POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
Hay un extenso territorio que va desde Yanguas a Medinaceli, en la provincia de Soria y sus correspondientes poblaciones fronterizas de la provincia de Zaragoza, que si bien hoy mantienen en general cordiales relaciones de vecindad, históricamente las crónicas nos hablan de continuos enfrentamientos. Y no podía ser de otra manera. En medio, una raya casi imperceptible, una línea territorial que marcaba el comienzo y el final o viceversa, de dos reinos, Castilla y Aragón, en continua pugna por sus conquistas.
Mucho se ha hablado en el pasado de esta raya fronteriza que cambió la fisonomía de muchos pueblos dotándoles de inexpugnables defensas.
Malanquilla es un pueblo de La Raya y como tal, tuvo y aún tiene varias torres vigías para no dejarse sorprender por el avance de las tropas castellanas que desde Ciria y Borobia pretendían hacer su incursión en suelo aragonés. Vecina de Torrelapaja, constituía el último bastión aragonés por el Valle del Aranda, una ruta cruenta y por donde pasaron reyes y reinas animados por las conquistas.
Fueron 360 años de intrigas, idas y venidas y luchas encarnizadas los que tuvieron que pasar desde que el Batallador reconquistara el territorio hasta la unificación nacional de los Reyes Católicos.