POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA).
Esta antigua Cofradía de la Santa Vera Cruz y Ánimas estaba fundada desde época medieval en el convento de San Francisco de la Observancia, hasta su traslado a la parroquia de Santo Domingo de Silos.
La Vera Cruz y Las Angustias, dos cofradías hermanadas a través de la historia
Ricardo Guerra Sancho,
Cronista Oficial de la Ciudad de Arévalo y
Cofrade de Las Angustias y la Santa Vera Cruz
Este año celebramos en la Semana Santa de Arévalo dos momentos históricos en las celebraciones de la Pasión, el 35 aniversario de la refundación de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, que antiguamente también tenía el apellido de Ánimas, por la labor asistencial que realizaba de atender a los entierros, además de su aspecto penitencial durante la Semana de Pasión. Y también en estas celebraciones se está haciendo un recuerdo especialmente emotivo en recordar el hermanamiento de esta cofradía penitencial con la de Nuestra Señora de las Angustias, un hermanamiento que se ha prolongado en el tiempo y hoy en nuestros días también. Por eso, en la balconera que se ha elaborado para la conmemoración, se ha puesto de manifiesto, y con la figura la Cruz vacía, con sudario, que es el símbolo de la Vera Cruz, a los pies de la cruz se ha puesto el emblema de Nuestra Señora de las Angustias, los siete dolores de la Virgen simbolizados en el corazón con los siete puñales, claramente relacionado con este hermanamiento cofrade, especialmente y desde antiguo, en las celebraciones de la Semana Santa, como se desprende de la documentación. Un hermanamiento visible y manifiesto del que ambas instituciones religiosas se sientes orgullosas, y eso, también hay que decirlo.
Hagamos un ejercicio de recuerdo de esta fecha que celebramos.
Cuando hace ahora 35 años los actos procesionales de la Semana Santa arevalense habían disminuido sensiblemente y se limitaban a la procesión “del Silencio” o el Santo Entierro de Cristo, que sacaba la cofradía de Nuestra Señora de Las Angustias, y el Vía Crucis de la mañana, que organizaban con la parroquia. Entonces un buen grupo de jóvenes plantearon a la parroquia la iniciativa de formar una cofradía, idea a la que nos sumamos otras personas y decidimos recuperar los actos externos procesionales de la Semana Santa. Por indicaciones de la advocación más adecuada para esos fines, se pensó en recuperar una institución admirable, de grandes recuerdos históricos y protagonismo en la Semana Santa arevalense, una cofradía de profundas raíces penitenciales y de religiosidad popular: la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Ánimas, que ese era su nombre histórico completo.
Y así, con el beneplácito del entonces párroco José Tomé, que este año celebra su centenario, y del coadjutor Juan José Martín, en 1987 se aprobaron unos estatutos y quedó “refundada” la Santa Vera Cruz, con su distintivo, la cruz desnuda con los símbolos de la pasión pitados en ella, posiblemente del s. XIX y con un sencillo sudario, nueva cofradía que salió a procesionar en la Semana Santa de 1987. La iniciativa, apoyada por la parroquia, por la Cofradía de Las Angustias y al Ayuntamiento de Arévalo, que colaboraron en la restauración de las imágenes, se confeccionaron estandartes y otros enseres procesionales. Poco a poco y en años sucesivos, se fueron recuperando actos y los pasos que estaban depositados en la iglesia de El Salvador. Aquella meta se fue consolidando y tomando forma hasta convertir nuestras procesiones de la Semana de Pasión en unas celebraciones muy dignas de religiosidad popular, al estilo sobrio castellano, acorde al conjunto de las pequeñas ciudades castellanas.
