FONDAS, POSADAS Y HOTELES CON ENCANTO (3)

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA (ALICANTE)

Año 1899. Anuncio publicitario del ‘Gran Hotel y Café de España’. / Colección de Fco. Sala

Una buena cama, limpieza y algunos de los requisitos básicos: la elección del alojamiento jugaba antes y ahora un papel clave en el éxito de cualquier viaje. Un hotel que cumpliera con las esas expectativas contribuía sin duda alguna a la satisfacción personal, bien fuera el viaje por ocio o negocios.

En 1883, también estuvo abierto al público el establecimiento de hospedaje titulado ‘La Triple Alianza’, en la calle Espoz y Mina, hoy llamada calle María Parodi, anunciándose como “nuevo establecimiento de hospedajes y comidas, con una magnífica terraza, desde donde se dominaba el mar, jardín del teatro, con frescas habitaciones y buenas camas. Servicio a la española -todos los platos puestos al centro de la mesa para compartir-, buen trato y precios económicos. Pasado el tiempo, en los años cuarenta del siglo XX, se levantó en el mismo solar la ‘Pensión y Casa Vera’.

Entre los más importantes hoteles de aquella Torrevieja del siglo XIX hay que destacar al ‘Hotel Café de España’, en un principio titulado ‘Gran Hotel y Fonda de España’, de Cayetano Mercader, instalado junto al Casino, frente al mar. La Amplitud de sus habitaciones y la frescura de la estancia, hacían que esta fonda fuera la privilegiada por todos los veraneantes que a Torrevieja se dirigían sin proyecto de alquilar casa no precisar servidumbre para pasar los días rigurosos de verano. Mercader atendía a su distinguida clientela con una afabilidad y distinción que hacían al viajero muy agradable la estancia en su casa. Cuando más podía apreciarse las muchas simpatías que tenía mercader entre los forasteros era a la hora del café, por la mañana: no era posible hallar mesa desocupada, ni dominó disponible; allí, en la parte del café, y dando la vuelta a la calle, se encontraban todos los murcianos saboreando el “caracolillo” y comentando los últimos sucesos que la prensa contaba. Por la tarde, en una segunda parte, los contertulios de la hora del café, vuelven con sus familias a deleitarse con el rico mantecado, horchata y limón helado, que tan bien elaboraba el repostero del ‘Café de España’. Por la noche volvía toda la clientela a tomar el “café de la cena”, es decir, que la estancia del veraneante en Torrevieja, se concretaba, en la mayor parte del tiempo a disfrutar de la agradable temperatura que ofrecía el bien situado ‘Hotel y Gran Fonda de España’ de Cayetano Mercader. Hacía 1919, ya fallecido su propietario, se hicieron cargo de la dirección del establecimiento su señora e hijos, CeferinoAntonio y Rita, que hicieron notables mejoras con la instalación de timbres y luz eléctrica en todas las habitaciones, además de contar con servicio de carruajes para todos los trenes. Pasó años después a ser propiedad de la familia Parodi y en su último periodo en que permaneció abierto pasó a ser de Mariano Esteve, su yerno Mariano Dolóny los nietos del primero, hasta el cierre y demolición del edificio a comienzos de la década de los setenta del pasado siglo. En la memoria de muchos quedan las fiestas de fin de año celebradas en los años sesenta, en su salón principal lleno de música, color, alegría, serpentinas y confetis, amenizadas por la ‘Orquesta Media Noche’ y con su vocalista Mariano Baños al frente. La familia Mercader tuvo otros negocios hosteleros. Ceferino Mercader fue propietario de una cafetería bar en la esquina de la calle Torrijos -hoy llamada Azorín- con la calle Canónigo Torres, bastante transitada por disponer de mesa de billar.

Otros hoteles, fondas, hospedajes y pensiones a principios del siglo XX, fueron la de Manuela Aguirre, viuda de Filomeno; José Gallud; la de la de la viuda de Prieto; y el ‘Hotel Español’, de Vicente Espinosa.

FUENTE: https://www.facebook.com/groups/170987916426842/?multi_permalinks=2018465288345753&notif_id=1665316396130281&notif_t=group_activity&ref=notif

 

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