«LA ESPAÑA VACIADA VIENE DE LA MANO DE LA PÉRDIDA DE PATRIMONIO E IDENTIDAD»
Mar 30 2022

ENTREVISTA REALIZADA A RENÉ JESÚS PAYO HERNANZ, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE BURGOS.

René Payo lleva muchos años vinculado a la Academia Burgense de Historia. / GIT

Catedrático de Historia del Arte, experto en arte religioso, investigador, profesor universitario, autor de numerosas publicaciones y estudios, cronista oficial de la provincia… La historia parece correr por las venas de René Payo, que hace apenas unas semanas empezaba a escribir un nuevo capítulo de su currículum al hacerse cargo de la dirección de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes Institución Fernán González en sustitución de José Manuel López Gómez.

Afronta el relevo con responsabilidad y varios objetivos sobre la mesa, empezando por el necesario cambio de sede para dar cabida al importante patrimonio histórico que ha ido acumulando la Academia en sus 76 años de vida. Y entre tanto legajo, libro y obra de arte, recibe a Burgos conecta para hablar del futuro, el presente y, como no, del pasado.

¿Cómo afronta el relevo en la dirección de la Academia?

Con sentimientos contrapuestos. Por un lado, de alegría, porque esta es una institución a la que le tengo mucho cariño desde mi época de estudiante y de la que han formado parte muchos maestros y después amigos; y por el otro lado, con un poco de temor de no estar a la altura de las circunstancias, teniendo en cuenta que los dos últimos directores han sido muy importantes para el relanzamiento, puesta al día e impulso de las actividades de la Academia.

Catedrático, investigador, profesor, divulgador, escritor y ahora director de la Academia. ¿Hay tiempo para todo?

Es cuestión de organizarse. Además, en muchas ocasiones, se trata de actividades complementarias, vinculadas al mundo del patrimonio y la historia.

¿Su mandato vendrá de la mano de alguna novedad en el seno de la institución?

Esta es una institución vinculada a investigaciones de carácter muy selectivo, pero tenemos la obligación de desarrollar transferencia del conocimiento. Y aunque en los últimos años se ha hecho una labor de apretura de la Academia, todavía no es suficiente. En ese sentido tenemos algunas ideas vinculadas a acciones que nos permitan hacer llegar a la gente toda la actividad que hacemos.

¿Es la Academia una gran desconocida en Burgos?

Creo que cada vez menos. Evidentemente, todavía no tiene un conocimiento pleno, o al menos, el que desearíamos, pero seguimos trabajando para que sea una institución referente en la cultura burgalesa.

¿Qué estado de salud tiene ahora mismo la institución?

Desde un punto de vista meramente científico, y teniendo en cuenta boletines, publicaciones, exposiciones y el incremento del propio patrimonio cultural, está viviendo uno de los mejores momentos de su historia. Lo cierto es que tenemos un corpus de académicos espléndido. Evidentemente, algunos académicos son ya muy mayores, pero el 90% está trabajando al 100% en las actividades académicas.

«Desde un punto de vista meramente científico la Academia está viviendo uno de los mejores momentos de su historia»

Al margen de ese apartado científico, estamos en un momento clave, en el que estamos pendientes de la nueva sede, que esperamos que se pueda resolver pronto. Además, necesitamos incorporar a un administrativo, ya que el anterior se jubiló y estamos en una situación de impass. Y también aspiramos a tener algo más de financiación, no solo para sufragar los gastos habituales, sino porque queremos poner en marcha becas y premios que permitan a jóvenes investigadores formarse al amparo de la Academia.

¿Qué presupuesto maneja habitualmente la Academia?

30.000 euros al año. En realidad es muy poco dinero. Hay que tener en cuenta que ningún académico cobra de esto y que somos muy contenidos con los gastos. De hecho, a veces salimos a pagar. Pero con ese poco presupuesto hacemos muchas cosas, incluidos los boletines y una media de ocho o diez libros al año. Sí que es cierto que hemos tenido sorpresas muy interesantes con apoyos financieros independientes de nuestros patronos. De hecho, como académicos tenemos la obligación de buscar nuevas vías de financiación en otros ámbitos, ya sea público o privado. y esa será una de las líneas en las que se trabajará. Al final, la Academia está abierta a cualquier aportación, no sólo de carácter económico, sino también de carácter material, como los legados, que están siendo para nosotros muy importantes.

