POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
El pasado viernes, Piedad González-Castell Zoydo, me obsequió con el libro “Francisco Lebrato Fuentes. Memorias de un lego (…y algunas desmemorias)”, del que es autora. Sabía por ella de su publicación. Ha sido editado por la Fundación CB (Caja Badajoz), dentro de su colección ‘Personajes singulares’. Prometió regalármelo y mi amiga Piti, lo cumplió. En las páginas 86 y 87, figura mi comentario sobre Francisco Lebrato Fuentes (Oliva de la Frontera 1926-2020).
De Paco Lebrato, hijo predilecto de Oliva y padre de la llamada Generación del 75, escribí: “Francisco Lebrato, hombre múltiple de múltiples facetas, polivalente, que es como prefiere definirlo Piedad González-Castell. Francisco Lebrato, Paco para unos, Lebrato para otros, amigo para muchos, hermano para todo, extremeño total, cómo así lo describió el reportero y periodista, Tico Medina”.
Piedad González-Csstell escribe para los desconocedores del olivero y para los que tuvimos conversación con él, “un hombre comprometido con la cultura y su trabajo… Lebrato humilde: Hay tiempo. Las horas las da el reloj sin cobrar a nadie nada. Se fue silencioso. Como un lego, como lo que siempre se consideró”.
La obra de Piti sobre Lebrato es una alabanza para el lego que habitaba en Lebrato. Acertadamente Piedad elogia: “Siempre en él un lego, nunca un ego”. Piedad ha gozado desde la amistad con lo que hizo y fue Paco Lebrato. Porque el olivero huyó del ego y la vanidad, que ahora tantos y tantas expanden engreídos por doquier.
Transcribo el texto que aparece en el libro: “Era el año 1985. Año en el que se celebró el primer centenario del nacimiento de don Rafael González Castell (1885-1965). Había nacido un caluroso 6 de agosto de 1885, en la madrileña calle Serrano, en plena Restauración del reinado de Alfonso XII, a tres meses del fallecimiento del monarca. Para conmemorar tan destacada y feliz efeméride, una tarde de sábado del mes de abril, realicé desde la casa de don Rafael el programa que Radiocadena Española Badajoz emitía los sábados. Desde que comencé en la radio -año 1977- realicé varios programas de carácter cultural, pero puedo asegurar que con el que más disfruté en su preparación y realización fue con aquel programa que se emitió desde el salón que hay a la derecha, al entrar en la casa de don Rafael. Cada vez que visito su casa mi mirada siempre se va hacia él.
Un cuadro con la imagen de don Rafael, ya en su ancianidad, con poblada barba blanca presidía la estancia. ¡Qué guapa estaba aquella tarde doña Margarita! Y Concha, Margarita, Anita (qué recuerdos), Laly y Piedad, y los nietos y la familia. Compartiendo la mesa donde situamos los micrófonos, mesa de la palabra, la amistad, la poesía y la vida de don Rafael, el escritor, poeta, ensayista, dramaturgo, actor, articulista, conferenciante y pintor, Francisco Lebrato Fuentes, al que había conocido el día que el Ayuntamiento de Montijo le puso a la calle Echegaray (antigua del Matadero) el nombre de don Rafael González Castell. Era el 30 de marzo de 1980. Aquella tarde fue un anticipo de la tertulia Café a las 5 y Copa a las 7 que creara Lebrato, padre y artífice de la llamada Generación del 75. Un elegante y preciso Lebrato en su verso claro y directo. Y sonaron en las ondas los versos del centenario González Castell, mientras una lágrima asomaba a los ojos de doña Margarita por tantas emociones y recuerdos”.
La última vez que estuve con Francisco Lebrato fue el 19 de diciembre de 2012. Y volví a confirmar el hombre sencillo y bueno que siempre fue. Enhorabuena, amiga Piedad.