POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA.
Un sabio alcarreño, Juan Manuel Abascal, profesor de Historia Antigua, acaba de publicar un libro sobre «Repertorio Arqueológico de la provincia de Guadalajara». De él hablo (libro y autor) en mi colaboración semanal de #NuevaAlcarria que aquí puedes leer:
La semana que viene tendrá lugar la presentación, en el Museo de Guadalajara (salón de actos de la 1º planta del Palacio del Infantado) de un libro capital y que hoy analizo, de prisa, pero con el detalle que requiere obra tamaña. Se trata del “Repertorio Arqueológico de Guadalajara”, del profesor Abascal Palazón.
En los inicios de la historia, y la conformación del ser de nuestra tierra, están los pueblos primitivos (arévacos, lusones, pelendones, luego romanos, algunos cartagineses, finalmente visigodos, y árabes…) que legaron sus formas de vida, sus caracteres, sus construcciones efímeras, a nuestra edad, entretenida (aunque no demasiado) en analizar esos restos, en discurrir sobre sus creadores, en montar teorías en torno a sus formas de vida, anhelos, pensamientos, religiones y arquitecturas. Todo ello, que no es poco, ha dado pie a la conformación de una parcela de la Ciencia que arrostran con entusiasmo algunos pocos científicos, entusiastas y aficionados, para quienes la Arqueología supone una parte importante de sus entretenimientos.
Por vivir entre libros, y entretenerme en leerlos, y analizarlos, me cabe de vez en cuando la dicha de sostener en las manos algún nuevo ejemplar que ofrece información y datos sobre la tierra de Guadalajara. Sobre esta provincia, creada hace casi ya 200 años, y vertebradora de nuestras querencias.
Ahora me llega un “Repertorio Arqueológico de la provincia de Guadalajara” que es la obra magna de alguien ya magno de por sí, aunque solo sea por su resistencia y empeño en seguir un camino fijo aunque dificultoso. Juan Manuel Abascal Palazón, perteneciente a conocida familia guadalajareña, en silencio y trabajo ha alcanzado diversas metas como son el tener en propiedad la Cátedra de Historia Antigua en la Universidad de Alicante, haber sido nombrado Académico Correspondiente de la Real de Historia, y de la Real Sevillana de Buenas Letras. Incluso de haber merecido el nombramiento de miembro correspondiente del Instituto Arqueológico Alemán, título que acredita una forma de trabajar y de ofrecer resultados, que va más allá de lo que es habitual hasta ahora en nuestra patria.
Porque si de algo puede hacer gala este libro de Abascal, con más de 600 páginas de densa oferta informativa, es de estar hecho en el más genuino sistema germánico de las publicaciones científicas humanísticas. El rigor, el detalle y el sistema. Una pauta que se establece al inicio, y se sigue línea por línea, hasta el final. Y por eso principalmente, aunque también por la utilidad que para cualquier lector supone, este libro es merecedor de un cerrado aplauso, y de una admiración que sin duda va a despertar entre quienes saben discriminar las voces de los ecos.
El contenido
Cualquier libro es susceptible de ser analizado en dos visiones: el continente, y el contenido. Y cualquier publicación científica debe además, en este último aspecto, considerarse en función de lo que dice, y cómo lo dice. Lo que el “Repertorio Arqueológico de la provincia de Guadalajara” contiene es una larga sucesión de nombres de yacimientos arqueológicos existentes en los límites provinciales, considerados por sus nombres, y ordenados por municipios. Aparecen así más de 800 yacimientos, o sea, todo lo que se conoce a día de hoy. Solo por eso ya sorprende y rezuma utilidad. De cada uno de esos yacimientos, se mencionan las piezas y hallazgos más señalados, en detalle o en conjunto. Ese catálogo, desmenuzado, presenta además fotografías de muchas de las piezas, y la referencia bibliográfica del libro o artículo en que esa pieza ha sido estudiada. Solamente con esta exposición, uno puede darse cuenta de la magnitud del empeño. A ello se añade la sistematización, por lo que cualquier elemento que conforme la arqueología guadalajareña lleva ya asignada una coordenada identificativa.
Más cosas ofrece el contenido de esta obra del profesor Abascal: una inicial bibliografía con la referencia completa de todo cuanto se ha escrito sobre el tema. De tal modo, que dicho apartado, que va al principio, ocupa exactamente 80 páginas del libro. Las finales páginas, otras 35 más, están ocupadas por los índices, que son dos, el General y el Toponímico. Son cifras que manifiestan el detalle con que la obra está construida, sin posibilidad de fisura. Y, además, y por lo que se refiere al segundo aspecto del contenido, que es el modo en que se trata la información, decir que sigue rigurosamente las pautas germánicas de exposición, con ausencia total de comentarios o disquisiciones: todo es información, rigurosa y objetiva. Decir, además, que por lo inmenso que podría ser el material acogido, este Repertorio solo atañe a los periodos de la Prehistoria y la Edad Antigua, fundamentalmente pueblos autóctonos y celtíberos, romanos y visigodos, dejando la arqueología islámica fuera del estudio. Quizás alguien, en un futuro, se atreva con aporte similar para recoger lo que la Edad Media nos dejó también.
El libro pesa exactamente 1,65 kilos, tiene más de 600 páginas y está encuadernado en tela con incrustaciones doradas, guardado por una camisa que muestra al frente un broche céltico de los hallados en la Muela de Hijes, hace un siglo. Ha sido editado por la editorial Alcarreña AACHE y patrocinado por la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara y la Universidad de Alicante.
Se incluye en la Colección “Proyecto Lucena” como numero 5 de la misma. Una colección de libros de lujo en la que todos los autores han sido profesores universitarios o académicos. Un intento más de la editorial alcarreña por ofrecer a los lectores interesados en la historia y el arte de Guadalajara los elementos claves para su conocimiento detallado. Intentando salvaguardar esos valores, en un mundo en que progresivamente van siendo ignorados, o incluso despreciados.
El autor
Del profesor Juan Manuel Abascal Palazón poco podemos decir, porque como a todos los grandes hombres le sobra la humildad y no le gustan las alabanzas ni las endechas. Aquí recuerdo que la pasada semana este mismo periódico, al dar noticia de la aparición del libro, le titulaba como “un sabio alcarreño”. Palazón es (y son las breves noticias que aporta el libro en su solapa informativa) catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, así como miembro Correspondiente del Instituto Arqueológico Alemán. En 1982 publicó Vías de comunicación romanas de la provincia de Guadalajara (reeditado en 2010) y desde esa fecha ha escrito un buen número de trabajos sobre la arqueología de la provincia de Guadalajara. Nacido en 1958, yo le conocí cuando era apenas un adolescente y colaboraba sin tasa de horas ni esfuerzos con el equipo de Dimas Fernández-Galiano Ruiz (primer director del Museo de Guadalajara) y Jesús Valiente Malla (profesor de Historia Antigua de la Universidad de Alcalá) más el grupo de iniciales arqueólogos que (tras las huellas de los pioneros marqués de Cerralbo y Juan Cabré) pusieron los pilares sustentadores de esta ciencia en nuestra provincia (María Luisa Cerdeño, Jorge Sánchez-Lafuente, Morére, Balbín, Cuadrado, Arenas, Gamo y pocos más). Él ha seguido con su trabajo de análisis y recopilación de datos, el estudio directo de las calzadas romanas, la interpretación de las lápidas romanas, de las que en estos momentos es uno de los más acreditados estudiosos de toda España, y ahora esta obra enciclopédica y definitiva, este Repertorio Arqueológico que para nuestra provincia es “agua de mayo”, un aliento constructivo que nos reconcilia con nuestro pasado. Una joya para la que solo cabe el aplauso unánime. El próximo jueves 31 de marzo, a las siete y media de la tarde, en el salón de actos del Palacio del Infantado, podremos escuchar a su autor las razones de su obra y los métodos empleados. Será una ocasión de oro para conocerle y felicitarle como merece.