POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
El viernes 11 de junio de 1915, en la iglesia de San Pedro Apóstol, fue el día de su festividad. Asistiendo un gran número de fieles, resultando el novenario una fiesta religiosa muy solemne y brillante. La crónica periodística informaba que durante la celebración de la novena había cantado todas las noches el conocido y excelente tenor de cantos religiosos don Evaristo Trujillo, de la ciudad de Almendralejo. Habiendo sido muy felicitadas cuantas personas contrataron para la solemne fiesta al señor Trujillo, el cual es verdaderamente uno de los que en este arte tienen más méritos y dotes artísticas.
La “Meditación” que cantó don Evaristo Trujillo el día once, pocas veces obtiene una ejecución tan acertada como ocurrió la mencionada noche en la novena. El día antes cantó este notable tenor un “Piedad, Señor”, por el cual ha obtenido sinceras y efusivas
. La novena no ha podido obtener resultado ni más solemne ni más brillante. Una vez terminada su misión. El señor Trujillo, ha salido para Almendralejo, donde reside, habiendo quedado grato recuerdo de su estancia en este pueblo”. El tenor Evaristo Trujillo era marmolista de profesión. Los anuncios que podían leerse en junio de 1915 en Correo de la Mañana eran, entre otros: la máquina de escribir Smith Premier; las Pastillas Dona, su efecto era rápido para las afecciones del aparato respiratorio. En Montijo, en aquellas fechas el saco de trigo de 46 kilos se vendía a 16,00 pesetas; el de cebada, 34,5 kilos a 7,50 pesetas; Avena 28 kilos, 5 pesetas; el saco de garbanzos de 50 kilos tenía de precio 25 pesetas (un kilo 0,50 pesetas); las habas, 60 kilos, a 10,25 pesetas, y el arroba de aceite, su precio era de 12 pesetas.
Diez años después, en marzo de 1925, fue entronizado el Sagrado Corazón en las Escuelas Nacionales, Ayuntamiento y Comunidad de Labradores. Presentándose ese mismo día la Mutualidad Escolar, Era la Dictadura de Primo de Rivera, era alcalde Laureano Alarcón Pérez y párroco Juan Pérez Amaya. Actos que contaron con la presencia del obispo de Badajoz don Ramón Pérez Rodríguez, quien también confirmó a un nutrido grupo de niños. En la Comunidad de Labradores se sirvió un almuerzo íntimo, ofreciéndose este menú: Entremeses variados, tortilla a las finas hierbas, ternera a la jardinera, merluza con salsa tártara, menestra de Bruselas y pavo trufado. De postre mantecados, galletas, frutas y quesos. Vinos de Rioja, champagne, café y licores. Tres años después, 5 de diciembre de 1928, se colocaba sobre un pedestal la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en una plaza de los Jardines de Morante, en memoria de don Ruperto Thomas García.
Podéis leer el artículo en su totalidad en este enlace: