LOS CANEIROS DE BETANZOS

POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)

Una lancha a principios del siglo pasado. / Foto: Ferrer

Una lancha a principios del siglo pasado. / Foto: Ferrer

Durante el desarrollo de las fiestas patronales de San Roque, el santo peregrino de Montpellier, los días 18 y 25 de agosto, tiene lugar la famosa gira fluvial a “Los Caneiros”, considerada la romería pagana más importante de Galicia, que juntamente con la elevación del colosal globo de papel, en la noche del día 16, constituyen los números fuertes del programa festivo y que les ha valido la declaración de Fiestas de Interés Turístico Nacional en 1965.

En la sesión municipal del 15 de octubre de 1965, se hacía constar en Acta el agradecimiento de la Excma. Corporación al Excmo. Sr. Don Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Información y Turismo por su apoyo y asistencia a los actos más relevantes de las fiestas patronales y por “haberse otorgado a estas la declaración de Interés Turístico”, al igual que para el que esto escribe “por el magnífico servicio prestado a la ciudad con la organización de guías juveniles para orientación de las personas que visitan la zona monumental de la ciudad”.

Desde tiempo inmemorial se venía celebrando el día siguiente de la festividad del patrono, es decir el 17 de agosto, una multitudinaria “comida campestre en el campo de las Cascas”, romería conocida como del “San Roque pequeño”, al arrimo de la desaparecida capilla de San Bernardo perteneciente al monasterio das Donas y lindante con el río Mendo. Este solaz espacio lindaba al Norte con el Camino Real a Santiago, una vez traspasado el Puente de Las Cascas, ruta inglesa a Compostela, que antes de entrar en Betanzos enlazaba en el santuario de Nuestra Señora del Camino (Parroquia de San Martín de Tiobre, situada extramuros en el arrabal del Puente Viejo), con el Camino Francés procedente de Oviedo, que discurría por Ribadeo, Mondoñedo, Villalba y Betanzos.

Con motivo de la construcción de la carretera de Betanzos a La Golada en 1866, la señalada comida o romería sería trasladada a los Campos de Mempás o de Los Caneiros, según se documentaría en 1883, si bien ya era utilizado desde años atrás. Se encuentra a tres km., río Mandeo arriba, en un meandro utilizado para apostar los artilugios de pesca llamados Caneiros, de ahí su bautizo.

Para participar en esta romería, previamente se engalanan las embarcaciones con guirnaldas de flores y hojas de palmera, otras se decoran con monumentos representativos de la ciudad o del País, y sobre la cubierta se sitúan mesas y bancos con holguras en los rebosaderos para permitir el tránsito y el baile. Una vez a bordo, se almuerza siguiendo el curso del río y en las sombras de sus orillas hasta llegar al campo de la fiesta, donde se encuentran las comparsas que alternan con los gaiteros, venidos también en las lanchas, los compases más dispares de la tradición y de la modernidad; como refresco y a doquier el vino del país, sin medida ni control.

Pero lo más sugestivo en el regreso, al lubricán, se cena, canta y baila… todo a bordo río abajo, y con inmensidad de confetis y serpentinas que volotean alrededor de los farolillos a la veneciana, garantía de luz y color, en una auténtica e inolvidable batalla floral. En ocasiones, estas alegrías atraviesan las aguas para acabar sobre algún suculento manjar en plato ajeno, algo esperado y sin sobresaltos, que invita al intercambio de manjares en generoso y lento descenso. Se trata de una bajada pausada, suele prolongarse durante varias horas, con tiempo para contemplar como brillan las aguas con los destellos de antorchas y bengalas que surten de colores la noche nubosa de gula, en la que impera la fantasía y se confirma el amor.

Al llegar las lanchas oficiales al Puente Viejo, se ofrece una gran sesión de fuegos acuáticos compartidos por los alegres navegantes y por el vecindario que les da la bienvenida desde su pretil, y de nuevo cohetes artificiales y el chupinazo final que invita a proseguir la fiesta en la plaza de los Hermanos García Naveira e inmediaciones.

Esta tradicional gira fluvial y romería se ha visto desvirtuada en los últimos años, por la invasión de turbas de jóvenes incontrolados que se dedican a asperjar vino a doquier, en condiciones deleznables, y que le ha restado adeptos entre las personas de bien.

Fuente: http://www.cronistadebetanzos.com/

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