DE JAIME I A FERNANDO VII • LA HUELLA REAL EN SEGORBE

POR RAFAEL MARTÍN ARTÍGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE SEGORBE (CASTELLÓN)

Es evidente que Segorbe no ha sido el foco de atracción para los monarcas que han gobernado nuestro país en las últimas décadas. Y si los datos no engañan, precisamente el pasado mes de abril se cumplían dos siglos de la última visita realizada por un rey a la ciudad episcopal.

Ni Juan Carlos I, ni su abuelo Alfonso XIII, ni Alfonso XII a pesar de la deuda que tenía con nuestra ciudad, ni la regente Mª Cristina, ni Amadeo I, ni Isabel II… pisaron jamás tierras bañadas por el Palancia.

Pero esto no fue siempre así. En época medieval especialmente, la presencia de reyes en Segorbe, aún siendo un acontecimiento extraordinario, resultaba hasta cierto punto y en determinados momentos, habitual. No cabe duda que en ello influyó la situación estratégica de la ciudad en la ruta de comunicación natural entre dos de las capitales más importantes del antiguo Reino de Aragón, como Zaragoza y Valencia; y también por la importancia de Segorbe como sede episcopal y feudo de señores y duques, emparentados con los reyes, e incluso en la línea sucesoria de las casas reales.

Así, podemos deducir en algunos casos y en otros simplemente detectar, la presencia de soberanos en nuestra ciudad, por referencias y documentos que así lo apuntan, pero para este breve artículo se ha querido recoger y no de forma exhaustiva, la relación de visitas reales con precisión de fechas concretas y en su caso, con los motivos por los que se produjeron.

El primer monarca de cuya presencia hay constancia escrita es Jaime I “El Conquistador”. Estuvo en Segorbe el 29 de marzo de 1254, fecha en la que rubricó dos documentos, uno de ellos estableciendo un acuerdo con el obispo de Valencia sobre unos obradores que éste poseía; y el segundo, otorgando un privilegio por el que cedía a Martín Gil la heredad de Cárrica.

Muchos más datos hay de las estancias de Pedro IV “El Ceremonioso”. Seguramente la más prolongada de las que tenemos noticia, fue entre finales de octubre y el 20 de noviembre de 1348. Llegó a Segorbe para enterrar a su esposa, Leonor de Portugal, fallecida en la vecina villa de Jérica afectada por la peste. Posteriormente logró reunir en la ciudad a sus partidarios en el reino con unos 17.200 hombres, para tomar Valencia en la llamada Guerra de la Unión. También celebró conversaciones con los embajadores de Castilla para tratar sobre la situación de ambos reinos.

De nuevo lo encontramos en Segorbe el 6 de enero de 1382, invitado por su hijo, el infante Martín y su esposa María de Luna con motivo de la Epifanía y la celebración de la “fiesta de los Reyes”. Y el 18 de marzo de 1385, firmando con su hijo el decreto de fundación y dotación de la Cartuja de Valldecrist.

Sorprendente puede resultar la presencia en Segorbe de Pedro I “El Cruel”, rey de Castilla, pero ocurrió el 19 de junio de 1364, cuando la comarca permanecía bajo el dominio castellano. Las crónicas dicen que venía de Sagunto y que por una enfermedad no identificada tuvo que realizar el recorrido en andas.

Martín I El Humano.

Martín I El Humano.

Si hubo un rey al que se puede atribuir una relación especialmente estrecha con Segorbe, fue sin duda Martín I “El Humano” que hay que nombrar siempre junto con su esposa María de Luna. No en balde fueron Señores de Segorbe y Condes de Jérica, e incluso con raíces de cuna para la reina ya que, según asegura algún historiador, nació en Segorbe, lo que explicaría que ambos tuvieran su residencia principal en ella, especialmente con anterioridad a su coronación. Como rey destaca su presencia en Segorbe a finales de 1401 con motivo de las Cortes del Reino de Valencia celebradas en la Capilla del Salvador de la Catedral que él mismo presidió. También se encontraba en Segorbe el 13 de julio de 1402, rubricando una provisión por la que manda al justicia, jurados y universidad de Jérica para el nombramiento de síndicos que asistan a las Cortes; y el 8 de octubre de 1402 ordenando el traslado al día de San Andrés, de la feria que empezaba en Almazora el día de Todos los Santos, por los perjuicios que pudiera causar a la que se celebraba en Castellón por el mismo tiempo.

Entre el 7 de septiembre y el 11 de octubre de 1457 residió en Segorbe la reina María de Castilla, esposa de Alfonso V “El Magnánimo”. A la sazón ostentaba el cargo de lugarteniente general del Reino por ausencia de su marido que residía en Nápoles.

Juan II El Grande.

Juan II El Grande.

El rey de Navarra y Aragón, Juan II “El Grande”, junto con su esposa Juana Enríquez, también pasaron un verano en Segorbe, entre el 30 de julio y el 30 de agosto de 1459. Su principal actividad en la ciudad se dirigió a poner el señorío de Segorbe en posesión de su sobrino, Enrique de Aragón, más conocido como el “Infante Fortuna” y la madre de éste, Beatriz de Pimentel, ante el descontento de la ciudad que repetidamente había rechazado la dependencia señorial y defendido la relación directa con el rey.

