POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS Y DE HINOJAL (CÁCERES)
Taiwán como Ucrania están desgraciadamente de moda. Ambos países son amenazados por países autoritarios que no quieren que estos territorios y sus pueblos sean libres. Esta semana de agosto hace ahora siete años estuve invitado por el Gobierno de Taiwán a visitar la isla para conocerla desde el punto de vista turístico. En el mapa se ve también la isla china de Hainán, cuya capital es Haikou, donde pasé en marzo de1997 unos diez días, pero esa ya es otra historia.
Una crónica anterior
https://pacorivero.blogspot.com/2015/08/doce-horas-de-vuelo-hasta-taiwan.html
Puedo decir que fue un viaje muy agradable y del que guardo un grato recuerdo. Resulta que tengo algunas fotografías en mi móvil que ahora usaré para recordar ese viaje. De él di una conferencia en Madrid promovida por la embajada de Taiwán en España y ofreciendo a los asistentes un chupito del mejor whisky taiwanés, Kavalan, del que aun guardo un poco en una botella y al que la guía Peñín le da un 95/100. La botella sale a 65 euros.
A bote en pronto recuerdo el edificio 101, que durante años fuera el más alto del mundo. Entré en su interior y me explicaron su gran estabilidad gracias a una enorme esfera que hay en su interior y que lo reajusta ante los vaivenes del terreno. Todo ello se puede ver e el video que filmé. Aquí tuve el honor de ser invitado a una cena por los amigos del Skal Internacional de Taipei, pues ya saben que el Skal tiene dos pilares: La amistad y hacer negocios entre amigos.
Encuentro del Skal de Madrid con Skal Taipei:
https://skalmadrid.blogspot.com/2015/09/diploma-del-skal-de-madrid-para-el-skal.html
Durante todo el viaje me acompañó una eficiente y magnífica guía, con la que hablamos por WhatsApp de vez en cuando, Helena Hsieh, ue hablaba un estupendo español, y con la que una ocasión me encontré con ella en Madrid.
Poca gente sabe que esta isla, llamada por los portugueses Formosa (Hermosa) también perteneció en el siglo XVII a España, a pesar de que de allí fuimos expulsados por los holandeses. Aun se conserva un castillo, el de Santo Domingo, Y la primera bandera que se ve es la de España por ser la potencia que lo construyó.
Además de la visita al Museo Nacional que conserva preciosos bienes artísticos de la China continental, hay que visitar el edificio que es un homenaje a Chiang Kai Shek, el creador de la República de Taiwán, monumento que era muy visitado por los turistas procedentes de la China comunista, con un total d más de 650.000 objetos acumulados durante siglos, entre ellos vi la famosa joya que era una piedra en forma de carne.
Una simpática excursión fue al Lago del Sol y la Luna, en el centro de la isla, donde aún se conservan culturas aborígenes. Para llegar hasta allí, me llevó un coche del Ministerio de Turismo, pero lo que sí me llamo la atención fue la doble autopista que había. Una a ras de suelo, otra como un enorme puente kilométrico encima. Claro, El terreno es Taiwán es carísimo. Una comparación: Extremadura tiene 41.400 kilómetros cuadrados y la habitan menos de 1.100.000 personas. Taiwán con una superficie menos de tan solo 36.000 Km2 posee una población que supera los 23 millones de personas.
El lago es una preciosa joya, en plena naturaleza. Me llevaron en barca hasta la famosa y pequeñísima isla Lalu, en el centro del mismo lago, pero que ha visto disminuida su superficie por un terremoto. Tras la visita hubo una demostración de baile y folklore de las tribus que habitaban estos contornos.
Estas jornadas terminaron en el restaurante Le Moût, en la ciudad de Taichung, con una estrella Michelin, que tuvo que cerrar en plena pandemia. Ahora el restaurante se llama Le Côté LM. Excelente y muy recomendable. Le dan una nota de 4,9/5. ¡La dueña, para homenajearme, tuvo a bien ofrecerme un jerez español de 1946!
La vuelta la hice en un tren rápido, similar al AVE y, por supuesto, muchísimo más rápido que el AVE de Extremadura, cuyo buen funcionamiento hay que exigir continuamente a Renfe. Los extremeños, como los taiwaneses, también existimos.