POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
Les comentaba ayer que la devoción colunguesa a la Virgen de Loreto nació en nuestro concejo en el siglo XVII, época en que se fundó la Cofradía Lauretana y se edificó su ermita o capilla.
El promotor de esta devoción fue el navegante italiano Joseph de Misso y, según se cuenta, al verse salvado de su naufragio en la costa colunguesa, pasó su primera noche de descanso bajo el techo que le brindó un castaño, que aún existe, en el lugar denominado Cuetu Espina. Este árbol es conocido en Colunga como LA CASTAÑAR DE ESPINA.
La capilla de Loreto, con fachada principal al norte, era, antes de la guerra de 1936 como se muestra en la foto N°1, en blanco y negro, realizada por Emilio Alonso, «Milio el retratista».
Finalizada la guerra civil en 1939, la familia Vigón – Sánchez restauró la ermita y encargó a Leopold o Fernandez, «Poldo el marmolista» una talla en piedra similar a la también destruida «Romanina». Esta escultura, de pequeño tamaño, se colocó en la fachada principal de la capilla, debajo de la espadaña.
Es la PRIMERA ROMANINA EN PIEDRA
Fito N° 2. Foto de Ignacio Portilla.
En los primeros años de la década de 1950, creo que en 1953, siendo alcalde don Hernán Pérez Cubillas, se le encargó a Poldo una nueva talla en piedra, que se colocó en el centro de la «Castañar de Espina», en recuerdo a Joseph de Misso y en honor a la Virgen de Loreto.
Y ahí sigue.
Es la SEGUNDA IMAGEN DE LA ROMANINA.
Foto N°3 mía.
Y sucedió que…
Esta imagen de la Castañar y su basamento fueron deteriorándose poco a poco y actualmente precisan una renovada «puesta al día».
Para subsanar esta deficiencia, otra vez el escultor Francisco Blanco (Jr.) tallo una nueva imagen en piedra arenisca que, espero que sea pronto, se colocará en «La Castañar».
Es la TERCERA IMAGEN DE LA ROMANINA.
Foto de Francisco Blanco.
Bueno, bueno, bueno…
En Colunga, así de grandones, tenemos ya SEIS ROMANINES. En breve les contaré más historias sobre las imágenes procesionales de nuestra Virgen de Loreto, sus «tesoros» y la » indocumentada desaparición» que sufrieron