POR MARÍA TERESA MURCIA CANO, CRONISTA OFICIAL DE FRAILES (JAÉN)
En septiembre el Paseo de los Álamos se convertía en un paraíso para los niños, un mundo de farolillos y cadenas de luces que parecían unir aquellos puestos impolutos alineados como soldados en formación a ambos lados del parque en las que se mezclaban de forma abigarrada dulces, golosinas, juguetes y chamarilería. Era un mundo fantástico al que los niños alcalaínos y de toda la comarca tenían acceso libre una vez al año durante la Feria de San Mateo de Alcalá la Real.
Les propongo que hagamos un alto en el camino y miremos atrás para recordar aquellos años en el que San Mateo se instalada en El Parque de Los Álamos, corazón y pulmón de la vida de Alcalá.
HACE 124 AÑOS
La Feria se trasladó a su actual ubicación en 1983, más de un siglo después de su creación, que se remonta a 1895. Pero fueron los años 60 y 70 del siglo XX, el periodo en el que la Feria de Alcalá vivió uno de sus momentos más brillantes y emocionantes de su historia.
Durante un siglo, la Feria de Alcalá apenas cambió. Se celebraba en el Paseo, con dos casetas y con más o menos actividades, sin duda dependiendo de la disponibilidad presupuestaria y de la imaginación de los organizadores. El año de su inauguración se arrendaron unas casetas de madera procedentes de la Feria de Granada. Y al año siguiente se autorizó a un sindicato de carpinteros alcalaínos a hacer y explotar por varios años las mencionadas casetas, cuya forma se prolongó hasta los años 60 del siglo XX.
Esta década supuso para Alcalá como para toda España años de despegue económico y del inicio de la reconciliación nacional, promovida no por el Régimen, pero sí por los intelectuales, la Iglesia y otras fuerzan políticas y sociales. El primer acto fue en febrero de 1959, la conmemoración del XX aniversario de la muerte de Antonio Machado. En nuestra ciudad durante la década de los sesenta, el Circulo de Estudios Alonso de Alcalá, llamado así en honor del humanista y médico colaborador de Cisneros en la Biblia Políglota, promueve lecturas poéticas, con fondo musical, de García Lorca y otros poetas del 27, así como representaciones de teatro leído de los autores más polémicos, tanto españoles como extranjeros. En febrero de 1967 se envía, desde la alcaldía alcalaína, una memoria-informe a la subsecretaría de Turismo sobre las posibilidades de creación de una ruta turística árabe-andaluza y el papel que podía desempeñar Alcalá la Real en ella.
En los años sesenta se inicia una expansión imparable hasta hoy de la ciudad hacía el sur, con el establecimiento de industrias importantes en esta zona. En el aspecto educativo se crea en 1960 un Centro Oficial de Patronato de Enseñanza Media (COPEM) que cumplió sus objetivos durante toda la década dejando preparado el terreno para la inauguración, en 1970, de un Instituto de Educación Secundaria, el Alfonso XI. Alcalá comienza a despertar al mundo, pero está muy alejada de la política internacional marcada por La Guerra Fría. El 4 de diciembre de 1963, recogemos lo expuesto en el Libro de Actas ante la noticia del asesinato de Kennedy:
…el sentimiento de pesar que les ha causado el conocimiento de la noticia del infame y alevoso asesinato del presidente de los Estados Unidos en unos momentos en que la paz mundial y el justo equilibrio de fuerzas hacen necesaria su presencia personal. Con tal motivo y por aclamación se acuerda conste en acta el común sentimiento y pesar de los señores de la Corporación.
Con la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975 se inicia un cambio político, acelerado tras el gran respaldo popular al Proyecto de Ley para la Reforma Política aprobado en diciembre de 1976. Con amplia mayoría en Alcalá. En este contexto histórico situaremos las ferias que hacían soñar a chicos y grandes. El Paseo se convertía en el mágico escenario donde se despedía el verano y se saludaba el otoño.
