POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ).
La villa de Chiclana -cuna de grandes toreros- recibía consternada la triste noticia de la muerte del torero Manuel Jiménez «el Cano» acaecida unos dias antes, el 23 de julio de 1852. Una grave cogida, el 12 de julio en la plaza de toros de Madrid, llevaba a la tumba prematuramente al diestro chiclanero. Tenía 38 años de edad cuando fue empitonado por el toro «Pavito», de la ganadería de Veragua, en el momento de entrar a matar «recibiendo».
Con anterioridad había sido banderillero de la cuadrilla de Redondo «el Chiclanero», tomando la alternativa en el coso madrileño en 1845 acompañado por Julián Casas y Antonio Luque.
Considerado como uno de los toreros románticos «menores», sí lo comparamos con Montes y Redondo fue, además de gran lidiador, una persona de carácter agradable, simpática, «apreciado por todos sus amigos por su honradez y buenas prendas» decían los que le conocieron. Era querido por el público en general y por la afición madrileña en particular. La prensa le dedicó unas sentidas palabras tras su fallecimiento: «Cuantas esperanzas de han dado después de poder salvarle, casi más han sido nacidas del vehemente deseo que de ello se tenía, que de los síntomas del mal». Y es que, desde el instante de la cogida, se supo que el pronóstico era grave. Nada pudieron hacer los médicos y practicantes de aquella época para salvarle la vida.
Bibliografía:
-BNE. Hemeroteca Digital. Periódico El Enano. Núm. 74. Madrid, julio 1852.
-BNE. Hemeroteca Digital. Periódico La Voz, diario independiente de la noche. Núm. 4342. Madrid, lunes 24 de diciembre de 1934.