¿Cómo va el proceso para la nueva sede?

Pues tenemos muy buenas relaciones con el presidente de la Diputación, que es patrono, y nos ha dicho que estemos tranquilos, que vamos a tener una sede digna, teniendo en cuenta que este edificio (el Consulado del Mar) va a entrar en obras en los próximos meses. Que no se nos malinterprete. Aquí estamos encantados. Es un edificio histórico y estamos en pleno centro, pero la instalación se nos queda muy pequeña. Siendo conservadores, necesitaríamos el doble de espacio para custodiar todo nuestro patrimonio. Confiamos en que esas promesas se cumplan y podamos contar con una instalación definitiva en breve.

«Necesitaríamos el doble de espacio para custodiar todo nuestro patrimonio»

¿Con cuantos académicos cuentan?

Somos 25 académicos numerarios vinculados a distintas especialidades, que es lo que marcan los estatutos de la Academia. En este sentido, estamos en un momento muy bueno, ya que la mayoría de los académicos son muy activos. Además, contamos con otros académicos repartidos en otros puntos, como Madrid, Barcelona, Iberoamérica o Asia. Se trata de gente que se ha preocupado u ocupado en algún momento de la historia de Burgos y que han colaborado con nosotros.

Aseguran que el gran tesoro de la Academia es su archivo. ¿Qué tesoros custodian?

Nuestra estrella es el Fondo Machadiano, una donación que nos hizo a mediados del siglo XX Gloria Cáceres, la viuda de don Manuel Machado, a través del académico Bonifacio Zamora Usábel. En ese fondo se encuentran algunos manuscritos importantísimos, tanto de Manuel Machado como de Antonio Machado, como los cuadernos originales de Campos de Castilla. Este archivo se va a enriquecer como consecuencia de las aportaciones del legado Zugazaga, que ha ingresado recientemente en la Fernán González como consecuencia de una cuerdo con Caja Círculo. Gracias a este fondo se están produciendo interesantes descubrimientos en relación con los hermanos Machado que, cuando estén perfectamente testados, daremos a conocer.

«Nuestra estrella es el Fondo Machadiano»

También tenemos el archivo Castro Múgica, que ingresó hace cuatro años. Se trata de un archivo importantísimo de una gran familia nobiliaria que consta casi 3.000 documentos desde el siglo XIII hasta el siglo XIX, en su mayor parte inéditos. Ahora mismo se está terminando el proceso de inventariado y se va a pasar al proceso de catalogación de los mismos para, en cuanto podamos, ponerles en disposición de los investigadores. Recientemente también se nos ha donado el archivo de un gran académico, como es Fray Valentín de la Cruz; y en breve se va a firmar un acuerdo con la viuda del pintor Román mediante el que se nos va a ceder una parte importante de los dibujos de Román y de su padre, León García Hernando, y de Fortunato Julián.

¿Se cuida lo suficiente el patrimonio histórico?

El discurso oficial y políticamente correcto es que el patrimonio es algo fundamental, que es la memoria de un pueblo que no se puede perder y que es susceptible de generar retornos económicos. Pero a la hora de la verdad nos encontramos con que, a pesar de que el panorama ha cambiado mucho en las últimas décadas, lo cierto es que todavía queda muchísimo por hacer desde diferentes puntos de vista, empezando por la investigación y siguiendo con la recuperación y la necesaria gestión posterior.

«A veces se recurre poco a nosotros, a pesar de que las academias salen muy baratas a la sociedad»

En este sentido, las academias de historia y bellas artes nos quejamos de lo escasamente consideradas que estamos. Ahora no somos órganos decisorios, como lo fueron las academias hace unos siglos, pero sí tenemos la potestad legal de asesorar. Y a veces se recurre poco a nosotros, a pesar de que las academias salen muy baratas a la sociedad. Cuando se nos pide un informe, lo hacemos por amor al arte; por amor al patrimonio.

¿Qué estado de conservación presenta el patrimonio burgalés?

Se habla mucho de la España Vaciada, y lo cierto es que ese vaciamiento de población va seguido, sin solución de continuad, de la pérdida de patrimonio e identidad. Estamos ante un naufragio de consecuencias tremendas, aunque entiendo que el tema es muy complejo. Hay que tener en cuenta que no siempre es posible generar retornos económicos con el patrimonio. En muchas ocasiones hay que restaurar aún a sabiendas de que no va a haber retornos.

