LE ACOMPAÑARON LA CRONISTA DE OVIEDO, CARMEN RUIZ-TILVE, EL PSICOESTETA RAMIRO FERNÁNDEZ Y LEO BOUSOÑO, PRESIDENTA DE LA JUNTA DE HERMANDADES Y COFRADÍAS
No importó que no fuera viernes, como era habitual, para que ayer el salón de actos del Centro Asturiano se llenara para escuchar el pregón del alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, en el que expresó sus deseos para Oviedo y habló de los «peligros» que la rodean. Su grupo en el Ayuntamiento al completo (y exediles como Conchita García o Javier Vidal), también concejales del PSOE y el no adscrito José Donate, atendieron lo que tenía que decir el regidor a los ovetenses, a quienes aconsejó «pensar siempre en lo mejor para la ciudad» y actuar «en consecuencia». Y lanzó una advertencia: «No podemos someter a esta urbe y a su futuro a ningún experimento que ponga en peligro su calidad de vida y muchos de los logros que hemos alcanzado para convertirla en una ciudad de referencia». Caunedo no quiere que ello ocurra «como consecuencia de una reacción que surja más del resquemor que de la esperanza» y animó «a sus gentes» a «conquistar un mundo sin estridencias, sin revoluciones propias de otros tiempos».
Consciente de la situación actual «bajo el impulso del afán de cambio que la crisis ha desatado», de la renovación que la sociedad obliga a la clase política para imponer «la austeridad, transparencia, eficacia en la gestión pública y valores éticos irrenunciables», el alcalde defendió que su «ideología es Oviedo». Animó a sus observadores a poner la capital «por delante de todas las demás ideas, actitudes, frustraciones o sentimientos» para conseguir una ciudad mejor. Para lograr «los principios de una sociedad mejor en todas sus facetas, de la economía a la política», es necesario «hacer una revisión crítica» que salga «de un compromiso renovador y no vengador».
Un pregón, aclaró su autor que subarayó su «vocación de alcalde», alejado de la «clave partidista» aunque con su mensaje, pensado para resistir «el impulso de quienes tratan de imponer la frustración y el resentimiento como argumentos de futuro», pretendía desechar a algunos partidos de las mentes de sus posibles votantes. Él quiere que Oviedo sea como «este Centro: un lugar muy especial para estar, vivir, disfrutar y sentir que formamos parte de una comunidad», comparó.
El público que le siguió ayer en el club del Naranco fue numeroso. Aparte de políticos, como los senadores Mario Arias o Isidro Fernández Rozada, le acompañaron la cronista de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, el psicoesteta Ramiro Fernández, o Leo Bousoño, presidenta de la Junta de Hermandades y Cofradías. También, el presidente del Centro, Alfredo Cateli, o la reina y las damas de las fiestas en honor a Nuestra Señora de Covadonga, Cayetana Caño, Irene Alonso-Tejón y Laura Delgado. Tras el pregón sonó el concierto del Ochote Langreano y se inauguró la exposición de Miguel Ángel Lombardía. Así comenzaron unos festejos que se prolongarán hasta el 8 de septiembre.
Fuente: http://www.elcomercio.es/ – Ana Salas