AUGUST LUDWING VON SCHLÖZER, ILUSTRADO ALEMÁN, VISITA LA CAROLINA EL AÑO 1778 (1)
Feb 26 2022

POR FRANCISCO TUBIO ADAME, CRONISTA OFICIAL DE FUENTE PALMERA (CÓRDOBA).

Schlozer Ludwig von de agosto 1735/1809 historiador aleman retrato grabado siglo 19

Para Javier, mi nuevo nieto, para el que pido la protección de la Purísima

“Sierra Morena, región absolutamente inculta desde hace varios siglos, aún no había sido atravesada a no ser temblando hace algunos años. El asustado viajero marchaba por allí en medio de precipicios, y corría a cada paso el riesgo de ser presa de los bandoleros o de los animales feroces. Si se hubiera apartado del llamado gran camino que le conducía de Madrid a Cádiz, apenas habría podido abrirse un sendero estrecho a través de los bosques , las rocas o la maleza. La tierra a lo largo de 15 ó 16 leguas, no le ofrecía ni una sola producción, que pudiese satisfacer sus necesidades o al menos recrear sus sentidos. 

El suelo, cubierto de guijarros o de musgo, apenas dejaba escapar algunas briznas de una hierba marchita, que nunca habían servido de lecho a los pastores ni de pasto a los rebaños. La misma verdura de los árboles tenían algo sombrío, los pájaros de presa venían a posarse sobre ellos en bandadas y sólo los ciervos y los ganados tenían afecto a esta umbría. Tal era aquella vasta cadena de montañas que separan dos de las provincias más fértiles de España. Era después de esta prueba cuando al salir de las llanuras de la Mancha famosa por sus vinos y sus trigos, nos introducimos en esa Bética tan celebrada por los antiguos y bajo el nombre de Andalucía no era menos exaltada por los modernos”.-

De esta manera iniciaba la carta de su paso por las Colonias de Sierra Morena , girada en julio de 1778, el ilustrado August Ludwing Schlözer (1735-1809), elevado a la nobleza en el año 1802 con el título de “von” (barón) (2).

Historiador y publicista, fue nombrado miembro de la Academia de San Petesburgo el año 1765, ciudad de la que era Catedrático. Más tarde en 1769 obtuvo la cátedra en la ciudad de Göttigen.

Es el más importante publicista de la ilustración alemana. Su Historia Universal se publicó en varias ocasiones entre los años 1772 a 1801. El viaje de Sierra Morena que analizamos forma parte de sus cartas que eran el resultado de una correspondencia internacional que llevaba a cabo con gente de la “Aufklärung” ( Ilustración). Su paso por las Colonias coincide con el ocaso del superintendente Pablo de Olavide, a quien defiende como veremos más adelante. En su relato apreciamos a unas nacientes Colonias con toda su problemática y de las que von Schlözer de su visión particular de los hechos y personajes que intervienen.

La literatura, en la que se nos cuentan estos viajes, es un género que estaba de moda por aquella época de finales del siglo XVIII y que constituye una fuente de información de máxima importancia para conocer los sucesos acaecidos.

Sin embargo, y pese al interés que tiene los relatos, entre ellos el que vamos a analizar del barón Schlözer, poseen sus limitaciones, entre las que podemos indicar: el desconocimiento de un país que no es el suyo; el valerse, con frecuencia, personas nativas que les narran sucesos a su manera y las distintas concepciones del viajero ilustrado con las del viajero romántico.

No obstante, según Gómez de la Serna, los viajeros ilustrados entre los que se encuentra el catedrático alemán, persiguen un fin fundamentalmente utilitario, por las siguientes razones: 1ª. Observar atentamente la realidad. 2ª Ejercitar frente a ella el arte de pensar.

3ª Desprenderse ante ella del perjuicio que el viajero lleva consigo, procedente de su mundo originario. 4ª Dirigir la atención a lo verdaderamente útil y no a lo que llama al mero pasatiempo, la frivolidad o al placer. (3)

Voy a plasmar con sus palabras cómo ve a los personajes y a las naciente Colonias a lo largo de su estancia de dos días y medio en las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena:

Rey Carlos III

“ Sin embargo aquella especie de maldición, a la que parecía abocada la región de Sierra Morena no debía de ser eterna. Incluso es ,muy probable que su completa esterilidad no se remonte más allá de la expulsión de los moros, podemos citar como apoyo a esta conjetura las medallas y monedas que se encuentra a menudo bajo el arado o bajo la reja de los nuevos labradores. Sea como fuera estaba reservado al reinado activo y bienhechor de Carlos III, el convertir a esta región o devolverla a su primera fertilidad, así como se ocupa con éxito en devolver a su antigua energía a una nación que el cielo ha destinado a extender su gloria sobre uno y otro hemisferio.

