POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
En medio del Casino y la Casa del Navegante, por la calle del Pozo de Juan Ramos, hoy Ramón y Cajal, donde estuvo la casa de Correos y tejidos Horacio, se llega a la plazuela de ‘Los Piñero’, en otros tiempos llamada de Chaves, Juan Esteban y Herradores, lugar de mercados y alojo de circos en tiempos de feria. Antes de esa plazuela, la de Sagasta, luego Queipo de Llano y ahora Luis Braille, con dos comercios con años de buen servicio: la Droguería de Fernando Pérez Palomo y La Valenciana de Manuel Polo Onteniente.
La familia González-Piñero y Salguero, él de Montijo y ella de Arroyo de San Serván. Sus hijos fueron alcaldes, concejales, diputados, senadores, médicos y abogados. El que más destacó fue Cipriano Piñero Salguero que tras las secuelas de la desamortización de Madoz compró las eras, entregándolas al municipio, con una cláusula admirable: “siempre que se ubicaran en ellas industrias que trajeran progreso y prosperidad para el pueblo”. La primera en hacerlo fue la Electro-Harinera.