El Almacén de Peñuelas se está recuperando “ladrillo a ladrillo”, no sólo para contar a finales del 2009 con un edificio donde trasladar el Museo de Historia y Arqueología, y que además acoja el Museo costumbrista de las culturas Sefardí y Bereber, sino para disponer en menos de dos años de un nuevo “foco de atracción” para los visitantes que busquen disfrutar de un turismo más cultural. En total se invertirá poco más de un millón de euros, de los que algo más de una cuarta parte será financiada por la Administración local.
Para la Ciudad Autónoma, con la rehabilitación de edificios como el Almacén de Peñuelas no sólo se pretende rescatar parte de la Historia de Melilla o mostrar a los propios melillenses la riqueza patrimonial de la ciudad, sino que se persigue un tercer objetivo como es contar con un activo turístico más «de primerísimo orden».
Algo de lo que se espera consecuentemente que redunde en la economía de local. De todas formas, este fin de la restauración del edificio no es lo único que se destacó en la visita de ayer, ya que tras recorrer parte de las salas y conocer de primera mano el proyecto, el jefe del Ejecutivo local, Juan José Imbroda, alabó la labor que se está haciendo para devolver al Almacén de Peñuelas la volumetría original con la que contaba a finales del siglo XVIII.
Y es que, parte de los trabajos -dirigidos por los arquitectos Manuel Ángel Quevedo y Mateo Bazataquí, y en los que ha colaborado el CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, ANTONIO BRAVO- consisten en la eliminación del «relleno» de la calle San Juan que hacía que el edificio quedase prácticamente enterrado sin que se pudieran apreciar su proporciones originales. Igualmente, se pretende recuperar el antiguo pasadizo que se situaba en la menor de las tres bóvedas de la planta baja y que comunicaba la plaza de la Maestranza -hoy plaza de los Aljibes- con el Callejón del Moro. Eso sí, en el proyecto se ha tenido en cuenta la mejora de la accesibilidad al recinto, con lo que se suprimirán las barreras arquitectónicas para los discapacitados, aunque para ello haya que recurrir a soluciones «imaginativas».
Finalizadas las obras -que se acometerán en una superficie superior a los 1.700 metros cuadrados- en la planta baja se ubicará, además de los museos sefardí y bereber, un taller de restauración, una zona de joyería, así como las oficinas de administración; mientras que en la planta superior, junto con el Museo de Historia y Arqueología, habrá una sala para acoger exposiciones temporales y otra para la organización de otro tipos de actividades como charlas y conferencias, una biblioteca, una tienda de regalos y recuerdos y los despachos de la dirección. CASA DEL RELOJ
Una vez trasladadas todas las dependencias del Museo de Historia y Arqueología, la Casa del Reloj quedará «vacante» para poder acoger a otro tipo de exposiciones y actividades culturales. Aunque el propio presidente de la Ciudad no descartó que el edificio se pueda convertir en un lugar donde ofrecer «servicios de hostelería».
CASA DEL GOBERNADOR
Asimismo, Imbroda adelantó tras la visita de obras al Almacén de Peñuelas que en próximas fechas saldrá a contratación el proyecto para la restauración de la Casa del Gobernador. Una actuación cuyo presupuesto rondará los 1,3 millones de euros, y con la que se pretende rehabilitar y acondicionar el edifico para que pueda acoger en futuras fechas las dependencias de la Consejería de Cultura.