JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (LAS PALMAS) FUE MAESTRO DE CEREMONIAS DEL ACTO.
El Salón Dorado del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria acogió este viernes el acto de homenaje a Lizardo Martell Cárdenes en el que se anunció la creación de la Cátedra Universitaria Lizardo Martell Cárdenes de Liderazgo Ético impulsada por la Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP) y la Fundación Canarias Living Lab.
La Cátedra Lizardo Martell Cárdenes de Liderazgo Ético, en la que también colabora la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), propone impartir talleres de formación de liderazgo, usando nuevas tecnologías docentes y de aprendizaje, dotar becas y premios para tesis doctores y trabajos fin de títulos y diversas actividades de divulgación relacionadas con el liderazgo con perspectiva humanista y profundidad ética.
Servicio a su tierra
Más de un centenar de personas acudieron al evento en el que el cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet, ejerció de maestro de ceremonias y desglosó la inigualable contribución de Lizardo Martell a la sociedad grancanaria. “Con la perspectiva de sus muchos años de entrega y servicio absoluto a su tierra, a los ámbitos empresariales, universitarios y culturales, se puede afirmar, sin duda alguna, que Lizardo Martell Cárdenes fue un hombre absolutamente clave en el devenir y el progreso de Gran Canaria, y con ella de Canarias en general, en la segunda mitad del siglo XX y comienzo de la actual centuria”.
“Lizardo Martell Cárdenes, que pasó toda su vida con la vista puesta en el progreso del conocimiento, en los saberes como guía y luz de su camino, en la universidad como objetivo inexcusable para el futuro de su tierra, tomó como máxima que aplicó siempre en su vida la de: si realmente quieres aprender, todo el mundo tiene algo que enseñarte”, indicó.
Nobles intenciones
Ángel Tristán Pimienta, presidente del Consejo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, institución que también presidió Lizardo Martell, habló de su tenacidad y realismo (a modo de radar de 360 grados). “Nos dejó varias lecciones que podríamos incluir en el género de autoayuda. La principal desde luego fue su ejemplo y sus consejos, nacidos de la fructífera, pero muy dura a veces, experiencia, transferidos a la sociedad con la más noble de sus intenciones”, narró.
“Fue uno de los componentes más destacados de esa activa e influyente sociedad civil canaria que activó los grandes cambios socieconómicos y culturales de la segunda mitad del siglo XX, que impulsaron a las Islas hacia el futuro: el REF, la Universidad de Las Palmas, la Fundación Universitaria, la Circunvalación, las autopistas… También ‘Vidrieras Canarias’ fue una empresa visionaria, pionera en el reciclaje y en la economía circular”, dijo Tristán Pimienta.
Valores éticos
El vicepresidente de la FULP y rector honorario de la ULPGC, Franscisco Rubio Royo, dividió su discursos en dos esferas, la institucional y la personal, para desglosar su relación con Lizardo Martell, aunque en el fondo no es posible separar ambos ámbitos porque su amistad se fue forjando y cimentando en la común trayectoria universitaria. “Aprendí de él valores éticos, valores sociales, justicia con equidad. Maestro del diálogo y del entendimiento; y de los valores éticos universales. Era el faro que nos guiaba”, dijo.
“En lo personal, hizo posible dos cosas muy importantes en mi vida: cimentar mi conocimiento, relación y cariño permanente con Edu y su familia más próxima. Lizardo plantó la semilla, que fue creciendo hasta hacerse como una sequoia gigante del Parque de Yosemite; y facilitarme una transición al cambio de vida y de época, que significó mi salida del rectorado, una vez terminado mi propósito”, explicó al recordar su impulso para que el Círculo de Empresarios dotara su beca en la Universidad de Vancouver (Canadá).
Referente y modelo
“Lizardo fue, es y será un referente y modelo para seguir; de compromiso, desarrollo personal y profesional y de bien hacer las cosas, contando y respetando a los demás, con justicia y equidad. Fue un adelantado de colaboración público-privada, que ahora tanto enfatiza la UE en su mecanismo de recuperación y resiliencia en tiempos de la Covid-19, y de otros avatares que afectan a la sociedad actual”, dijo Francisco Rubio Royo.
Eduardo William Secin, director de la Fundación Canarias Living Lab, destacó de qué manera el legado de Lizardo Martell es fuente “de conocimiento humanista, filosófico y ético para las nuevas generaciones, del por qué y el para qué en la cultura de los negocios”, aspecto que impregnará la cátedra universitaria que llevará su nombre.
Instrumento vivo
“Por eso creemos que ese conocimiento debemos consolidarlo y transferirlo, y por eso proponemos la creación de la Cátedra Lizardo Martell de Liderazgo Ético. Un instrumento vivo, dinámico, que permita con el paso del tiempo no sólo mantener la memoria viva de Lizardo, sino también transferir sus valores a las nuevas generaciones”, explicó.
Carlos Martell Hernández, hijo de Lizardo Martell, fue el encargado de tomar la palabra en nombre de la familia. Será su hermano Eduardo Martell, quien participe de forma directa en la cátedra que llevará el nombre del empresario, pero cuestiones laborales le impidieron estar presente en el acto, por lo que Carlos leyó una carta que había dejado escrita para este evento. Relató que, al revisar las notas de las memorias de su padre, descubrieron un aspecto personal que les había pasado inadvertido, su contrariedad por lo haber cursado estudios universitarios y que en ocasiones esa circunstancia hacía que considerara de sí mismo que no estaba preparado por lo contar con un título universitario. Entiende su familia que esa fue una de las razones por las que Lizardo Martell dedicara sus esfuerzos a crear “nuestra universidad” para que ninguna otra persona, por razones económicas, no pudiera acceder a la formación universitaria.
Maestro
El presidente de la FULP, Alberto Cabré de León, fue el encargado de cerrar el acto narrando alguna de sus vivencias personales con Lizardo Martell con quien coincidió en distintas etapas de su vida y de quien recuerda “hablar con él como si fuera mi maestro” y especialmente la máxima de que “se triunfa al convencer” y que toda acción debe tener una estrategia.
Cabré destacó que el espíritu de consenso de Martell “no era signo de debilidad” pues se trataba de una persona “de una gran fortaleza mental, con ideas y posiciones muy claras sobre las cosas”, y alabó su amor por la isla de Gran Canaria, el desarrollo social y económico de todas sus gentes.