Durante la década de los sesenta y setenta del siglo XX los días señalados para la feria eran del 21 al 26 de septiembre con cuatro excepciones: la primera el año 1964, la Diputación Provincial había acordado celebrar el Día de la Provincia en Alcalá y se hizo el 20 de septiembre y por todo lo alto, el programa de actos da buena cuenta de ello. Desde las 9 de la mañana las Bandas Municipales de Jaén, Alcaudete y Alcalá ofrecieron una diana para llamar a los vecinos a despertarse e iniciar el día festivo. Se recibieron a las autoridades en el Ayuntamiento, y la Diputación Provincial hizo una reunión extraordinaria con los alcaldes de los pueblos que integraban el partido judicial.
Un “Te Deum” y otra serie de actos llevaron a la hora de la comida, y tras ella una concentración de Bandas de Música y unos juegos florales provinciales dedicados al otoño, actuaba como mantenedor ni más ni menos que José Antonio Ochaíta, poeta, escritor, nacido en Jadraque (Guadalajara) en 1905, y muere en 1973. Con Solano, Valerio, Rafael de León, Quintero y Quiroga fue autor de numerosas letras de famosísimas canciones.
La jornada se cerraba con un baile en la “Caseta Andaluza” a eso de las 22 horas. El año 1969 los festejos dieron comienzo el día 20, pero en esta ocasión sin tanto boato. Como siempre la apuesta cultural estaba en el teatro Martinez Montañez donde la compañía de teatro “Tirso de Molina” puso en escena la famosísima obra de Miguel Mihura, Ninette y un señor de Murcia. La compañía repitió al día siguiente.
PRUEBA DEL ALUMBRADO
El año 1974, el día 20 de septiembre a las once de la noche se anunciaba la revisión de las instalaciones de la feria (alumbrado y casetas) por la Excelentísima Corporación Municipal. Tenemos aquí el inicio de la prueba del alumbrado.
Y el cuarto y último año que la Feria comenzó el día 20 de septiembre fue en 1976, el programa oficial de festejos se iniciaba con una exposición en el Palacio Abacial del ilustre maestro alcalaíno Rafael Revelles.
Tres son los alcaldes que ocupan la alcaldía en los años que estamos historiando: José Garnica Salazar que será la cabeza de los alcalaínos hasta 1965; le sucede Miguel Sánchez-Cañete Salazar hasta el 1974; y Francisco Gallego Marchal que fue el alcalde de la transición. La Feria iba de menos a más; imprescindible la banda de música, abría con sus sones los días de ocio y fiesta, junto con los estruendosos cohetes y el repicar de las campanas.
FERIA DE GANADOS, EL ORIGEN
A media mañana del primer o segundo día de feria se abría la Real Feria de Ganados, aunque hay años en los que ni siquiera se anuncia en el programa oficial. La venta y compra de animales era el acto principal y se sellaba con un apretón de manos. La palabra era ley y los corredores hacían su agosto en tan importante feria. Las ferias de ganado que han existido desde el siglo XI, dieron lugar a raíz de la creación de la Feria de Sevilla, en 1847 por los empresarios Narciso Bonaplata, catalán y el vasco José María de Ibarra, a una serie de instalaciones anejas y efímeras que servían para refugiarse del calor y para tomar refrigerios entre trato y trato de ganado. Aquí está en el embrión de las casetas de todas las ferias de España y en especial del modo de hacer las ferias en Andalucía.
LUGAR DE ENCUENTRO Y PERDICIÓN
De entre los múltiples atractivos de la Feria, el lugar más deseado entre los jóvenes y menos jóvenes eran LAS CASETAS que durante los días feriados eran un ir y venir de actividades desde el medio día hasta altas horas de la madrugada y en ocasiones al alba. Entre dos y cuatro fue el número de ellas; situadas en el Paseo en la zona más lateral y ocupando el lugar en donde hoy se encuentran las fuentes de “Las Ranas”.
