POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA).
El 25 de julio la iglesia católica celebra la festividad de Santiago Apóstol, y este año esta fiesta tiene para mí una significación especial al haber conseguido, por fin, hacer el Camino después de haber tenido que posponerlo en varias ocasiones por diferentes motivos.
Y vaya usted a saber por qué, o si habrá sido casualidad o coincidencia, justo un mes después de haber llegado a la plaza del Obradoiro y de habernos hecho presentes ante la tumba del Apóstol, nos encontramos de nuevo con el Camino en lo más recóndito del Océano Atlántico en la azoriana isla de San Miguel, donde la local Orden del Camino de Santiago instaló en 2020 un monolito jacobeo en la ermita de la Señora de la Paz, en Villafranca del Campo, en el que se nos informa que estamos a 1539 kilómetros de Compostela. Tan lejos y tan cerca. Y de nuevo nos hemos sentido peregrino. ¿Y qué es la vida si no un eterno peregrinar?.
¡Buen día! ¡Bom dia! Y ¡Buen Camino!.