Esa hermandad entre la Santa Vera Cruz y Las Angustias, resurgió de su tiempo histórico para plasmarse de nuevo en el momento de su refundación, momento en el que la cofradía de las Angustias puso a disposición de esa iniciativa todos los efectos relacionados con la liturgia pasional de que disponía, algunos de ellos heredados de la antigua cofradía penitencial. Unas de imaginería castellana, como el Cristo de la Fe, o el de la Buena Muerte, el Amarrado a la Columna, la Virgen de las Angustias de San Juan, la Dolorosa, la Virgen del Encuentro, el Niño Jesús Nazareno y la propia Vera Cruz; y otras modernas como la Oración en el Huerto, la Verónica, el Beso de Judas, el Santo Entierro, Jesús en la Borriquilla y especialmente el Jesús resucitado, obra que sigue la tradición imaginera castellana y se estrenó el año 2000.
La Santa Vera Cruz, una cofradía que hunde sus raíces en el antiguo convento de San Francisco de la Observancia, casa religiosa fundada, según la tradición, por el propio San Francisco en su peregrinaje a Compostela. Iglesia del convento que después fue mausoleo real porque allí estuvieron enterrados diversos miembros de la casa real castellana, Isabel de Avis, Isabel de Portugal, la viuda del rey Juan II y su hijo el infante Alonso, el hermano de Isabel la Católica, estos dos últimos hasta que fueron trasladados a la Cartuja de Miraflores de Burgos. También fue un convento con enseñanza, como entonces todos los conventos, por el que pasaron gentes humildes de talento y grandes figuras de nuestra historia, como Alonso de Madrigal “El Tostado” y parece que también “El Mancebo de Arévalo”. Convento de frailes sabios que imprimieron en la infanta Isabel una profunda religiosidad.
Los franciscanos de esta casa arevalense, como de otras, fueron los que en su humilde vida religiosa recrearon dos celebraciones que se harían muy populares desde donde se extendieron enormemente: la recreación del nacimiento de Cristo con los primeros belenes, aquí también los tenemos documentados, y las celebraciones penitenciales de la Semana de Pasión. Por eso en este convento estuvo establecida aquella antigua confradía de la Santa Vera Cruz y Ánimas.
Precisamente según los libros antiguos de la cofradía, nos sitúan el final de la procesión del Santo Entierro, “…y se hace procesión, según costumbre, hasta el Conventº de la Observanciª con el Sepulcro, donde va la Ymagen de Jesus Chisto, y en la Capillª de san Franciscº que esta intra Claustra se finaliza… cantase en voz sumisa el Miserere…”. Desde la exclaustración y desamortización de este convento, la Vera Cruz pasó a estar ubicada en la parroquia de Santo Domingo de Silos, y la tradición del canto del miserere, ante el calvario que estaba en el retablo de la nave norte del templo, en el que ahora está la imagen de San Francisco de Asís.
Un convento desamortizado y destruido, del que apenas quedan algunas de sus partes, restos de su antigua arquitectura de ladrillo, como todo en Arévalo.
De los libros que se conservan de la cofradía, que son muy tardíos, porque no se han conservado los antiguos, encontramos muchos datos. Sin embargo, un libro del Cabildo Eclesiástico de Arévalo, de 1793, pero que recoge datos de antiguos libros desde 1505, nos relata todos los actos de la semana de Pasión, muy importante por lo minucioso y detallado del relato. En cambio, los datos más antiguos relacionados con las procesiones de la Vera Cruz, están en los libros de Actas del Concejo de la Villa de Arévalo, porque reflejan las ayudas que siempre recibían para estas celebraciones, como la de 1539 “Proçesion / La Cofradía dlas Animas se ….. / Mandose dar alos cofrades delas Animas pā ayuda al gasto dla costa dlas proçesiones q hazen por su Alteza nueve Rs.”.
Al igual que los libros del momento final, siglos XIX y principios del s. XX, en que aparecen tan hermanadas ambas, que hasta en las juntas de cofrades aparecen juntos los de ambas, compartiendo incluso las penurias económicas del momento, y así hasta que la cofradía Vera Cruz desaparece.
Este año de aniversario de la refundación coincide con la reanudación de los actos procesionales después de la pandemia, que seguro se retomarán con la ilusión de siempre, o mayor si cabe.
Feliz aniversario ¡Y adelante!
FUENTE: CRONISTA