250 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL BRIGADIER PARRAGUÉS RAFAEL SALVADOR ESCANDÓN Y ANTAYO
Abr 02 2022

POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS).

RAFAEL SALVADOR ESCANDÓN Y ANTAYO.
—(San Juan de Parres, 12 de octubre de 1772 – La Coruña, 23 de julio de 1823)—

(Nació en San Juan de Parres, fue herido en Tolón y Orán, coronel de regimiento en Cangas de Onís durante la Guerra de la Independencia, realista, desterrado, encarcelado, condenado a muerte y arrojado al mar).

Juan Baños de Velasco, escritor, genealogista y cronista general de Castilla, escribía -a mediados del siglo XVII- que el apellido Escandón procedía de un Príncipe de Escandía que vino con gente de guerra y varias naves cargadas de trigo para ayudar a los cristianos en su lucha contra los musulmanes, y que aquel trigo fue sembrado en las tierras españolas, donde recibió el nombre de escanda.

Sin duda es ésta una suposición libérrima de Baños de Velasco, porque la Real Academia Española de la Lengua nos dice de forma indubitable que escanda proviene del latín “scandula”.

Lo cierto es que el linaje de Escandón radicó desde muy antiguo en la comarca oeste de la Montaña de Cantabria que dio nombre a las antiguas Asturias de Santillana.

Al fin y al cabo los valles, montes, ríos, costas, barrios y pueblos cántabros forjaron -como los asturianos- una estirpe de gentes especiales que legaron a sus descendientes como herencia su bravura y esfuerzo, su sacrificio y tesón, su ingenio, artesanía, cantos y danzas, una forma de vivir indómita y apasionante.

Rafael Salvador Escandón y Antayo nació en San Juan de Parres el día 12 de octubre de 1772, y fue bautizado al día siguiente en la misma parroquia.

Hijo de Miguel Escandón y Noriega, Capitán de Milicias, Alférez Mayor de Amieva y Regidor Perpetuo de Oviedo y de Teresa Antayo y Bermúdez, hija del Duque de Estrada, de la familia del Marqués de Vista Alegre.

Nieto -por parte paterna- de Joaquín Escandón y de María Francisca Noriega, y -por parte materna- nieto de Antonio de Antayo, Marqués de Vista Alegre, y de Teresa Bermúdez

Fueron sus hermanos -según los padrones de nobleza del concejo de Parres- José, Diego, Bruno, Miguel y Teresa.

Su bisabuelo materno -Isidro de Antayo y Duque de Estrada- había sido Jefe de Escuadra de la Real Armada Española.

Estudió en las prestigiosas escuelas de la Obra Pía de Piloña -fundada en 1740- en la que se impartían enseñanzas de Teología Moral y Latinidad, Geografía, Contabilidad Mercantil y otras materias. Una institución también conocida como Fundación Marqués de Vista Alegre.

Su bisabuelo materno -Isidro de Antayo y Duque de Estrada- había sido Jefe de Escuadra de la Real Armada Española.

Rafael fue herido en el terremoto de la ciudad norteafricana de Orán (Argelia) en el año 1790, donde perdió un dedo, y en el sitio de Tolón de 1793 (entre partidarios de Luis XVII de Francia y fuerzas republicanas y revolucionarias).

Se casó con Irene de Lué y Riega, natural de Lastres, (Colunga, Asturias) el día 16 de febrero de 1803, nacida en el mismo lugar en el año 1776.

En el padrón de 1824 de San Juan de Parres se citan como hijosdalgo del matrimonio: Antonia, José, Juan y Benito Escandón Lué.

Salvador Escandón y Antayo fue coronel en el regimiento de Cangas de Onís durante la Guerra de la Independencia Española y participó muy activamente en la defensa de Asturias contra la invasión francesa, empleándose a fondo -entre otros- en los concejos del oriente asturiano que conocía bien, y colaborando con el militar Juan Díaz Porlier.

Tras el regreso al trono de Fernando VII en el año 1814, el parragués fue destinado a La Coruña.

Escandón era un realista -defensor de la Corona Española- y siendo Jefe del Regimiento de Órdenes Militares guarneciendo la plaza de La Coruña, llegó detenido a Santiago su antiguo jefe, el Mariscal de Campo Díaz Porlier -que defendía la causa liberal y la Constitución de 1812- siendo encerrado en las mazmorras del castillo insular de San Antón.

Escandón participó en el simulacro del consejo de guerra que llevó a la horca en octubre de 1815 y con solo 26 años a Porlier, el cual había participado incluso en la Batalla de Trafalgar, en la que la escuadra franco-española fue derrotada por la armada inglesa, al frente de la cual estaba el almirante Nelson, que murió en el combate.

Tras la trágica muerte a la que fue condenado Juan Díaz Porlier, a Escandón se le concedió el ascenso a brigadier.

