POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
En la calle Clavijo, en la fábrica Ntra. Señora de las Mercedes, en el solar que luego se construyó un bloque de viviendas con la discoteca Nacha, elaboraban y vendían barras de hielo. En aquellos tiempos, cuando caía la tarde, una botella de vino, tres tomates de huerta y una sandía se enfriaban en las aguas subterráneas del pozo, refrigerando después los estómagos, junto con el barril de agua fresca. ¡Ay, milagro de frías y blancas barras de hielo! Los helados, los polos y la leche merengada que hacía Cosme. Que así se combatían aquellas olas de calor que asumíamos, desconociéndose entonces si batían récords o había alertas amarillas, naranjas y rojas. Calor sí que hacía, vaya que sí.