POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZACATECAS (MÉXICO).
Detalles de la catedral de #Zacatecas…
Los pajarillos de la Pasión de Jesucristo:
El reyezuelo, el jilguero, el petirrojo, el pinzón… podrían ser los que vemos en las columnas del primer cuerpo de la portada norte de la catedral o del Santo Cristo de la Parroquia.
Leyendas del Viejo Mundo han relacionado graciosamente con la Pasión del Redentor a unos cuantos de los minúsculos y encantadores huéspedes de los árboles de nuestros jardines, de tal suerte que la simple visión de estos pájaros recordaba a nuestros abuelos el gran drama del Calvario.
Estas antiguas leyendas decían que el reyezuelo había acudido incesantemente para derramar en los secos labios del divino crucificado frescas gotas que llevaba de un pétalo de rosa.
Asimismo, se contaba que el jilguero, el petirrojo y el pinzón, movidos también por la compasión ante los sufrimientos de Jesús, se pusieron los tres activamente a retirar de su divina carne una por una las puntas de la corona de espinas. Los tres quedaron heridos por las espinas, todavía mojadas de la divina sangre, y las partes de sus cuerpecillos alcanzadas por ellas quedaron gloriosamente marcadas:
– el jilguero se ganó así el casquete rojo que lleva en su cabeza,
– y el petirrojo y el pinzón su pectoral de color de sangre.
También podría tratarse del cardenal que es un símbolo de la sangre viva de Cristo. Tanto los cardenales como la sangre han sido durante mucho tiempo símbolos de vitalidad y, en el contexto cristiano, esa vitalidad es eterna.