Al nacido en el concejo de Parres le aguardaba un destino no menos dramático, puesto que cuando el militar liberal asturiano Rafael del Riego impuso en 1820 un régimen constitucional en España, mediante un pronunciamiento victorioso contra la monarquía absoluta de Fernando VII, Rafael Salvador Escandón y su familia cayeron en desgracia.

Escandón -irreductible defensor del Altar y del Trono- fue desterrado a Puebla de Sanabria. Intentó alzarse contra la constitución en 1822 y fue encarcelado en Cangas de Onís con sus hijos mayores, desde donde fue trasladado el 4 de noviembre a la cárcel conocida como castillo-fortaleza de Oviedo (que Alfonso III había mandado construir en una esquina de la muralla defensiva de la ciudad frente a las incursiones normandas); curiosamente situada en una plaza que ahora conocemos como plaza Porlier.

La entrada de Escandón en Oviedo está considerada como una afrenta pública preparada con detalle por sus enemigos, esposado, descubierto, recorriendo las principales calles y plazas entre gritos e insultos.

Escandón fue condenado a muerte sin garantías judiciales, pero la sentencia fue revocada dos veces.

Presos fueron su esposa y sus dos hijos mayores. Tres meses estuvo detenida Irene de Lué, acusada de enviar una carta a su marido avisándole de que se acercaban las tropas que llamaban “Nacionales”.

El hijo segundo se abrasó al fabricar cartuchos para intentar liberar a su padre. Difícil le resultó curarse en la cárcel ovetense tras haber quedado en llaga viva sus manos y cara.

Tras el fracaso del llamado Trienio Liberal en 1823, los liberales le trasladan al castillo de San Antón en La Coruña, donde el exaltado general liberal ovetense Santiago Méndez Vigo (que había sido capitán de los regimientos de infantería de Covadonga y de Infiesto) se vengó, no porque Escandón hubiese ordenado ahorcar a Porlier, sino por haberlo entregado ocho años antes en la misma ciudad.

Escandón estuvo preso ocho meses y Méndez Vigo -antes de rendir la ciudad a los absolutistas- ordenó llevar a Rafael Salvador Escandón con varios detenidos más al bergantín “Santo Cristo”, donde fueron atados de dos en dos, espalda contra espalda, arrojándolos al mar, donde perecieron todos.

El cuerpo de Escandón desapareció bajo las aguas aquel día 23 de julio de 1823, cuando el nacido en San Juan de Parres tenía 50 años.

Concluido el Trienio Liberal, en marzo de 1824, fueron celebradas solemnes exequias por el alma del brigadier Salvador Escandón en el Monasterio de San Vicente de Oviedo, con un catafalco de 46 pies (12,82 metros) y de cuatro cuerpos de orden dórico levantado bajo una corona real, rodeado de cientos de velas y tarjetones con loas, siguiendo la tradición barroca.

Sus hijos José y Juan redactaron un texto panegírico fúnebre de veintiséis páginas, que se puede encontrar íntegro en Google bajo el título “Memoria histórico-fúnebre de las exequias que se celebraron por el alma del brigadier de infantería Don Salvador Escandón Antayo”.

Al final de las mismas puede leerse que la familia perdonó a todos cuantos los arrastraron a tan terribles desgracias.

Nos viene a la memoria en este momento del relato el imaginar a los niños Salvador Escandón y Antonio Noriega de Bada y Llerandi (tan solo tres años mayor que Salvador) correteando por los caminos y prados de Bada, o camino de la iglesia parroquial de San Juan de Parres.

Ambos serían pronto dos personajes con una notable trayectoria y relevante importancia en la Historia de España, Antonio como Tesorero Real de Carlos IV, y Salvador -como acabamos de ver- como brigadier militar (grado entre coronel y mariscal de campo establecido por Felipe V en 1702).

La vida de los dos parragueses al servicio de España iba a terminar con características bastante comunes, puesto que la desventurada caída en desgracia de ambos acabó de una manera terriblemente trágica, para Antonio en 1808, y para Salvador quince años después.

Y ¿cómo terminó el militar liberal asturiano Rafael del Riego?

Pues apenas tres meses después, malherido tras la derrota de Jódar (Jaén) fue traicionado y encarcelado en Madrid y -a pesar de pedir clemencia al rey- fue declarado culpable de alta traición.

Fue ejecutado por ahorcamiento y, después, decapitado, entre los insultos del público asistente a su ejecución en la madrileña plaza de la Cebada.

El militar y político liberal tinetense Rafael del Riego -al igual que Porlier- tiene una plaza en Oviedo, presida por un busto en su memoria y honor.

De modo que este año 2022 se cumplen los 250 años del nacimiento del brigadier Salvador Escandón y Antayo, así como los 199 de su muerte.

Como bien dijo el gran poeta Antonio Machado en el año 1912: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”.

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