Ya varios buenos ciudadanos habían propuesto el desmonte de Sierra Morena, pero su proyecto había fracasado contra una multitud de obstáculos.

No hay que concebir por eso una idea desfavorable de ese país España, no es el único donde se experimentan dificultades cuando se requiere hacer el bien. Pero en cambio allí se encuentran tanto como en otras partes almas fuertes que no se dejan desalentar por nada. Cuando se trata de trabajar por la felicidad de los hombres y por la gloria de su país; para quienes, por el contrario, los obstáculos son un vehículo de más; quienes alimentados por la reflexión, por la lectura y los viajes se han convencido de un tierno cariño por sus semejantes, por muy ingratos que sean para la mayor y aunque a menudo después de muchos esfuerzos para volverles felices, no se recoge otro punto que su odio”.

Del Superintendente Pablo de Olavide.

“ Tal era el alma del Sr. Olavide, encargado por el gobierno español del nuevo establecimiento cuyo proyecto había recibido, de este hombre que había llegado a ser más célebre aún por sus desdichas, de lo que no lo era anteriormente por su genio, su actividad y su talento. Extranjero en una nación que no conocía aún bastante para atreverme a juzgarla, al alcance de un soberano del que todo me garantiza la bondad, la dulzura, la justicia, no pondré ni siquiera en duda si el señor Olavide mereció la desgracia. No examinar, su poco respeto por los preceptos exteriores de nuestra religión justamente le atrajo la furia de un tribunal encargado de vigilar su conservación. Si el legislador de Sierra Morena tiene para él su sabiduría, sus éxitos, su reputación, sus amigos ilustrados y virtuosos, tiene contra él, los reproches de algunos jueces imparciales. La desgracia de un príncipe que no desearía encontrar nada más que seres buenos como él. Y que cree difícilmente en los culpables, en una palabra los procedimientos de un Tribunal, terrible a decir verdad, pero del que he oído más de una vez atestiguar la equidad y la moderación por los testigos más sospechosos y viene a cuento de aplicar lamentándose por este Hipólito, el verso de Racine: “Je le croix criminal, puisque Vous L´accusés ( Lo creo criminal, puesto que vosostros le acusáis)

Afortunadamente no necesito el testimonio de los demás para creer en sus luces y en su actividad para el bien. Todo lleva la huella de él en La Colonia, de la que él es el fundador. Me he convencido de ello con entusiasmo y desearía con entusiasmo y desearía comunicar este sentimiento a todos mis amigos y a toda la humanidad.

Declaramos a Pablo de Olavide, un hereje formal y un apóstata de nuestra Santa religión. Le condenamos a estar encerrado ocho años en un claustro, los cuatro primeros, a fin de que se le enseñe el catecismo, desde el padrenuestro hasta el último artículo de fe; y en los ocho años que ayune los viernes a pan y agua, que diga todos los días La Corona( es decir, siete avemarías con el rosario) a la Santísima y un credo, si puede de rodillas. En el lugar de San benito, del que se dispensará, llevará toda su vida un hábito de paño ordinario, color de paja. Será privado de todos los honores del reino; irá siempre a pie y será desterrado a perpetuidad a veinte leguas de la Corte, de las Casas Reales, de Córdoba, Sevilla, Lima y de los lugares donde haya vivido. Hará ejercicios espirítales y no leerá otros libros que las obras del hermano Luis de Granada”.

Del enganchador Thürriegel

“Se trataba en primer lugar de atraer a esta tierra inculta brazos laboriosos que, destruyendo aquella guarida de bandoleros la convirtiera en propia para ser habitada por los hombres por hombres felices. Algunos ciegos, pues no me atrevo a decir algunos malvados, enemigos natos de todas las novedades , sobre todo cuando ellos deben producir el bien, objetaron primero que el suelo de Sierra Morena no era propio para el cultivo; árido y arenoso, ningún manantial, ningún arroyo lo regaba, decían. Y sin embargo, la verdad que he comprobado por mí mismo, es que las aguas abundan allí por todas partes. Tuve el gusto de seguir a pie el curso de varios arroyos sombreados por árboles verdes y tupidos que, a pesar de la negligencia de los nacionales, presagiaba los tesoros que esta tierra encerraba para los que tuvieran el coraje de solicitar se seno.

 Numerosos manantiales no esperaban para ofrecer sus aguas mas que el momento en que el arado llegara hasta ellos a través de algunos pies de tierra. Sumergidas durante varios siglos, refrescaban inútilmente las entrañas de aquella tierra que se creía ingrata y que no estaba nada más que descuidada. Ahora riegan praderas, jardines y abrevan a cultivadores . No hay ni uno que no tenga al menos un pozo en el cercado de su pequeña heredad. Primeramente el gobierno le dio el ejemplo . Hizo algunos y propuso recompensas a quienes siguieran ese modelo . Aquella ley dulce, de la cual el interés sacó provecho no fue eludida. La nueva Colonia le debe en gran parte su fertilidad. En cuanto a los brazos que debían echar los cimientos de ella, la misma España, a pesar de estar más poblada de lo que se cree en el resto de Europa no tenía para proveer. Fue preciso echar mano de los países extranjeros. Un bávaro, el señor Rurriegel ofreció al Gobierno español procurarle 6.000 almas. Se le concedió en consecuencia una Cédula Real que asegurara ventajas a los extranjeros que vinieran a establecerse en Sierra Morena. Se les prometía una casa, instrumentos de labranza, cierta cantidad de ganado, anticipos en granos e incluso dinero. Provisto de aquella Cédula el Thürriegel recorrió Francia, Alemania, sobre todo la Lorena y las dos riberas del Rhin. El deseo de hacer prosélitos le llevaron a una gestión que podía comprometer el nombre del Rey Católico y que ene efecto dio, materia para quejas. Se permitió hacer imprimir unos carteles en los que exageraba las ventajas que prometía aquel monarca. 

Bastantes colonos, que miraban a aquel especie de reclutador como el fiel interprete de las intenciones de su Majestad Católica , no encontrando completamente lo que esperaban, se dedicaron a murmuraciones que ni la dulzura ni la serenidad han podido aún apaciguar. Hubo incluso una fuerte sedición, cuyo autor principal ha sido alejado de las Colonias, un capuchino alemán ( se refiere a Fray Romualdo de Froburgo), al que un celo exagerado por la religión y por la patria había llevado a intrigas y armado contra el desgraciado jefe de La Colonia. Actualmente el descontento se reproduce por quejas” (4).

Palabras de la estancia en las Colonias de “von Schlözer”

“ Me he encontrado confidente de varios aprovechando los conocimientos que tengo del idioma alemán, pero he llegado incluso a comprobar el poco fundamento que tienen las quejas en descargo del gobierno español.

Estoy convencido de todo eso por examen imparcial. Puedo decir que he escuchado a las dos partes, durante dos días y medio y me encontrado como su interprete. La mayor parte de las quejas que formulan los alemanes son exageradas . Varias se han encontrado totalmente falsa. Hay que querer bastante sinceramente a sus semejantes para ocuparse en hacerles el bien después de semejantes ejemplos”

Los problemas religiosos:

“ La religión, esa constitución sagrada, cuyo objetivo es asegurar la felicidad a los hombres desde este mundo y de la que demasiado frecuentemente se ha abordado para hacer verdugos o víctimas de ella, pues bien la religión suministra más de una materia a las quejas de los colonos extranjeros de Sierra Morena. Citaré dos que, difundiéndose como son con las otras harán ver la nada de ellas.

Varios monjes alemanes fueron llamados desde el principio para administrar los socorros espirituales a los nuevos colonos, que no hablaban más que la lengua de las orillas del Rhin. La necesidad les hizo progresar en la del país . Todos la entienden en el presente incluso se sirven de ella fácilmente para discutir sus intereses temporales, para hacerlos adoptar y defender por los togados españoles. Pero sus procesos con la corte celestial no los quieren plantear más que en su lengua materna. No se considerarían debidamente confesados, si la confesión de sus pecados se hiciese en lenguaje castellano. 

El Gobierno tuvo la consideración hasta aquí a sus escrúpulos y obliga a una pareja de monjes alemanes a hacer en tiempo de Pascua una gira por los diferentes pueblos o aldeas en los que están dispersados sus compatriotas. Es en el primer pueblo de las Colonias que se encuentra viniendo de Madrid ( Aldeaquemada), donde sobre todo he oído formular quejas a este respecto. Si creemos a los descontentos, dicen que se les fuerza a confesarse con interprete. Así pues, su devoción repugna con sus confidencias que tienen que pasar por un conducto profeso y varios me han asegurado con tono de ciega obstinación que ellos preferían morir privados de los socorros de la Iglesia antes que obtenerlos por semejante mediación. Tenían cuidado en silenciarme las medidas adoptadas por el gobierno para no ser forzados a recurrir a ellos en tiempo pascual. Sus protestas no podían pues ir dirigidas más que a los casos en que la proximidad de la muerte reclama lo más rápidamente los auxilios espirituales. Y yo me pregunto si en esos momentos de crisis, debe ser más difícil sobre la acción de su médico espiritual que no lo sería sobre la del doctor que debería devolverle la vida.

