POR JOSÉ MANUEL JEREZ LINDE, CRONISTA OFICIAL DE LA E.L.M. DE GUADAJIRA (BADAJOZ).
De los numerosos espectáculos celebrados en los edificios públicos con los que contó la antigua Augusta Emérita (Mérida), queremos referirnos hoy al anfiteatro, que acogería la celebración de luchas gladiatorias o con animales y también las batallas navales llamadas Naumaquia (Naumachia).
Durante el reinado del emperador Tito Flavio Vespasiano (69 al 96 d C.), fundador de la dinastía Flavia, tendrían lugar múltiples representaciones de carácter lúdico en la misma Roma. Es con Tito, siguiendo seguramente el ejemplo de su antecesor Julio César, que se mandase llenar de agua el Coliseo para la celebración de estas batallas.
En el centro de la arena del edificio emeritense se excavó el foso, en forma de cruz, que por sus dimensiones, bien pudo servir como lugar que albergaría las jaulas de animales e incluso parte del atrezo necesario en cada representación. Finalmente una tarima cubriría dicha estructura. Salta a la vista de cualquier visitante, que las dimensiones y profundidad del foso, hacen impensable la incorporación de ningún tipo de nave de tamaño real por lo que, de celebrarse este tipo de exhibición naval, sería utilizando modelos a escala.
Hace unos años me hacían llegar la fotografía que ilustra el presente trabajo, y que muestra a unas adolescentes en su visita turística a los monumentos de Mérida. Me llamó poderosamente la atención comprobar esta adecuación del foso del emblemático anfiteatro emeritense que parecía revivir las antiguas Naumachias.
FUENTE: JOSÉ MANUEL PÉREZ LINDE.