POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Diciembre era el décimo de los meses del calendario romano, cuyo año se iniciaba en marzo y -por tanto- finalizaba en febrero.
No sería hasta el siglo II a. C. cuando el Senado Romano decidió cambiar el inicio del año al mes de enero, pero los nombres de los meses se mantuvieron.
De ahí su nombre, derivado del número cardinal “decem”, diez en latín. Los sajones le llamaban “Winter-monath”, es decir, mes de invierno, y también “heligh-monath” o mes santo, al celebrarse Navidad en este mes.
El solsticio de invierno en nuestro Hemisferio Norte tendrá lugar este año el miércoles, día 21 de diciembre, el mismo día del solsticio de verano en el Hemisferio Sur.
Días destacados:
Día 6.-
Festivo en España para conmemorar la celebración del Referéndum Constitucional de 1978, según el cual el pueblo español aprobó por amplia mayoría la Constitución vigente hasta nuestros días.
Festividad de la Inmaculada Concepción.
El papa Pío IX, en una declaración hecha el 8 de diciembre de 1854, proclamó como dogma de fe la tradicional creencia católica de que la Virgen María estuvo libre de pecado desde el primer momento de su concepción, sin mancha alguna de pecado original, una excepcionalidad entre todo el género humano.
Se trata de lo que ahora llaman una elaboración teológica.
El argumento del teólogo medieval franciscano Juan Duns Scotose basaba en: Potuit, decuit, ergo fecit, es decir, Dios pudo (potuit) preservarla del pecado original y como ello era conveniente (decuit) para quien estaba destinada a ser la madre de Jesús, pues así lo hizo (fecit).
No debe confundirse la Inmaculada Concepción con la Virginidad. Y si ambas son elaboraciones teológicas entran, por tanto, en lo que podríamos llamar “dimensiones poéticas”.
En la Virginidad se proclama que María fue virgen antes, durante y después de dar a luz a Jesús, su Hijo primogénito (no sabemos con certeza si también unigénito, pues pudiera ser que hubiese tenido más hijos después).
Los hipocorísticos Conchita y Concha -que celebran su onomástica en este día- tienen su explicación. Como en italiano Concebida se dice Concetta (pronunciado Conchet.ta), pasó al castellano como Conchita; y al considerar a este como un diminutivo, se creó un falso positivo que es Concha, que viene a coincidir con el caparazón de los lamelibranquios, pero que nada tiene que ver etimológicamente.
En el reinado de Carlos III, en 1644, la Inmaculada fue declarada Patrona de España.
Día 10.-
LXXIV aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada en París por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
En esta misma fecha del 10 de diciembre se entregan en la Sala de Conciertos de Estocolmo (Suecia) los Premios Nobel, los más prestigiosos del mundo. Física, Química, Medicina, Economía y Literatura se dan en esa ciudad coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
En la ciudad de Oslo (Noruega) se entregará el Nobel de la Paz, que en este año 2022 le fue concedido al activista político bielorruso Ales Bialiatski.
Día 13.-
Memoria de santa Lucía.Nacida en Siracusa de Sicilia sobre el siglo IV, fue acusada de ser cristiana en tiempos del emperador Diocleciano y -deseando consagrar su vida a Dios-, una piadosa leyenda dice que ella misma se sacó los ojos y se los presentó en una bandeja a su pretendiente pagano, por ser lo que más le gustaba de su persona. Bien es cierto que en la catedral siracusana se insiste en que Lucía murió decapitada y no al perder sus ojos.
Por cierto que Caravaggio pintó un cuadro de la Santa, en la misma Siracusa, y en él aparecía con la cabeza separada del cuerpo. El efecto que produjo fue tan impactante que el mismo pintor vio la necesidad de retocar el cuadro, dejando sólo una especie de corte en la garganta.
El nombre de Lucía contiene la alusión a la Luz de Cristo.
Patrona de los ciegos y de cuantos tienen alguna relación con la oftalmología, su fiesta es muy celebrada en Suecia donde a las niñas se les pone un largo vestido blanco y se les coloca sobre sus cabezas una corona con siete velas, como símbolo de la luz. Ese día comienza oficialmente la Navidad en los países escandinavos.
A la imagen de esta Santa se la suele representar con la palma del martirio en una mano y una bandeja con los ojos en la otra (aunque en su imagen también aparece con ellos).
Sigue siendo habitual escuchar la afirmación según la cual mengua la noche y crece el día a partir de esta fecha del 13 de diciembre. Todos sabemos que el solsticio de invierno en nuestro Hemisferio Norte es el día 21 ó 22 de diciembre, lo que quiere decir que uno de esos días -y los cinco o seis siguientes- son los más cortos del año y -por consiguiente- sus noches son las más largas.
¿Por qué el citado refrán de «por santa Lucía mengua la noche y crece el día» sigue en la mente colectiva?.
Fácil de explicar. Durante la Edad Media -antes de reformarse el calendario Juliano- la fiesta de santa Lucía era el día 23 de diciembre; con la reforma de 1582 esta fiesta pasó a celebrarse diez días antes.
Así podemos afirmar que hasta hace 440 años sí comenzaban a menguar las noches y a crecer los días más o menos a partir de santa Lucía; pero creer que eso ocurre ahora -cada 13 de diciembre- es un error que ya no se puede seguir divulgando.
Por otra parte, puede contribuir a esta confusión el que la gente aprecie que a partir del día 13 sí crecen las tardes, lo cual es cierto, pero aún menguan más las mañanas; lo que hace que -en el cómputo total- los días sigan menguando.
Entre el 13 y el 21 las tardes crecen dos minutos, pero las mañanas menguan cinco.
Ítem más: entre el día 21 de diciembre y el 9 de enero, las tardes habrán crecido quince minutos, pero las mañanas aún menguaron cuatro. Ciencia astronómica pura e irrebatible es que las mañanas no comenzarán a crecer hasta el 10 de enero.
Es indubitable que los días ni crecen ni menguan entre el 20 y el 26 de diciembre, no empezando a crecer realmente hasta el día 27.
Por lo tanto olvidémonos de una vez del refrán que dice: “Por Santa Lucía mengua la noche y crece el día y por Navidad cualquier burro lo verá”.
Si algún lector se queda con dudas sobre las afirmaciones anteriores, puede consultar los datos en el Observatorio Astronómico Nacional.
Día 22.-
Sorteo de la Lotería de Navidad. El día 18 de diciembre de 1812 se celebró el primer sorteo en Cádiz, por lo que en estos días se conmemoran 210 años del mismo.
Este año el sorteo repartirá 2.520 millones de euros en premios.
Día 25.-
Navidad. Desconocemos el día y el mes del nacimiento de Jesús. Incluso hasta la Iglesia ya ha reconocido que hay un desfase en el año en el que se creía que había nacido, puesto que realmente ocurrió entre cuatro y seis años antes.
El error viene desde el año 533, cuando el monje romano Dionisio “el pequeño o exiguo” (más que por su estatura puede que el mote le viniese por su humildad), se propuso calcular los años, -no desde la Fundación de Roma como era costumbre-, sino desde el presunto nacimiento de Cristo.
La época determinable con precisión es, ciertamente, el décimo quinto año del imperio de Tiberio César.
Además, Herodes -rey de los judíos-mandó matar a todos los niños menores de dos años y la muerte de este monarca se sabe ahora que ocurrió cuatro años antes de nacer Jesús, cuando éste tendría algo menos de dos años. Sabemos que se salvó porque sus padres huyeron a Egipto con él.
Como los romanos eran conscientes de que en estos días últimos de diciembre los días comenzaban a crecer, celebraban la fiesta del Deus Sol Invictus (el Invencible Dios Sol); era como si el sol volviese a nacer y -entre el 22 y el 25 de diciembre- tenían lugar las fiestas del “Natalis Solis” o Nacimiento del Sol.
De modo que los cristianos decidieron también instaurar la festividad del nacimiento de Cristo en esos días y -al inicio del siglo IV, aproximadamente-, se fijó la fecha del 25 de diciembre.
Conviene añadir que la Iglesia Ortodoxa -con unos 250 millones de fieles, especialmente en Rusia, Grecia, Rumania, Serbia y Ucrania- celebra la Navidad el día 7 de enero, pues no aceptó la reforma del calendario gregoriano y se sigue rigiendo por el calendario juliano, anterior a 1582.
Tradiciones.-
Como no somos supersticiosos no será imprescindible que salgamos a buscar una rama de muérdago (Viscum album) para que el 2023 nos depare suerte y venturas.
Esa era una costumbre de muchos siglos atrás, cuando el muérdago ya era considerado sagrado por los antiguos druidas.
Les parecía que era un vegetal mágico que no necesitaba la tierra para sobrevivir y su simbología pagana fue casi despreciada por el cristianismo.
Esta planta parásita tiene una querencia destacada por los árboles y arbustos, especialmente por los manzanos, además de robles, álamos, etc.
El historiador romano Plinio cuenta con detalle la ceremonia que tenía lugar en torno al muérdago, con los sacerdotes en procesión hasta el bosque para recoger sus ramas, siguiendo un estricto protocolo.
Símbolo de la Navidad ha sido el acebo, al que debemos proteger de forma especial en estas fechas, cuando todavía quedan desaprensivos que salen al monte en su búsqueda para decorar alguna estancia y, después, deshacerse de él.
Hoy es especie protegida en amplias zonas de varios países europeos.
FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez