JOSÉ MANUEL JEREZ LINDE, CRONISTA OFICIAL DE LA E.L.M. DE GUADAJIRA (BADAJOZ)
No creemos necesario hablar de la importancia del barrio de Triana en cuanto a tradición alfarera. Una tradición que se remonta, aproximadamente, a la época almohade (siglo XII). Por otra parte existen sobradas evidencias sobre la producción de lucernas en época romana, caso del antiguo mercado de la plaza de la Encarnación, que popularmente conocemos como “La Seta” cuyos restos arqueológicos evidencian distintas fases de ocupación.
El ceramista Manuel Ramos Rejano, de origen cordobés (1851), desarrollará su actividad alfarera en el sevillano barrio de Triana, hasta su fallecimiento en 1922. Con el denominado “Plan Badajoz” (plazo inicial establecido entre los años 1952-1965) tendrá lugar, en Extremadura, la puesta en regadío de miles de hectáreas. Durante este proceso de transformación, un importante entramado de acequias son construidas por el Instituto Nacional de Colonización.
Será la fábrica de Ramos Rejano la encargada de elaborar estos azulejos, y también paneles, con las siglas del Instituto. Estos azulejos poseen una medida de 20 x 20 cm y un grosor de 1 cm, están elaborados en una arcilla característica de los barreros sevillanos, de tono y textura cremosa, esmaltados en blanco con el anagrama INC (Instituto Nacional de Colonización) en color negro, y otras veces, en azul cobalto. Algunos de estos azulejos fueron encastrados en el hormigón de los sifones de riego, destinados al trasvase del agua a distintos niveles.
FUENTE: JOSÉ MANUEL JEREZ LINDE