La Feria de Alcalá en estos años no tenía portada tal como ocurría en otros recintos de capitales andaluzas y pueblos grandes. Servía de puerta de entrada la Fuente de los Álamos. No obstante, las casetas, se esmeraban cada año en lograr una portada exquisita. Entre las más logradas y llamativas siempre estuvieron las portadas de la “Caseta El Pireo”. Las hubo de inconfundible estilo andaluz con ladrillo visto y reja, de mampostería blanca y mural, y de un estilo neoclásico de dudoso gusto.
Las casetas eran, han sido y serán lugar de encuentro por antonomasia en la feria, pero cada clase en la suya. No obstante, siempre hubo esa tensión de querer entrar en las mejores y con mejores orquestas y solistas, pero la Feria, como otras muchas reuniones sociales mantiene un código “del ser y estar” inviolable.
La más destacada, era la caseta “La Andaluza”, y la más popular la del mismo nombre “Popular” también conocida entre las gentes como “El Pellizco”, por los apretones que los mocitos les daban a las chavalas mientras bailaban. Fea y machista costumbre hoy ya, por suerte, reducida a acto de acoso intolerable. En todas se pagaban entrada y en algunas como la del “Pireo” se accedía por invitación de los socios.
LAS ORQUESTAS, DÉCADAS DE GLORIA
En 1960 hizo sonar sus melodías en la caseta “Andaluza” la famosa “Orquesta Gumar” de Guardamar del Segura (Alicante), que se surtía de músicos de la Banda de Música de Guardamar. Hasta Alcalá llegaron con siete profesores y una guitarra eléctrica, aunque también se hacían acompañar por una bella vocalista. Su música del gusto de Glenn Miller y Javier Cugat, bailona y sensual. Y al año siguiente la Orquesta de la Sala de Fiestas del Balneario de Lanjarón de Granada.
En 1963 son tres las casetas que se instalan en el recinto ferial del paseo, las siempre presentes “Popular” y “Andaluza” y se unió la conocida como “Mi Caseta”. El año 1967 actuó en la Caseta Andaluza el conocido guitarrista granadino Manuel Cano Tamayo guitarrista payo, muy conocido en este mundo de la guitarra con su propio nombre artístico de Manuel Cano, nació en Granada en el año de 1925 y murió en su misma ciudad en el 1990. Sobresaliente guitarrista del flamenco, fue también un reputado estudioso e investigador. Como concertista Cano paseó la guitarra flamenca por todo el mundo, siendo ésta una de sus primeras ocupaciones.
EL MITO DE “LOS ÁNGELES” Y “LOS DIABLOS”
En 1969 el día 23 de septiembre actuaban en la caseta Andaluza “Serenade” y los “Sostak’s” y a continuación el mejor conjunto musical del momento “Los Ángeles” fueron un grupo de Granada formado en 1963 y cuya carrera se vio truncada en 1976 cuando un accidente de tráfico acabó con la vida de dos de sus miembros, Poncho y José Luis. Tuvieron gran éxito junto con otro de los grupos sesenteros que visitaron Alcalá por su feria “Los Serenade” que desde los años cincuenta la orquesta alzireña recorrió el territorio nacional. Su nombre está unido a momentos inolvidables que llenaron la vida de varias generaciones.
Ya en los setenta tomaban el relevo las orquestas “Came Ros´s”, “Sammy y los Leiva”, la orquesta sevillana “Los Imperio”, y la cantante italiana Rita Dory. Aunque la gran atracción de aquel año, 1972, en la”Caseta Andaluza” no podía ser otra que “Los Mismos” que sin miedo al avión ni al barco llegaron hasta Alcalá y llenaron la feria con sus melodías: pintaron con su nombre las paredes del recuerdo de muchos sesentones, ataron una cinta no en el viejo roble, sino en los altivos álamos y nos hicieron bailar una polka con un barril de cerveza. Otras orquesta actuaron en la feria de otoño “Época 2000”, “Sabor Cubano”, “Tawata Show”, etc.
