POR MARÍA TERESA MURCIA CANO, CRONISTA OFICIAL DE FRAILES (JAÉN)
Nos proponemos dilucidar en este trabajo un suceso conocido, aunque no bien estudiado del último de los abades alcalaínos, Fray Antonio Sánchez Matas. Se trata de su destierro a Melilla, plaza de soberanía española en el Norte de África, hoy ciudad autónoma pero que en aquella época era, y lo fue desde el siglo XVII hasta 1909, penal para convictos y residencia de desterrados.
La relación del suceso, en Acta Municipal de 18 de septiembre de 1835 dice así: Se vio un oficio del señor Comandante General de la provincia de Málaga, Don José Santa Cruz, fecha catorce del corriente, por el que se manifiesta que el subteniente del Batallón de la Milicia Nacional de esta ciudad, Don José Antonio Cabrera, ha puesto a disposición de la Junta Directiva de Gobierno de dicha provincia al Ilustrísimo señor Obispo Prelado de esta abadía, que pasa a fijar su residencia en la plaza de Melilla, por determinación de dicha Junta, de que enterada la Ciudad acuerda quedar enterada, y que, por el señor presidente, se haga presente a la Junta de Gobierno de la provincia, insertando copia del dicho oficio.
La comprensión de este escrito exige situarlo en su contexto histórico, y eso es lo que hizo el antecesor y patriarca de todos los que investigamos en el pasado local, Antonio Guardia Castellano. El cual en su imprescindible libro Notas para la historia de Alcalá la Real, dice, en la página 255 : Iniciado en Málaga el movimiento revolucionario en el mes de agosto de 1835, constituyéndose en ella una Junta que dictaba órdenes soberanas secundadas por las demás Juntas Provinciales andaluzas… e de suponer que, ante ella, se elevaran supuestas quejas contra el señor Obispo-Abad y que la Junta Directiva lo mandase arrestar y conducir para responder de ellas. Aunque puntualiza: estas quejas contra el Abad serían más bien quejas contra su anterior provisor, Joaquín María Suárez, carlista furibundo, causante quizás causante del destierro del Abad al complicarle en sus manejos políticos. Pero, concluye Guardia, a pesar de nuestras diligencias no hemos podido, hallar un dato concreto que venga a confirmar nuestra hipótesis.
Por nuestra parte las diligencias se han encaminado a analizar punto por punto el oficio donde se contiene la noticia y recoger datos de Actas Municipales, anteriores y próximas a ésta del día 18 de septiembre.
ANÁLISIS DEL OFICIO
Su autor el Comandante General de la provincia de Málaga lo envía el día 14 de septiembre a la ciudad, o Ayuntamiento, de Alcalá la Real, donde llega y se lee, en sesión municipal cuatro días después, el 18 del mismo mes. Comunica el comandante que el subteniente Cabrera del Batallón de la Milicia Nacional de Alcalá ha puesto, a disposición de la Junta Directiva de Gobierno de la provincia de Málaga, al Ilustrísimo Señor Obispo Abad de la Abadía alcalaína. Y que por disposición de dicha Junta Directiva el Abad pasará a fijar su residencia a la plaza de Melilla.
No se dice que delito hubiese cometido el Abad para merecer tal castigo, pero se deduce su importancia por su entrega a la Junta Directiva y la forma de su detención y traslado a cargo de miembros de la Milicia Nacional, fuerza esta cívico-militar creada por decreto de 27 de febrero de 1835, necesaria entonces por el peligro carlista y para mantener el orden ciudadano.
FRAGMENTOS DE ACTAS MUNICIPALES DEL AÑO 1835
I. El 29 de agosto
Se reúne el Ayuntamiento en sesión extraordinaria, debido a noticias que han llegado de haberse alterado en Granada y Málaga el orden del Gobierno, mudando las autoridades, y aún proclamando la Constitución del año 1812 … proclamando al mismo tiempo a nuestra reina Isabel II … con cuyo motivo este vecindario ha principiado a hacer demostraciones de júbilo y alegría, aunque sin efectuar actos, ni demostrar grupos algunos que comprometan el orden y la tranquilidad …
II. El 5 de septiembre
Se lee un oficio del conde del Donadío, presidente de la Junta Provisional de Gobierno de la provincia de Jaén, fechado en 29 de agosto anterior, manifestando, igual que ha hecho a todos los pueblos de la provincia, el estado de la capital y la actitud que se ha tomado: proclamando las libertades restringidas en el anterior Gobierno y suprimiendo las ordenes religiosas masculinas, ordenando el cierre de conventos… Se citan los cuatro conventos alcalaínos y se ordena se haga inventario de sus bienes … También se ordena que todos los pueblos de la provincia envíen un representante a la capital el día 12 de septiembre para la elección de las personas que han de componer la Junta de Gobierno Provincial … .
