POR MIGUEL ÁNGEL FUENTE CALLEJA, CRONISTA OFICIAL DE NOREÑA (ASTURIAS)
Si hubo un hecho que marcó para siempre a los aficionados asturianos de aquella época y a cuantos se desplazaron a ver este rally desde otras provincias fue sin duda el «Ciudad de Oviedo» del año 1972, luego denominado «Príncipe de Asturias» y en la actualidad «Princesa de Asturias». Era puntuable para el Campeonato de España bajo la organización del Real Automóvil Club de Asturias, dirigido con especial minuciosidad por el ingeniero de minas José Manuel Fernández Felgueroso y un potente equipo de colaboradores. Los días anteriores a la prueba el ambiente que había en Oviedo, extensivo a media Asturias, fue inusitado. La cartelería llena de colorido ya había causado sensación en la propia imprenta donde había sido hecha. Pancartas, ediciones especiales de prensa y radio daban presencia y animaban el momento. La calle Pelayo, epicentro de todo el montaje, recibía a pilotos llegados de toda España, sponsors oficiales, periodistas especializados, anunciantes y patrocinadores del rally, copilotos en busca de sus hojas de ruta y localización de las carreteras por donde iba discurrir tan importante prueba automovilística. Todos iban y venían a la oficina de prensa en el edificio «La Jirafa», sede de la organización. El ambiente era extraordinario y el plantel de pilotos inscritos muy importante.
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