MIEMBRO DE LAS RR. AA. DE “ALFONSO X EL SABIO”, “MATRITENSE DE HERÁLDICA Y GENEALOGÍA”, Y DE “CULTURA VALENCIANA”.
Tenemos al pueblo de Abarán por uno de los que conforman el Valle de Ricote, que menos se prodigaron en la fundación de hermandades y cofradías religiosas. E incluso algunas de otros lugares tenían fuertes vínculos, y propiedades, en el término abaranero.
Citemos como ejemplo la cofradía de San Antón, establecida en la Ermita del mismo nombre, de Jumilla, que fundara Antonio Marín Mondéjar. Entre sus propiedades, en 1623, estaba la Venta Palomo, con ocho fanegas de sembradura alrededor de ella, todo en término de Abarán.
Unas dos décadas más tarde, en ocho de enero de 1641, el Vicario general de la Orden de San Antón, cuya encomienda mayor residía en la localidad burgalesa de Castrojeriz, manifestó ante notario, que la Venta del Palomo (creemos que situada más arriba del Tollo, cerca del cruce de Casablanca), tenía muy poca renta, y lo que producía se gastaba en reparos. Por lo que daba poder para venderla a censo.
Un mes más tarde, encontrándose en Abarán fray Pedro Zopeque, Comendador de las Casas Hospitales de San Antón en Murcia, vendió al vecino Juan Gómez Bajo, dicha venta y las ocho fanegas de sembradura alrededor de ella, valuado todo en 140 ducados, en siete ducados de pensión pagaderos por San Juan de cada año. Bajo ciertas condiciones.
La operación no fue duradera, pues en 27 de diciembre de 1755, nuestro paisano José Tornero de Cosme, recibió en arrendamiento del Real Hospital de San Antón, las ocho fanegas de secano que dicho Hospital tenía en la Venta del Palomo, cuya venta está inclusa en dicha tierra; en 66 reales anuales, por tiempo de seis años.
Sabemos que el mismo año (20 de julio), el Concejo de Abarán dijo que por Reales Concesiones el Real Hospital de Señor San Antón de Murcia, tenía privilegios de repartir cerdos, que se alimentaban y criaban en las localidades de este Reino, según el vecindario de cada uno; y que el que traen a Abarán suele ser tan perjudicial en la villa como en su huerta, pues a bastantes pobres les causa mucho daño. Y para remediarlo han tratado con don frey Andrés Sánchez, Comendador actual de dicho Hospital, que esta villa dará desde enero próximo 30 reales anuales y no se traerán dichos cerdos. Y ha condescendido. Por lo que se obligan por sí y sus sucesores.
En 1605 existía la Cofradía del Rosario, de la que era Mayordomo, Juan Tornero de Constanza. Continuando su existencia en 1641, junto con las del Santísimo Sacramento y Ánimas. Todas ellas se mantenían en 1721.
Por el testamento de don Mateo Losa y Llamas, cura propio, otorgado en 1753, sabemos que era Prefecto y Hermano mayor de la Hermandad y sagrada congregación del Santísimo Corazón de Jesús Sacramentado, y por tal se le debían celebrar 144 misas. A dicha hermandad dejó bienes en 1755 María Ruiz, por cuyo testimonio sabemos que se hacía novena y fiesta.
La Hermandad de las Ánimas, además de las cuotas de sus cofrades, y de las limosnas que recogía, tenía algunos bienes raíces. En 1766, siendo Hermano mayor Francisco García, compró ciertas porciones de tierra.
Todos estos esfuerzos, y otros, se fueron al traste en 1771, cuando el gobierno, tras varios intentos previos, decidió acabar con todas ellas. Primero se pidió información a los pueblos y ciudades, para que informasen de las que existían, dinero que recaudaban, y en qué se empleaba. El concejo de Abarán trasladó el escrito al párroco, quien contestó:
«La congregación o cofradía del Sagrado Corazón de Jesús de esta Parroquial, se compone de setenta y dos hermanos, y setenta y dos hermanas, que contribuyen por tarja, o limosna anual, quince cuartos por cabeza, la que percibe el Hermano Mayor; y con ella se hace la fiesta principal el viernes próximo a la octava del Corpus, de vísperas, procesión, misa y sermón, con su poca pólvora, el aniversario como es costumbre por los hermanos difuntos; y en cada mes una misa cantada y día señalado para la comunión; para cuyas funciones, comida del Predicador y Confesor que cada mes viene del Hospicio de Padres Observantes de la villa de Cieza, a confesar a la hermandad, a quien se le hace al fin del año una limosna, en lo que se gastan los doscientos cincuenta y cuatro reales, y cuatro maravedís, que importa dicha tarja; sin que tenga otra renta dicha Cofradía. Y ésta se haya aprobada por el ordinario, y está a cargo del cura que es o fuere de dicha parroquial, y del Hermano Mayor, que anualmente se elige.
Y por lo que hace a la hermandad, o cofradía, de Nuestra Señora de Monserrate, es cierto la hay en esta Villa, pero no se ha podido indagar el número de hermanos, por no haber en este pueblo sujeto que corra con ello, pues al fin del año, o de dos en dos años, viene uno con el libro del asiento a cobrar la tarja; y quien podrá dar razón de ello, y de los privilegios con que la usan, es el religioso que dicho convento tiene en el Hospicio de esa ciudad.»
Dado traslado al Intendente Corregidor, don Antonio Carrillo de Mendoza, el 18 de mayo de aquel año, éste informó al Gobierno en 30 de septiembre siguiente, que la villa de Abarán tiene 2 Cofradías, «que son, la del Corazón de Jesús, con aprobación del ordinario, y otra de Nuestra Señora de Monserrate, sin ella.
Y sobre la regla general de prohibirse rigurosamente las juntas, nombramiento, elección, turno o suerte de Mayordomos, Hermanos mayores o Priostes; toda demanda, o limosna para ellas; los convites, refrescos, caridades, rifas, aguinaldos, soldadescas, y todo gasto, o demostración profana.
Entiendo, que una, y otra deban extinguirse por perjudiciales, y gravosas a los vecinos, con la estafa de las tarjas, cobradas con más rigor, y puntualidad, que si fuesen contribuciones reales.»
Publicado en: Abarán, Feria y fiestas 2022.
FUENTE: EL CRONISTA