Antes en los pueblos había albañiles, mineros y labradores, carpinteros y tenderos, chigreros, etcétera. Hoy cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La llegada de algunos forasteros llama la atención a los escasos naturales que quedan. Sus ocupaciones y comportamientos nada tienen que ver con los de antaño. A continuación, pequeñas historias que confirman el cambio en nuestros pueblos.
LA NUEVA ALDEA