POR POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
En la década de 1960 don José María Pemán y Pemartín (1897-1981), escritor, poeta, dramaturgo, periodista y Caballero del Toison de Oro, escribió en el madrileño diario ABC un curioso artículo , muy divertido , denunciando el «modo de habla» de los «niños bien de la calle Serrano» en la capital del Reino.
He aquí unos ejemplos que yo recuerde :
.- Para pedir fuego al encender un pitillo : ¡INCINERAME EL CILINDRIN!.-
.- Para solicitar un vaso con vino a un camarero : ¡NIÑO , VACIA DE AIRE ESTE VASO!
.- Para repetir la consumición : ¡NIÑO , INSÍSTEME!
.- Para saludar a un grupo de amigas al llegar a una cafetería : ¡NIÑAS , DAROS POR BESADAS. NO OS DOY LA MANO PORQUE ME APESTA A VOLANTE!.-
.- Para comentar una merienda en un bar de pueblo : ¿SABÉIS? . ¡NOS HAN SERVIDO UNOS TAQUITOS DE JAMÓN CON ESO QUE LOS ECONOMICAMENTE DÉBILES LLAMAN PAN !¡
.- Para comentar la asistencia a una función teatral : ¡HUY! . NO HABÍA SITIO EN BUTACAS Y NOS HAN PUESTO EN EL PISO SUPERIOR. CHICAS , ¡ QUÉ VÉRTIGO!
.-Para comentar el estreno de un Seat-600 : ¡QUÉ MARAVILLA DE MÁQUINA. TUMBAMOS LA AGUJA SUBIENDO PERDICES! (La aguja era la señal del velocímetro y «perdices» es el nombre de una cuesta en Madrid)
Los tiempos cambian y años después , buscando una «democratización en el lenguaje» se sustituyeron «títulos» por expresiones más familiares o populares. Los profesores pasamos de ser «DON…» a ser «Profe» y , si había confianza «tío/a». Un médico perdió el «doctor» en favor de su nombre de pila , incluso «en abreviado» …Y hasta el Papa cedió lo de Su Santidad para llamarse tal cual indica su nombre de Papado.
Pero no queda ahí la cosa en esto de los tratamientos a personas «con edad, dignidad y gobierno», como se decía antiguamente. Ahora lo de «señoras, señores, amigos todos…» ha dado paso a una expresión unívoca muy curiosa : ¡ CHICOS! Y a veces, si el personal es unicamente femenino, ¡CHICAS!.
Y así , pongamos por caso, vemos a unos abueletes , entrados en años, invitando a sus nietos en una cafetería y…¡oh, maravilla! , todos son iguales en el concepto de llamada del camarero : ¡Hola, chicos, qué os apetece tomar?
Y el abuelete, con su sentido de humor de viejo, responde : ¡Mire USTED, para los niños, un refresco; para MI SEÑORA un café con leche; y para mi , ¡qué cojones!, un «cacharru con ron añejo».
Uno, que es de pueblo y entrado en años, lector apasionado de La Venganza de don Mendo, como muy bien saben quienes fueron mis alumnos, recuerda aquellos versos que don Mendo le decía a su amigo el marqués de la Moncada:
«… Siempre fuisteis enigmático
y epigramático y ático
y gramático y simbólico ;
y aunque os escucho flemático,
sabed que a mi lo hiperbólico
no me resulta simpático»
Pues esto es lo que me sucede a mi . Lo de «¡Hola, chicos! ¿Qué os apetece tomar? » NO ME RESULTA SIMPÁTICO.
Tengo una duda : ¿Lo enseñan así en las Escuelas de Hostelería» ¿O es aprendizaje adquirido en los ejemplos retóricos de Sálvame?.-