POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZACATECAS (MÉXICO).
Efemérides internacionales…
Un día como hoy, el 10 de julio del año 1099 d.C, fallecía Rodrigo Díaz de Vivar, el caballero castellano que pasaría a la historia como el Cid Campeador. Lo hizo mientras defendía la ciudad de Valencia de un nuevo ataque de las tropas musulmanas.
Sus restos reposan bajo el cimborrio de la catedral de Burgos, España.
La leyenda cuenta que, una vez muerto, Rodrigo Díaz de Vivar venció a las huestes moras que atacaban la ciudad dirigiendo a sus hombres a lomos de su caballo Babieca pero el mito ha superado con creces a la realidad. Lo cierto es que el Cid Campeador nunca dirigió a sus hombres tras su muerte. Tampoco halló una muerte gloriosa en el campo de batalla sino que dio su último aliento aquejado de altas fiebres el 10 de julio del año 1099 d.C.
Uno de los rasgos interesantes del personaje es que se le dedicó un poema que se ha convertido en una de las joyas de la literatura universal: El Cantar de mio Cid que es un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar el Campeador. La versión conservada fue compuesta, según la mayoría de la crítica actual, alrededor del año 1200.
Se trata de la primera obra poética extensa de la literatura española y el único cantar épico de la misma conservado casi completo; solo se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, aunque el contenido de las lagunas existentes puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes.