POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO).
El Santo Niño de Atocha y su participación en las guerras de Moros y Cristianos. También se le atribuye su protección especial a los mineros.
El Santo Niño de Atocha es una advocación de la infancia de Jesús que se venera de manera particular en el santuario de Plateros, comunidad de Fresnillo, Zacatecas, México.
El Santo Niño de Atocha es un Niño Jesús que por lo general se encuentra en los brazos de la Virgen.
La leyenda dice que los moros tenían encarcelados a cristianos y que no permitían visitas ni de familiares ni de amigos, solamente de niños pequeños.
Fue así como “el mismo Niño Jesús” decidió hacerles compañía en su tribulación, los consolaba y daba comida.
Desde entonces, en las imágenes fue representado como un Niño Peregrino con huaraches, sombrero, una cesta de pan en una mano y un bastón en la otra.
Cuando los españoles llegaron al Nuevo Mundo, trajeron esta devoción y los trabajadores europeos que emigraron a Plateros, por el descubrimiento de plata en esa región, no la olvidaron tampoco.
Se dice que el Santo Niño de Atocha también ayuda a mineros que quedan atrapados en una mina. Se le atribuyen muchos milagros y millones de personas creen en él en todo el mundo
En América Virreinal, era bastante frecuente, sobre todo en los pueblos e interiores, tener un altar hogareño con la figura tallada en madera del niño de Atocha (y otras figuras religiosas) a los que se adornaban con collares, figuras, cuentas de jade, y monedas de plata de la época.
Mayormente las monedas se perforaban y otras se ponían en aros para colgar.