POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
El llamado Sábado Santo, con su Vigilia Pascual, pone fin al tiempo cuaresmal de penitencia y abre el camino a la columna base del cristianismo, que es la creencia en la Resurrección de Cristo.
Lo afirmaba san Pablo en una de sus epístolas : » Si autem Christus non resurrexit, inanis est predicatio nostra, inanis est et fides vestra» (Si Cristo no resucitó son inútiles nuestra predicación y vuestra fe).
Esta es la razón que justifica la gran celebración del Domingo de Pascua con todo el simbolismo que encierra para anunciar una «nueva vida de fe» y un firme «renacer en la esperanza».
Esta alegría pascual tiene su vertiente infantil en los tradicionales BOLLOS DE PASCUA, de los que hablaré mañana en algunas de sus variantes asturianas, y que son el regalo gozoso que los padrinos hacen a sus ahijados en este día festivo.
Hoy, considerando que también «los mayores» debemos ser protagonistas de celebración, les propongo dos platos sencillos y muy sabrosos. Uno (el de los peces) lo preparamos ayer ; el salpicon tiene hoy su destino.
Mi propuesta es para que ustedes elijan para mañana.
1.- CHOPAS DEL CANTÁBRICO Y SALMÓN NORUEGO EN FRITURA O A LA PLANCHA.
Se necesitan 2 chopas (Spondyliosomacantharus L.) de unos 350-400 g cada una, escamadas, evisceradas y muy limpias ;y 3 rodajas de salmón.
Fríen las chopas, ya sazonadas con sal, en aceite y unos dientes de ajo. Se retiran y reservan.
Aparte, fríen las rodajas de salmón.
Se colocan en una fuente bañando las frituras ligeramente con un sofrito de ajo muy picadin.
2.- SALPICON DE GOLONDRU.
Compré 1 kg de golondros ( rubio, escacho…), unos langostinos (10) medianos y 500 g de almejas del Pacífico.
Se cuecen los peces (evisceradas y limpios en agua con sal, un puerro, una zanahoria, un trozo de limón y una rama de perejil. Ya cocidos, se selecciona su carne.
Se prepara el salpicon de pescado al gusto de cada cual (cebolla, pimiento, tomate, aceitunas, aceite, vinagre…) y se complementa con los langostimos y almejas en fritura al ajillo. Se adorna con un espolvoreo de yema de huevo cocida «a la mimosa»