¿Es cierto eso de que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla?

Es una frase tópica, pero creo que sí. Una de las razones del estudio de la historia es analizar cómo se comportaron nuestros antepasados ante unas determinadas dinámicas históricas y que esto nos sirva a nosotros como aprendizaje, aunque parece que a menudo no aprendemos. Si se borrara toda la historia, y partiéramos de cero, seríamos más proclives a caer en muchos de esos errores. Por otro lado, dentro de nuestro ADN cultural y sentimental está nuestro pasado. Es lo que nos vincula con nuestros padres y nuestros abuelos. Debemos cantar las bonanzas de la globalización, pero también debemos cantar las bonanzas de la individualidad, la especificidad y los elementos autóctonos desde un punto de vista inclusivo.

«Debemos cantar las bonanzas de la globalización, pero también debemos cantar las bonanzas de la individualidad y la especificidad»

¿Es fácil estudiar historia en Burgos?

En Burgos ha habido dos ámbitos en los que se ha investigado mucho: la propia Academia y, en menor medida, la Universidad. Los dos ámbitos han contribuido a que se desarrolle una inmensa labor de conocimiento de nuestra historia. Lo bueno es que queda mucho por hacer y eso es lo que nos espolea para que sigamos trabajando.

¿Cómo de complicado es encontrar savia nueva?

Durante muchos años, las academias eran un lugar al que se llegaba como una especie de premio a una trayectoria, casi de carácter honorifico. Evidentemente, eso sigue siendo así, porque normalmente uno llega a la Academia a la mitad de su vida profesional, pero hoy en día los nuevos ingresos son de gente que viene a trabajar hasta que las fuerzas se lo permitan.

¿Qué momento histórico de Burgos le hubiese gustado vivir?

Yo elegiría dos momentos. El primero sería la colocación de la primera piedra de la Catedral, en ese maravilloso siglo XIII, entre tantas y tantas cosas que cambiaron. Y también me hubiera gustado vivir en el Burgos del 1500 que se convirtió en varias ocasiones en sede de los Reyes Católicos; ese Burgos de los comerciantes que contó, y mucho, en Europa. Esa fue, sin duda, la época de mayor esplendor de la ciudad.

¿A qué personaje histórico burgalés no se le ha dado el reconocimiento merecido?

A Domingo de Guzmán. Resulta estremecedor llegar a cualquier parte del mundo y ver un convento, una universidad, una iglesia o algo vinculado a Domingo de Caleruega. Su labor trascendió de lo religioso y la Orden de los Dominicos se convirtió en la orden intelectual por antonomasia hasta el siglo XVII. A pesar de que es el patrono de la provincia, ha pasado prácticamente desapercibido. Y este pasado 2021, en el que se han cumplido 800 años, no hemos estado a la altura de las circunstancias, ni la provincia ni la propia orden. Debiéramos seguir trabajando en recuperar su memoria, con sus muchas luces y sus sombras, que también las tuvo, como todos los personajes históricos.

«No hemos estado a la altura en el reconocimiento a Domingo de Guzmán»

¿Existe un riesgo de caer en el presentismo?

Efectivamente. Para hacer historia te tienes que vestir como se vestía la gente del pasado y empaparte de las creencias y formas de vida de la época. Sólo así puedes hacer juicios de valor.

¿Qué elemento patrimonial de Burgos no se ha sabido potenciar.?

Hay dos ejemplos concretos. El primero es el románico, en el cual nos ha ganado la partida Palencia, que ha conseguido crear la marca Románico Palentino. Y el segundo es la lengua, en el que también nos ha ganado la partida La Rioja.

En todo caso, creo que hay una marca inexplorada muy potente, que es la del gótico. No estoy hablando únicamente de la Catedral, que evidentemente es el emblema, sino de otros bienes patrimoniales que tenemos en la ciudad y la provincia, tanto de carácter religioso como civil y militar.

Sea como sea, debemos potenciar ese maridaje que existe entre patrimonio y desarrollo. El patrimonio no deja de ser una industria y no debemos escandalizarnos por intentar convertirlo en un elemento de dinamización económica.

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