El hijo de Juan II, Fernando II “El Católico”, también tuvo una intensa relación con Segorbe. El 12 de septiembre de 1469, siendo Rey de Sicilia y con 17 años de edad quiso entrar en la ciudad intramuros de Segorbe, con la intención de poner la ciudad en posesión de su primo el Infante Fortuna, antes mencionado. Los representantes de la ciudad, contrarios a sus pretensiones, le negaron el paso en el Portal de Valencia y aunque la petición se realizaba en nombre del rey Juan II de Aragón, Fernando no pudo sobrepasar el arrabal, por lo que siguió el camino de Jérica.

El 22 de septiembre de 1474 Fernando El Católico recibió de su padre Juan II, el señorío de Segorbe, elevado al rango de baronía. Y cuatro años más tarde, Fernando II, ya rey de Castilla, León y Sicilia, le devolvió la baronía a su primo el Infante Fortuna, con título de ducado, para atraerse sus favores.

Los Reyes Católicos.

Los Reyes Católicos.

El matrimonio formado por Fernando II e Isabel I de Castilla, los Reyes Católicos, con el título de Aragón a añadir a los anteriores, estuvieron en Segorbe en alguna otra ocasión. Así el 31 de diciembre de 1481 pasaron en la ciudad la entrada del nuevo año, continuando su camino hacia Zaragoza el 2 de enero de 1482. Entre estas fechas, el 1 de enero de 1482, el rey confirmó y concedió nuevos privilegios otorgados por reyes anteriores a la Cartuja de Valldecrist en documento rubricado en la ciudad.

En 1488 estuvieron ambos monarcas de nuevo en la ciudad ducal cuya presencia motivó la organización de fiestas y regocijos; en esta ocasión les acompañó el cardenal Pedro González de Mendoza, de gran influencia en el Consejo Real.

El 28 de agosto de 1599, la ciudad recibía al rey de España y de Portugal, Felipe III “El Piadoso” y a su esposa Margarita de Austria. Venían de Valencia donde habían contraído matrimonio y se dirigían a Aragón. Los cronistas indican que fueron recibidos procesionalmente y agasajados como correspondía.

Con posterioridad, el 5 de marzo de 1619, viajó a Segorbe para ordenar el levantamiento del secreto de la ciudad y la posesión de ésta por el duque Enrique y once días después, el 16 de marzo de 1619 ordenó la convocatoria del Consejo General en la ciudad.

Tan sólo un año después, el hijo de Felipe III, Felipe IV “El Grande”, rey de España y Portugal, pernoctó en Segorbe el 19 de marzo de 1620. Se dirigía con su séquito hacia Zaragoza y Navarra.

El 5 de mayo de 1719, estuvo en Segorbe Felipe V “El Animoso” con la reina, Isabel de Farnesio, y el príncipe Luis (futuro rey Luis I). También les acompañaba el ministro cardenal Alberoni entre un nutrido séquito. Los invitados comieron en el Palacio del Gobernador, (Palacio de los Duques y hoy Casa Consistorial) y posteriormente continuaron su viaje hacia Navarra donde se encontraba el ejército en respuesta a la declaración de guerra por parte de Francia.

Fernando VII El Deseado.

Fernando VII El Deseado.

Pero tal vez la estancia más trascendental en el contexto de la Historia General de España es la que protagonizó el rey Fernando VII “El Deseado” el 15 de abril de 1814. Llegó a Segorbe con su consejo y se alojó en el Palacio Episcopal con su hermano el infante Carlos, su tío Antonio, Pedro Labrador, el general José Palafox y los Duques de Frías, Osuna y San Carlos. En la reunión se planteó la cuestión de si el rey debía o no jurar la Constitución de 1812 elaborada por las Cortes de Cádiz y se decidió de forma negativa, confirmándose días después en Valencia, recuperando el monarca el poder absoluto.

Dos frustraciones reales

Quedaría este trabajo más incompleto de lo que lo es, sino mencionáramos dos hechos que de alguna forma representan la frustración de Segorbe con la monarquía.

El primero se sitúa en los últimos tiempos del reinado de Carlos I (1500-1558). El monarca se planteó dos posibilidades para su retiro definitivo, al amparo de la orden de los jerónimos. El monasterio de Yuste, en Cáceres, y el de la Esperanza de Segorbe, se barajaron como posibles destinos y finalmente y por razones que desconocemos, el cenobio extremeño acogió sus últimos días y su tumba.

El segundo tiene como protagonista al rey Alfonso XII. Todo estaba preparado en Segorbe para su proclamación como rey contra el poder establecido. Aquí estaba preparada la Brigada de la Libertad al mando del brigadier Luis Dabán. Debía llegar el general Martínez Campos, pero temiendo que sus movimientos fueran detectados y abortados, cambió la ruta de su viaje: en lugar del camino del interior eligió el de la costa. La brigada Dabán marchó a su encuentro y el pronunciamiento finalmente fue en Sagunto el 29 de diciembre de 1874.

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