antes hubo necesidad de pasar la reválida que nos imponía nuestro propio ayuntamiento. Las dudas les surgían por todos los sitios, al haber dos políticos de distinto signo la desconfianza era general y las trabas se multiplicaban de continuo. Era desesperante.
Designada la fecha del acto de hermanamiento y siempre contando con la complicidad de Gil Martínez Soto, pusimos en marcha, nunca mejor dicho, a toda la corporación, a dos grupos folclóricos reñidos entre sí, los ocho miembros fundadores de la entonces juvenil Orden y muchos vecinos, pusimos rumbo a la histórica ciudad castellana y realizamos el esperado acto oficial con el alcalde Javier Gómez en el salón de sesiones del municipio, las dulzainas y nuestras gaitas calmaron el nervioso ambiente y el difunto Miguel Moreno resaltó con una bella y sentida intervención el motivo del encuentro refrendado por la tradición burgense con las fiestas de la matanza y la tradición chacinera de Noreña.
Estábamos en una nube máxime viendo la relación de los pueblos que nos precedían en los diferentes hermanamientos: Guijuelo, Candelario, Ledrada, Vich, Jabugo, Ólvega y así hasta 12 pueblos de profunda relación con la industria cárnica. Para nosotros, este reconocimiento popular fue el espaldarazo definitivo para las sanas intenciones – o eso creíamos nosotros- de la Orden del Sabadiego, además de rescatar el embutido del mismo nombre que había pasado al rincón de los olvidos, fuimos reconocidos como “Mejor cofradía española” en el año 2007; Antena de Oro a la gastronomía por la Federación de Radio y Tv; Matanceros en Guijuelo, Matanceros en Candelario, Albariñenses de Honra y así más de una veintena de reconocimientos que sirvieron para ir animándonos en la tarea que nos habíamos marcado sin caer en la autosuficiencia que produce el orgullo. Todo lo contrario. Con los pies en el suelo sabemos lo que nos costó llegar a esta cota, con un defecto notable: no supimos explicarlo a las mentes retorcidas que parecían seguirnos a todas partes.
Hoy, cuando dejamos atrás la treintena de años ejerciendo de Caballeros y embajadores oficiosos de nuestro pueblo, recordamos con cariño aquellos primeros pasos precisamente en Burgo de Osma, escanciando sidra en la plaza de la Matanza delante del hotel Virrey original, el frío que pasamos en aquellas latitudes que contrarrestaban con el cariño de los Martínez Soto, los anfitriones, cada uno con su labor disfrutando del éxito de llevar a cabo casi 50 años matanceros, de lo que se beneficia todo el pueblo de continuo. Considero que todos lo saben, no sé si los gobernantes sorianos son conscientes de ello, pero son quienes han puesto a Burgo de Osma en el más cotizado mapa gastronómico español. El no conceder el nombre de una calle o una plaza a un vecino que está en posesión de una Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo o de una Medalla de Plata al Mérito Turístico da mucho que pensar para la ecuanimidad y alcance de los políticos.
Fdo: Miguel A. Fuente Calleja. Cronista Oficial de Noreña