Son los setenta años felices y en 1974 conforman la feria cinco casetas: la “Caseta Popular”, “La Caseta de la Juventud”. “Caseta del Círculo Taurino “El Pireo”” “Caseta de Condepols” y “La Caseta Andaluza”, dos años después la de la empresa Condepols, era sustituida por la “Caseta del Motor Club”, y la de la Juventud por “Mí Caseta”. La caseta de la “Juventud” recibe el nombre porque la instalaban los jóvenes de la ciudad para sufragar su viaje de estudios. Y en ellas grandes orquestas que hacían que las parejas buscaran su centímetro cuadrado de gloria o mejor de suelo para bailar al ritmo que imponían las orquestas y estas eran: “Carlos y los Earth”, “Ángela y los Krim” y “Botas” en la Caseta Andaluza; en la de la Juventud: “Los Crisant”, “Reflexión” y “Expresión”; y en la Popular “Reacción”. Y aquel año 74 ofrecieron dos galas en la Caseta Andaluza como atracción especial el famoso conjunto “Los Diablos”.
También actuó Tony Landa en 1976 que por aquellos años ya no brillaba tanto su estrella. Y fueron actuaciones estelares las de Juanito Navarro y Eugenia Roca gran pareja cómica, y La Polaca todo un mito en la época, torbellino de sensualidad era esta rumbera flamenca. Entre los más recordados están el “Dúo Dinámico”, y también Basilio aquel cantante negro que cantaba a la no segregación en el lago negro o blanco. Y Georgie Dann que se había establecido en España, especializándose en la canción del verano, siendo su primer gran éxito «El casatchok». Se hizo muy popular, cosechando un gran éxito en las décadas de 1970 y 1980 con canciones de estribillos pegadizos y bailables y con letras a veces picantes como «El Bimbó», «Macumba», y un largo etcétera
CONCURSOS DE MISES
No todo era música en las casetas, también se realizaban otra serie de actividades que hacían unos días verdaderamente felices. Eran frecuentes los concursos de cante y baile, de cantos populares y melodías modernas, de flamenco, de disfraces, concursos infantiles de trajes regionales y una gran verbena del “Mantón de Manila”.
Las casetas se abrían a eso de las 13 horas con los concursos y por la tarde sobre las 20 horas para el baile, y se podía tomar una “Cena Americana” que no es otra cosa sino una cena fría con mayoría de fiambres y ensaladas; o una cena-cotillón, para aquellos que no querían marcharse a su casa a cenar que era lo más frecuente. No faltaron en la Feria los concursos de mises tan reputados en aquel tiempo. La elección de mises, se hacía en la “Caseta Andaluza” la “Miss Feria” y en la “Caseta Popular”, la de “Miss Fiestas”, aunque tanto en una como en otra se realizaban las elecciones de belleza alcalaína. Para las jóvenes esta elección suponía un gran honor y especialmente una inyección de autoestima, que por desgracia o fortuna pasaba pronto.
También se elegía al muchacho más feo. Para ellas un importante premio, para ellos 500, 300 o 200 pesetas según el grado de fealdad del candidato. Y en el 67 elección de Miss Turista 1967 con motivo de la celebración del I día del Turismo en Alcalá la Real.
DEPORTES
Pues bien, los deportes tenían una parcela más que destacada en la feria, aunque los deportes estrella eran el fútbol y el tiro de pichón. Repasemos como era esta actividad tan programada en toda feria que se precie. El futbol no faltó ningún año a la cita con San Mateo, en liguilla o triangular, al menos durante tres o cuatro días se enfrentaban equipos con nombres tan variopintos como Atlético Alcalá, que llegó a estar en primera regional; Condepols, INEM, Sporting o Rayo Alcalá. Ya en la década de los 70 se organizó un trofeo con el título de “Feria de Alcalá”, que en 1977 se disputó entre el Granada 74, el Santa Fe y el Atlético Aben-Zayde.
También el ciclismo dejó su impronta en los programas de festejos, se inicia en 1965 y esta primera cita fue Alcalá Castillo, y en 1971 interviene la federación de ciclismo de Jaén; dos años más tarde recorrerán los ciclistas Frailes, Sabariego, La Rábita, Alcaudete y Ventas del Carrizal, estando patrocinada por la empresa “Piensos Aljasa”. También se organizaron competiciones de Balonmano, Baloncesto, Tenis, ajedrez, en el Salón Rojo del Casino, Boxeo, y pruebas de atletismo (altura, longitud, lanzamiento de peso, carreras de 100 y 600 metros).
