POR ÓSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA DE LAGOS DE MORENO (MÉXICO).
“…escribimos para los demás. Cada artículo es una botella al mar: sólo cuando hay respuesta sabemos que el mensaje llegó a la playa adecuada”. Esto lo escribe en su columna de hoy Juan Villoro.
Escribir es un ejercicio de instrospección; publicar ya es un atrevimiento; hoy se hace con la esperanza de ser leído despertando un generoso “me gusta”, “me encanta”, “me importa”, “me divierte”, “me asombra”, “me entristece” o “me enoja” que es a lo que estamos limitados en las reacciones de lo publicado en facebook.
El siguiente nivel es el comentario, que puede ser positivo o no, con los conocidos que se llegan a convertir en cercanos o bien las solicitudes de amistad que bien pueden ser un sebo-chairo; la respuesta insultante es escala de referencia.
El último nivel es el del compromiso que corresponde a quien se atreve a compartir lo escrito en su propio muro personal; mi gratitud hacia quienes me han hecho ser leído de manera exponencial.
Sin agenda ni frecuencia obligada, he publicado “Comunicados del más allá” como una simple ocurrencia, tratando de hacer razonar de manera sencilla y jocosa la cauda de errores que detecto en cuanto a la vida pública de México, bajo mis propios límites de tiempo, análisis y mala fe.
Anuncio ahora la edición, próxima a aparecer, de los “Comunicados del más allá II”, que contiene los posteriores a la elección federal de 2021 hasta la llegada de las Guacamayas del 2022. Ya daré a conocer su venta en presentaciones y sobre todo en las Ferias del Libro en que Nicomedes pueda ser recibido.