POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Ha cumplido medio siglo el Museo de Semana Santa, ya está dentro de la historia de la ciudad, fruto de la fe, la tenacidad y la constancia de la Junta Pro Semana Santa, y de una meta con dos etapas perfectamente definidas y claras.
La primera etapa fue elevar la categoría de la Semana Santa aumentando el número de cofradías y con ellas los hermanos, enriqueciendo a la vez el patrimonio artístico hasta dejarlo a la altura de las más consideradas, llegando a ocupar un destacado puesto.
Durante décadas creció ese espíritu semanasantero que ha sido elogiado y comentado desde dentro y fuera como ejemplo. La dispersión de los grupos y su categoría pedía a voces un museo que después de muchas dudas, esperas y ayudas por fin llegó con las características propias de lo pobre, pero llegó y se volvió a desatar la necesidad de ampliar aquel espacio vital para aquella hermosa colección de joyas, la más hermosa colección de escenas sobre la Pasión del Señor. Se amplía pero sigue siendo corto y pequeño. Sueñan hermanos y paisanos en ese gran museo de la Semana Santa que se merece como creación, como conjunto y por esa actuación ejemplo y respeto que constituye un auténtico modelo en su género.
Yo recuerdo con enorme respeto a tres hombres que durante varias décadas llevaron con paso firme etapas y situaciones nada fáciles y supieron despejarlas, tres semanasanteros de primerísima categoría fueron para mí Marcelino Pertejo, Dionisio Alba y Ricardo Gómez. Para ellos mi más afectuoso recuerdo junto a la gratitud por su entrega y su labor en una de las obras que más y mejor han representado a nuestra tierra en el ámbito nacional.
Pero con los tiempos las cosas cambian, son los tiempos los que van marcando el ritmo y la velocidad y la Semana Santa ha sufrido esos cambios. Ha surgido ese demoniaco minifundismo cofradiero en vez de luchar en unión por ese soñado museo, necesario e imprescindible para el desarrollo y proyección de la Semana Santa, pero toda la Semana Santa y toda la ciudad tienen una seria responsabilidad muy concreta y definida sobre este tema. Quede claro lo que sobra y lo que hace falta.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/