Pero lo que nunca faltó a su cita fue el tiro de pichón, que en su mayoría se realizaban en la SA-FA, pero también se llevaron a cabo en el campo de tiro “Tres Eras” o en los “Cipreses”. Y con los setenta se introduce el tiro al plato que se celebraban ambos sin que uno fuera en prejuicio de otro. Hubo otros deportes mucho más populares como carreras de sacos, cucañas en el Paseo y en la plaza del Ayuntamiento, carreras de camareros, concursos de fuerza por equipos, carreras de cintas en bicicleta en el barrio de Belén, y en la calle Fernando el católico gran carrera de burros, y en 1974 primer certamen hípico de Alcalá la Real en la Huerta de Capuchinos y para que nadie se perdiese añadía el programa prolongación de Fernando el Católico.
LA FERIA PARA LOS NIÑOS
Volvamos al principio tras este recorrido por los programas de la Feria de los años 60 y 70. ¿Y la Feria de los niños?, ellos que tan importantes son en esos días, pues muestran su ilusión y proyectan sus sueños sobre los adultos.
El ferial de Alcalá fue siempre espectacular. Al menos una decena de atracciones se daban cita frente a la Estación de Autobuses y la Iglesia de San Antón. Este espacio sí que era un mundo de ilusión y fantasía. Deslumbraba antes de entrar en su tumultuoso mundo de cacharicos, cunicas y tiovivos. Sus luces brillantes de todos los colores, su ruido estridente de máquinas muy usadas y la música con que se ambientaba el ferial atraía a los niños de forma irresistible. La emoción de los paseos en estos mecanos ha sido siempre el alma de las Ferias. Hasta aquellos que nos producían temor por su más que arriesgado vuelo suponían una atracción frenética. Cada año más grandes, más llamativos, más peligrosos como el látigo, los coches de choque o las norias gigantes.
Durante los años sesenta las actividades programadas para niños en la feria de septiembre, se limitaban a los cabezudos que iban acompañados de personajes de cuentos como Blanca Nieves y sus inseparables enanitos; la bruja y el enamorado príncipe.
Era también frecuente que en la “Caseta Andaluza” se hiciesen concursos de trajes regionales de carácter infantil, que no era sino niños vestidos de gitano o gitana que disputaban quien lucía con más gracia tan imprescindible atavío.
GLOBOS Y FANTOCHES
Pero la actividad que año tras año no faltaba a la cita era la elevación de globos y fantoches en la Plaza del Ayuntamiento. Los globos aerostáticos de papel, son pequeños globos que utilizando aire caliente en su interior se lograba que se elevasen al cielo. Construir y volar globos o fantoches aerostáticos de tamaño reducido, es una afición que nos evoca ese tiempo pasado que intentamos reconstruir aquí como una de los grande atractivos de la nuestra Feria.
Y el año 1969 llega hasta Alcalá la compañía de teatro de guiñol “Tina Francis” y a las 5 y media de la tarde hizo su debut en la plaza del Ayuntamiento. El creador de la compañía era Francisco Porras Soriano, conocido como “El titiritero del Retiro”, que nació en Barcelona y murió en Madrid. Era un Titiritero nato, un predestinado. Fue el decano de los titiriteros españoles en este final de siglo. Creador de Tina Francis, la compañía que le llevó por medio mundo, e impulsor de cuantos a su puerta llamaban.
El personaje central de la compañía era Pirulo el que siempre maneja la estaca y reparte golpes a los malos. El teatro de marionetas tiene una clara proyección pedagógica. De ahí que se programen estos espectáculos para niños en la Feria de Alcalá, donde siempre se estaba a la última y se trataban de programar la mayor variedad de espectáculos y diversiones.
