POR DOMINGO QUIJADA, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL (CÁCERES)
En nuestra crónica meteorológica anterior augurábamos que tendríamos verano, en contra de lo que algunos predecían tal vez para acaparar la atención tan usual en estos tiempos de irreflexión y predominio mediático. Y, ¡vaya si lo hubo! Bien notorio y prolongado.
El domingo 22 de septiembre, a las 22 horas y 44 minutos (hora oficial española), finalizó el estío astronómico del 2013 (pues el meteorológico tardará unos días más, hasta que lleguen las lluvias y desciendan las atípicas temperaturas elevadas remisas a marcharse).
Con unos resultados que confirman lo que hace tres meses intuíamos: comenzó con elevadas temperaturas el 21 de junio (tras un inicio de mes muy fresco) y, desde entonces, las altas temperaturas nos han acompañado de forma casi constante (de los 93 días que ha durado, en 74 de ellos las temperaturas fueron superiores a los valores medios: es decir, un 79’6 %). Eso sí, no tuvimos valores extremos llamativos como en otras ocasiones: el día más caluroso fue el 8 de julio, con 40’8º; y no hemos padecido episodios prolongados de noches muy cálidas, si exceptuamos alguna aislada. Pero la monotonía térmica elevada fue casi general.
De ahí que, a pesar de lo que algunos adelantaban, el verano de este 2013 ha sido en Navalmoral el 4º más caluroso de los últimos 36 años (tras los del 2010, 1990 y 1998, por ese orden), con una media de 28’5º en el contexto fundamental del mismo (julio y agosto), cuando suele ser de 27’2º. Además, ya adelantábamos que la última de junio fue cálida; y en lo que llevamos de septiembre sólo tres días fueron frescos o agradables (precisamente, coincidiendo con la Patrona de Extremadura…).
El que haya sido muy seco no debe extrañarnos (sólo 6’2 litros en los últimos 93 días que duró el estío), ya que últimamente es lo habitual, ante la ausencia de fenómenos tormentosos destacados. Pero esa escasez hídrica no ha sido alarmante, ya que atesoramos aún reservas de los excesos otoñales y del mes de marzo: prueba de ello está en que el pasado 31 de agosto finalizó el Año Agrario 2012-2013, con un total de 821 litros de lluvia por metro cuadrado recogidos en esa fase (cuando la media es de 645 litros).
Septiembre se moderó bastante en el apartado térmico, especialmente en horas nocturnas y matinales (aunque las tardes son aún veraniegas, como ya decía, con valores superiores a los habituales). Y, en el tema hídrico, emuló a sus predecesores (pero se aguardan precipitaciones en los próximos días, precisamente cuando no deberían caer por el tema festivo…).
Así que, tras la canícula estival, como es evidente cedió el testigo al Otoño. Que lo hace con un “veranillo de San Miguel” adelantado o trastocado, pues lo ideal es que aconteciera lo que indica el sabio refranero español, comenzando el Otoño con lluvias acorde con la tradición (“aguas verdaderas, por San Mateo las primera”), seguido del citado veranillo acompañando al arcángel; y no al revés. Pero así es el tiempo meteorológico y de ese modo hemos de aceptarlo, nos guste, convenga o no… E insistimos en esto último porque hay muchas posibilidades de que se repita lo del año pasado u otras ocasiones, con una Feria de San Miguel pasada por agua.