Se lee un oficio de esta Junta Provisional, con fecha 3 del corriente mes, que pasó a los señores comisionados para que por esta Corporación y por medio de personas de conocido patriotismo y probidad intervengan los productos de los diezmos, existentes y que ingresen de la Abadía, que detendrán a disposición de dicha Junta, dando la cuenta para las disposiciones que estimen competentes. Y enterada la ciudad, y confirmados, se acuerda para el desempeño de este cometido e intervención a los señores Licenciado don Antonio Sánchez regidor y don Juan Sánchez Extremera sujeto particular. Ambos de conocida probidad y patriotismo, a quienes se libra el oportuno testimonio para que executen su cometido, dando las disposiciones que crean convenientes para que tenga efecto.
La reacción del Abad ante esta noticia fue seguramente la causa de su detención y posterior destierro, por haber enviado al Ayuntamiento un comunicado en el que se negaba la autoridad y legitimidad del Gobierno vigente de las Juntas.
III. 14 de septiembre
El señor licenciado don Antonio Sánchez Cañete hizo presente a la Ciudad, como ya le consta a algunos de sus individuos, que en Cabildo del 7 del corriente se leyó, por el señor Presidente que había entonces, una comunicación u oficio del señor Obispo Abad de esta ciudad, dirigida a su presidente y Ayuntamiento, en la que copiaba un decreto que traía la Gaceta de Madrid el día cuatro del mismo mes, por el que se declaraban ilegales las Juntas de Gobierno, nulos sus actos y responsables todas las Autoridades que obedezcan sus disposiciones. Y pedía, el alzamiento de la intervención de diezmos, o de lo contrario se le libraba testimonio de ello; Continúa el relato del Licenciado Antonio Sánchez sobre su objetivo, que era conseguir la entrega del oficio del Abad; pero el Alcalde Mayor, enfermo en la cama le dijo al secretario que no había dado curso al oficio porque en seguida le pasó otro al señor Obispo para que no le diese curso alguno por hallarse enteramente convenido. Y por haber caido enfermo no lo ha hecho presente a la Corporación. Ésta acuerda que se saque testimonio literal del Acta relativa a este negocio y se remita, con el veredero1, a la Junta Provisional de esta provincia para su conocimiento y efectos.
18 septiembre
Se inicia este acta, que es donde aparece el comunicado del Comandante General de la Provincia de Málaga, con un oficio del Conde de Humanes2 presidente de la Junta de Gobierno de la Provincia de Jaén, lo que nos indica se ha efectuado la elección de los componentes de la Junta el 12 de septiembre, tal como se ordenaba en el acta de 5 de septiembre. Y con ello ponemos fin, creemos, a lo que nos propusimos de poner enclaro, o dilucidar, el episodio de Melilla en relación con el abad Sánchez Mata.
VIAJE Y ESTANCIA EN MELILLA DEL ABAD SÁNCHEZ MATA
El destierro de Fray Antonio debió durar muy poco, ya que consta su estancia en Alcalá el 17 de noviembre, cuando se preparaban los festejos de la onomástica de la reina, pero desde bastante antes debía estar libre, ya que le alcanzó la amplia amnistía concedida- al principio de su mandato- por el tercero de los presidentes del Estatuto Real, Juan Álvarez Mendizabal, (14 septiembre 1835-15 mayo 1836) quien también terminó con las Juntas de Gobierno Provinciales transformándolas en las actuales Diputaciones. En el Acta de 9 de noviembre se leyó el Decreto de 21 de septiembre sobre el establecimiento provisional de Diputaciones Provinciales.
Debió ser un verdadero calvario para el Abad, de 72 años tanto su estancia en Melilla como el viaje de ida y vuelta, aunque este último sería más llevadero al hacerlo en libertad.
Indudablemente debió recordar otra estancia, con viajes mucho más largos en el otro lado del Océano, cuando fue nombrado a sus 56 años obispo de La Paz en el Alto Perú, donde vivió los últimos años del Imperio Español en América Continental. Etapa difícil en su biografía, relatada magistralmente por Juan Higueras Maldonado en las Segundas Jornadas de la Abadía; Así como lo fue la larga etapa alcalaína por nuestro homenajeado, José Bolívar Gómez-Urda, en las Primeras Jornadas.
La Melilla en la que desembarcó Fray Antonio un 18 o 19 de septiembre de 1835 era tal como hoy es la llamada Melilla la Vieja, barrio antiguo de la espléndida Melilla la Moderna ciudad que creció desde 1909.
La Melilla de 1835, la del Abad, era un recinto amurallado, con fuertes bastiones, fosos y torreones, una ciudad fortaleza con calles estrechas y edificios en los que no destacan ni la belleza ni la suntuosidad y mucho menos la comodidad, como puede observarse en el plano adjunto.