La otra queja de algunos colonos alemanes está aún menos fundada. Se habían segado hasta el punto de solicitar de algunas cortes de Alemania que hicieran gestiones directas para obtener el establecimiento en las colonias de cantones protestantes, pues esperaban disfrutar en España del ejercicio de su culto. Frustrados en su espera, pidieron regresar a su patria. No ha sido difícil comprobar la injusticia de sus pretensiones. Había que suponer que un estado exclusivamente católico en el que aún está en vigor un tribunal del cual una de las principales funciones es castigar sin consideración a todos los que desconociesen la autoridad de la Iglesia Romana, que semejante Estado, digo yo, concediéndoles la libertad de religión. ¿ y si el Sr. Thürriegel había sido bastante imprudente para suponer semejante concesión? Pues no, ni siquiera hay equívoco en esta cuestión . A su entrada en España todos los extranjeros declaran a la pregunta que se les hizo que eran católicos, y ninguno de ellos entonces soñó quejarse ni regresar. Así pues, se reconoce fácilmente en esta conducta el humor inquieto de aventureros holgazanes que se imaginan siempre la felicidad en los lugares en los que están, pero que se acusan pronto de una estancia donde el desahogo no puede ser más que el precio del trabajo”.

Problemas de la llegada:

“ Es verdad que un comienzo desafortunado debió arrojar las primeras simientes de aquellos disturbios. Seis mil hombres que llegan de un largo viaje con la certeza de encontrar al final de la carrera, reposo y desahogo, quedaron extrañados al ser recibidos en medio de bosques en los que aún no se había tenido tiempo de construirle unos asilos. Engañados en la época de su llegada tal vez el gobierno había puesto demasiada lentitud en prepararles habitaciones. Un regimiento suizo solamente había sido enviado al centro del cantón que se quería roturar. Se les había amontonado en un convento de bastante mediocre extensión , situado en el mismo lugar en el que está hoy La Carolina, cabeza de la Colonia, de tal manera que aquellos miles de viajeros abrumados no encontraron para hacerles los honores de su patria, más que soldados y monjes, mientras que habrían necesitado camas y albañiles. Obligados a apretarse en los corredores o pasillos del convento o pasar algunas semanas al aire libre, por mucha prisa que se diesen para construirles habitaciones una buena parte de ellos fueron víctimas del cambio de clima y de la influencia demasiado directa de un aire extranjero. Me aseguraron que la enfermedad se había llevado en poco tiempo a más de un tercio de aquella colonia naciente. El resto no eran más que una pandilla de vagabundos sin industria ni actividad. Limitando la idea de población sólo al único acto que propagan las generaciones, creían según su propio testimonio que dado que mereciesen físicamente en aquel cantón el título de padre, estaría cumplido su cometido. Excepto esa nada igualada su indolencia y su impericia. Ninguno de ellos entendía de albañilería. Fueron necesarios albañiles del país que trabajasen lo más rápidamente posible en alojarlos. Las casas construidas deprisa, eran poco sólidas, una buena parte se cayeron en poco tiempo. De ahí vinieron nuevas protestas. El Gobierno no se desalentó en absoluto, volvió a levantar aquellos edificios, sobre cimientos más seguros y los colonos pueden habitar esos segundos asilos cómodamente y con seguridad.

Sin embargo, la necesidad de sustituir a los muertos y de suplir la pereza de los sobrevivientes, obligó a admitir a nacionales en la Colonia y distribuirles una parte de las suertes que se destinaban al cultivo , de tal manera que actualmente se encuentran allí un número poco más o menos igual de españoles que extranjeros. Esta circunstancia es una de las grandes quejas de los últimos, que pretendían que la intención del Rey era que el cantón a desmontar les estuviese reservado exclusivamente. En vano se les objeto que ellos no bastarían para cultivar todo el terreno, que se quería hacer fructificar, que además eran los mismos españoles quienes habían roturado una gran parte de él. Nada apaciguaba sus críticas, su injusticia bastaría para desanimar a un bienhechor; pero no se frenó el celo del Gobierno español. Intentó endulzar a los descontentos. Animó a los extranjeros laboriosos. Hizo justicia con todos. Estoy convencido de todo eso por un examen imparcial. Puedo decir que he escuchado a las dos partes, durante dos días y medio y me he encontrado como su interprete”.

Podemos apreciar como el pensamiento anticlerical de von Schlözer, culpa a la intransigencia religiosa de los colonos el generar los disturbios más importantes que se originaron en las nuevas Poblaciones en esta época de su comienzo.

CONTINUARÁ…

FUENTE: CRONISTA

Add your Comment

Calendario

noviembre 2024
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930  

Archivos

UN PORTAL QUE CONTINÚA ABIERTO A TODO EL MUNDO