POR FRANCISCO TUBÍO ADAME, CRONISTA OFICIAL DE FUENTE PALMERA (CÓRDOBA).
Con estos versos cantábamos la terminación del Carnaval. En ellos, se resalta la importancia que tenía esta fiesta antaño:
Ya se va el carnavalillo
la feria de las mujeres,
niña si no “ta salio” novio
espera al año que viene…
El Carnaval se celebraba los tres días anteriores al miércoles de ceniza. El significado de esta fiesta hay que buscarlo en el deseo de pasárselo bien antes de entrar en la Cuaresma, tiempo dedicado al ayuno, y oración. En muchas ocasiones hemos oído a autores decir la lucha de don carnal con doña cuaresma.
Era hasta mediados de siglo la fiesta de primavera. Como en verano se celebraban san Juan, Santiago y la Feria, con la que se terminaba la siega. Y en Otoño la fiesta de los Santos hacía “jorgar” a los” tareros”.
Los tres días del Carnaval y el domingo de Piñata se celebraban con innumerables actividades para regocijo de las colonas y colonos.
Quizás el juego por antonomasia de los años cincuenta era el del corro, pues era la única forma de bailar por parejas. Como su nombre indica consistía en formar un circulo y dentro de él, dos parejas de jóvenes bailaban al son de las canciones cantadas por todos. Al término de cada canción se cambiaba uno de los integrantes de la pareja, buscando el que quedaba su pareja entre los formaban el corro
La canción más escuchada y por tanto más popular era la de la flor del romero, cuya estrofas repetidas eran las siguientes.
A la flor del romero
romero verde,
si el romero se seca
ya no florece,
ya no florece,
que ha florecido
que la planta del romero
Ya se ha “perdió”.
Otro juego de corro era el del cantarete que consistía en lanzarse de uno a otro cántaros y botijos, ni que decir tiene que en muchas ocasiones salía uno de los participantes herido al romperse el botijo que se le había lanzado.
Ahora el alma del Carnaval eran sus murgas, que han existido a lo largo de toda la historia de nuestra Colonia, eran y son el reflejo con sus canciones de los hechos y acontecimientos ocurridos a lo largo del año.
Voy a poner varios ejemplos de canciones de murgas anteriores, La primeras corresponden a una que se titulaba “Los Bandoleros”, salida a comienzos de siglo:
Decía su estribillo:
Cuando los bandoleros,
miran “patras”
y ven esas muchachas
las quisieran robar
la suerte que ellas tienen
es que es Carnaval
y que el capitán no quiere
porque hay mucho que andar.
Pero el año que viene
¡olé!, lo pagarán!
Otra de reconocimiento:
Aquí están estos trece bandoleros
con el sombrero en la mano
venimos a saludar al Sr. Don Laureano
cura propio de este pueblo
y quiera Dios que siempre lo sea
En 1905 cuando el hambre acometió,
a los ricos le pedía
y a los pobres socorrió.
Como final a las canciones de antiguas murgas José Castel (q.e.p.d), me dijo tres canciones de dos murgas muy famosas que salieron el año 1935 y que causaron impacto, las del Barco y del Avión.
Murgas del avión y el barco de 1935
Barco
Somos valientes marinos, nadie nos podrá dudar
Peleamos en Lepanto y también en Trafalgar.
Peleamos, peleamos…
con panteras y tigresas, mano a mano.
Somos capaces de sacarle
Los ojos a diez leones,
Y nunca discutiremos con los 9 bravucones
Como ustedes son así,
Les vamos a suplicar,
Tengan “ cuidao” con la vela
No la vayáis a menear.
Avión
Tu capitán de este barco,
a que vienes presumiendo
con las patas en la espalda
que te dieron este invierno,
y nosotros comprendimos
que tú no tuviste vista
te metiste en un sitio
donde hacia falta más “ guita”.
Avión
Al pasar por Carretero,
nos ha dicho el aguacil
que un barco con marineros
navegando estaba aquí.
aceleramos la marcha
para llegar cuanto antes
y le vendimos este aparato
para llevar al asilo
a Pepe y al “Tato”
Algunas comparsas se acompañaban de música de laúdes, bandurrias y guitarras, eran las conocidas como “estudiantinas”.
También es interesante resaltar que el tercer día de Carnaval celebrábamos los colonos la romería de los “palmitos” íbamos a la finca de la Estrella, sobre una llanura que estaba pobladas hasta hace años de palmas de monte bajo, entre el Villar y la Cañada.
Como decía este día se trasladaban hasta allí numerosas personas en tractores y bicicletas, y en los pocos coches y motos que existían, permaneciendo durante todo el día de acampada.
Fuente: Cronista de Fuente Palmera