EXTRACTO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE BETANZOS

POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)

Vista de Betanzos a principios del siglo XX. / Foto F. J. Martínez Santiso - Placa de cristal archivo del autor

Vista de Betanzos a principios del siglo XX. / Foto F. J. Martínez Santiso – Placa de cristal archivo del autor

De seguir la leyenda, Betanzos sería fundado por Brigo, hijo de Túbal y bisnieto de Noé, sobre la loma de San Martín de Tiobre, en cuya parroquia se conserva el topónimo “Betanzos Viejos”. Por estos lares enfilarían la Ría los fenicios, de ahí la pasión de los naturales por el mar y el comercio, originándose expediciones hacia el Norte e Islas Británicas, en cuya Historia consta como Breogán había sido progenitor de ocho de los caudillos que de aquí partieron y capitanearon las incursiones por otras tierras hasta asentarse en Irlanda.

Transcurridos algo más de mil años y durante la dominación romana, sus habitantes recibirían el derecho de ciudadanía por merced de Tito Flavio Vespasiano , por lo que sería conocida como Brigantium Flavium, presente en el itinerario de Antonino en la Vía “per loca marítima”, y su puerto en el vértice del “Magnus sinus artabrorum” o Golfo Ártabro. Les seguirían los suevos, los visigodos y con menor incidencia los musulmanes, que no llegarían a dominarla.

Sus vecinos elevarían una solicitud al Rey Alfonso IX, el 18 de julio de 1212, solicitando el traslado poblacional al Castro de Untia, propiedad del monasterio de Sobrado, a lo que accedería el monarca por privilegio rodado expedido en Valencia de Don Juan, el 13 de febrero de 1219, procediéndose a la traslación y construcción del puerto y murallas de protección. En su condición de población de realengo, se haría acreedora de numerosos privilegios concedidos por los monarcas, quienes la honrarían con visitas Reales a lo largo de toda su dilatada Historia. En el siglo XIV, y en razón al desarrollo comercial de sus habitantes, serían conocidos como los genoveses de Galicia.

En el año 1465, el Rey Enrique IV elevaría la villa a la categoría de ciudad, y dos años después le concedería una Feria Franca anual, a celebrar en todo el mes de noviembre. Este monarca habría de influir para que la población de Betanzos y su Tierra se levantara en 1467 contra la nobleza opresora, que protegía a delincuentes en sus fortalezas, coartando su libertad hasta perturbar el cultivo de sus predios, acudiendo a la llamada del escribano Juan Blanco, desde la Plaza Real, para unirse a la revuelta irmandiña por él propiciada. A mediados del siglo XVI compartiría capitalidad provincial con La Coruña, y sería desdoblada en el reinado del Emperador Carlos I, siendo una de las siete que conformaban el Reino de Galicia. Estaba gobernada por un Corregidor de nombramiento Real, que ejercía Justicia en su nombre, regidores, procuradores y diputados del común de vecinos, representantes de sus cinco gremios de sastres, labradores, marineros, zapateros y artes y oficios, una vez integrado el de los tablajeros en éste último en el siglo XVII.

Los linajes más señalados del reino levantarían sus palacios en las calles y plazas principales de la urbe, desaparecidos en buena parte a causa de los incendios generales de 1569 y 1616, al tiempo de instituir fundaciones y erigir artísticos sepulcros en sus monasterios e iglesias, que culminan el gótico gallego, por cuya condición sería titulada como Betanzos de los Caballeros, a quienes el Rey Felipe II, por Real Cédula del 6 de septiembre de 1572, les ordenaría la constitución de la Cofradía de los Caballeros. Aquí tenían solar y asiento las Casas de Andrade-Lemos, Vilouzás, Mariñas, Castro, Parga, Pardo, Lanzós, Maceda, Figueroa, Bendaña, Oca, Becerra, Sanxiao, Varela, Reymondez, Pardo de Cela, Ribadeneira, Morelle, Aguiar, Quiroga, Bermúdez de Castro, Moscoso, Camba y un largo etc., que superaría los doscientos hijodalgos y numerosos títulos nobiliarios.

En el reinado de Felipe V, sería creado en 1734 el Regimiento Provincial de Betanzos, que prestaría grandes servicios a la Nación, incluso como guardia del Palacio Real, hasta que fue suprimido en la reforma militar efectuada en 1841, y su provincia en la territorial del 24 de abril de 1834.

Durante la ocupación del Reino de Galicia por los franceses en 1809, en el contexto de la Guerra por la Independencia, Betanzos sería la única capital que no capitularía ni recibiría ceremoniosamente al invasor, dedicándose exclusivamente a combatirlo hasta lograr su expulsión del territorio patrio.

Por Real Decreto del 17 de diciembre de 1918, el Rey Alfonso XIII le concedía a su ayuntamiento el tratamiento de Excelencia, ostentando la ciudad, la más antigua de Galicia, el título de “La Muy Noble y Muy Leal, Real y Antigua Ciudad de Betanzos de los Caballeros”, que sería declarada Conjunto Histórico Artístico el 31 de diciembre de 1970.

Fuente: http://www.cronistadebetanzos.com/

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