NOTICIA SOBRE EL FALLECIMIENTO DE D. ENRIQUE DE AGUINAGA, CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y MIEMBRO DE HONOR DE LA RAECO.
Decano de los cronistas de la Villa, fue fundador y primer director del master de ABC.
De entre todos los maestros de periodistas, Enrique de Aguinaga (Valverde del Fresno, 1923-Madrid 2022) es sin duda de los más queridos. Especialmente en esta casa de ABC, donde fue fundador y primer director del Máster en el que se han formado tantos profesionales. Aguinaga era, en el momento de su fallecimiento, el decano de los cronistas de la Villa. Y con ellos y el alcalde, José Luis Martínez Almeida, se reunió hace apenas unos meses por última vez. El mismo día en que otro de los cronistas, Ángel del Río, abandonó ese mismo encuentro por sentirse mal y fallecía horas después.
Enrique de Aguinaga fue maestro de periodistas y padre también de periodistas. Catedrático Emérito de Periodismo de la Universidad Complutense, seguía impartiendo másters de Doctorado.
Además de la docencia y el estudio teórico del periodismo -que le inspiró varios libros como ‘Los alcaldes de Isabel II’, ‘Periodismo y periodistas en el Madrid de la Primera Restauración’ o ‘Madrid, empresa nacional’-, también lo ejerció en la práctica, desde medios como Arriba, La Vanguardia, La Voz de Madrid, Ya, La Hoja del Lunes, o Radio Nacional de España, y como director de La Ilustración de Madrid.
Aguinaga era el socio número 1 de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). La ciudad a la que se dedicó profesionalmente durante toda su vida le ofreció un homenaje el pasado octubre, presidido por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, en el Museo de Historia de Madrid.
En aquella ocasión, el periodista decidió donar al Museo los fondos de su biblioteca personal dedicados a Madrid; su archivo de trabajo, con infinidad de recortes de prensa, fotografías, programas, folletos y documentos diversos relacionados con Madrid, y una colección de cartas y dibujos del escritor madrileño Ramón Gómez de la Serna. Tras décadas «al pie del Ayuntamiento», en el que «entré por primera vez en agosto de 1948» y por el que había visto pasar a 14 alcaldes, lo consideraba «más que en acto de generosidad, en acto de restitución de lo debido».
Su etapa como cronista de la Villa se inició en 1954, bajo la Alcaldía de José Finat y Escrivá de Romaní, Conde de Mayalde. Desde entonces, ejerció el cargo con su particularísimo estilo, y así ha continuado hasta ahora, cuando cerca ya de cumplir los cien años, ha fallecido.