Desde la ventana de la habitación asignada la veo…. y no me refiero a ese mítico espacio de los aficionados y seguidores del C.D. Eldense, sino a ese topónimo eldense tan sugestivo como sugerente desde el punto de vista medioambiental.
La presencia de lobos en los montes y sierras de Elda y la comarca durante toda la Edad Media y Edad Moderna ha quedado suficientemente atestiguada por la documentación histórica.
El lobo ocupó la cúspide de la pirámide ecológica hasta que fue eliminado por el depredador total: el hombre.
La toponimia se erige quizás en el patrimonio cultural más frágil y por tanto con mayor facilidad de pérdida. La globalización administrativa, el desconocimiento, la falta de sensibilidad hacia este patrimonio, el desconocimiento del término municipal más allá de las calles asfaltadas, el exceso de urbanización del ámbito rural, etc. se convierten en factores destructores.
Cuidemos la toponimia tradicional. Ya hemos perdido muchos topónimos como la Disa, Dos Puentes, el Margen, la Cuesta de la Bodega, Bóveda, etc. Seamos conscientes de la fortuna de tener topónimos como la Lobera, Torreta, Monastil, Bateig, Bolón, Jaud, Carril, Agualejas, Melic, Cámara, Cañadas, Toscana, etc etc son historia viva de nuestro pueblo.
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