En el año 1971, durante los días 23 y 24 de septiembre nuevamente títeres; este mundo del guiñol, es el mundo de la fascinación. La ingenuidad de los muñecos, que adquieren vida propia cuando cuentan historias en el guiñol, provoca una atracción especial a todas las edades. Los títeres son una de las manifestaciones culturales más remotas. Los seres humanos tienen el impulso de actuar como dioses, de crear otros seres a los que manipular y dictar su destino. Desde la infancia, de forma natural, juegan con muñecos y peluches a los que hacen hablar, prestan cuidados, les dotan de movimientos, etc.
Los números que triunfaban en programas televisivos eran contratados en la feria para el disfrute de los más pequeños; el año 1972, Pepita Berdonés abría el día 22, para el “día Gordo” de feria, esto es el 23 se contrató el ballet de Loly Cava y el 25 a las 5 de la tarde “Tina Francis”.
Es en la década de los setenta cuando se tira la casa por la ventana y se procura que los niños disfruten de los mejores espectáculos de la feria y a los ya citados se unieron el teatro guiñol de Julio Robledo, los payasos “Ducos”, el ilusionista “Dommi”. O el festival infantil en el que actuaron: los payasos “Zipi y Zape”, “Los Palmarines”, y el ilusionista “Profesor Nadal”, eso sí, siempre en la Plaza del Ayuntamiento.
El apartado de concursos y exposiciones era también abultado, fueron reiteradamente programados los concursos de pintura y fotografía cuyas obras se exponían en el Palacio Abacial, aunque algunas por su singularidad llaman nuestra atención; es el caso del año 1960 que la exposición de fotografía era con motivo de elaborar un callejero fotográfico de la ciudad, o el año 1968 que se realizó una exposición de escultura y pintura desde el 15 de septiembre como homenaje de su ciudad al ilustre imaginero Juan Martínez Montañés en el IV centenario de su nacimiento. El año 72 a la fotografía y pintura, ya tradicionales en los salones del Palacio Abacial, se le unió una exposición de miniaturas, y el año 1976, el último día de feria, el 26 de septiembre se inauguraba la exposición de pintura de María del Carmen Pulido. Fueron imprescindibles los concursos de cucañas, de sevillanas y de bailes, de patios y balcones, de caballistas con sus parejas, flamenco, de canciones populares y modernas que llevó en 1977 al I Festival de la Canción “Pep Ventura”, en la Plaza del Ayuntamiento, concursos de disfraces, etc., etc.. También ese año se inaugura la I Feria Exposición de Maquinaria Agrícola y de Artesanía, el lugar elegido eran las naves de la carretera de Montefrío que se habían construido a tal fin.
MÚSICA Y SOLIDARIDAD
En 1977 se rompen moldes el día 23 de celebró el I Festival de la canción de nombre “Pep Ventura” en la plaza del Ayuntamiento; y la también I Jornada Internacional del Guiso” que se celebró en la Fortaleza de La Mota.
La solidaridad era cita obligada en la fiesta. Durante la década de los sesenta se celebraba una cuestación que era conocida como “Fiesta de la Flor” a beneficio del Patronato Nacional Antituberculoso, y otra, la conocida Fiesta de la Banderita a beneficio de la Cruz Roja. Ya a finales de los sesenta se inician la cuestación a beneficio de la Lucha Contra el Cáncer.
Y para terminar nuestro recorrido por las Ferias de los años 60 y 70 hay que destacar como un elemento de primer orden en el programa de festejos la labor de La Banda de Música. Esta formación estuvo presente a lo largo de estos casi veinte años y sus sones y conciertos inundaron de sonidos todos los rincones de la ciudad. Abrían la Feria con sus conciertos matutinos, intervenían en todas las celebraciones solemnes y cerraban con un nuevo recorrido por las calles de la ciudad recordando a los vecinos el fin de la fiesta y el comienzo de la cuenta atrás para la siguiente edición de la Feria de San Mateo.
En 1983, todo cambio para que, en el fondo, todo siga siendo igual: La celebración de la Feria para renovar el ciclo ancestral de la vida: el fin del verano y la llegada del otoño y así sucesivamente.