POR JOSÉ MANUEL JEREZ LINDE CRONISTA OFICIAL DE LA E.L.M. DE GUADAJIRA (BADAJOZ).
Comenzaba su andadura el frío mes de febrero, pero del año 2021 y comenzaba con la triste noticia del fallecimiento de Juan Antonio Díaz Pintiado. Para todos cuantos nos vemos inmersos en los entresijos de la historia y arqueología de la vieja colonia Augusta Emerita, fue y aún hoy lo es, una pérdida irreparable en todos los sentidos. Recuerdo especialmente aquellas mañanas en las que Antonio solía visitarnos, en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, y lo recuerdo además por el brillo de sus ojos y una sonrisa que parecía esconder la respuesta a muchos interrogantes que, aún hoy, siguen suscitando algunos de los muchos descubrimientos y excavaciones en la región extremeña. No en vano Juan Antonio estaría presente y participaría en numerosas intervenciones arqueológicas dentro y fuera de Extremadura. El arranque y traslado de muchos de los mosaicos que hoy admiramos llevan ese sello personal de “Pintiado” como era conocido.
Su astucia e intuición lo convertían en ese visionario infalible que conocía el terreno, vaticinando en ciertos casos, lo fructífero o no de una determinada excavación. De formación autodidacta, como el que suscribe, fue una figura fundamental vinculada, ya de por vida, a la propia historia de cada monumento o excavación. Las oleadas pandémicas unidas a los dos ictus a los que, por fortuna, he conseguido sobreponerme me permiten hoy retomar aquellos proyectos que permanecían aún en el disco duro y también en el corazón. A la memoria de Juan Antonio Díaz Pintiado.
Fuente: J.M.J.L.