EL ATAQUE DE AL-ABBAS EN 1304. II. LOS HECHOS.
Dic 22 2022

POR BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA (ALICANTE)

El 8 de agosto de 1304 en Torrellas se hizo público la Sentencia Arbitral por la cual Castilla y Aragón ponían fin a sus disputas y se repartían el Reino de Murcia.

La tregua con Castilla fue renovada hasta el 29 de septiembre, siendo incluida en la misma Granada. Pero; o bien la corte castellana tardó en notificar esta prórroga a Granada, o bien los granadinos retardaron su consentimiento, lo cierto es que el rey nazarí deseó aprovechar la ocasión para manifestar su fuerza contra la Corona de Aragón. Así planeó una incursión por tierra y por mar.

A finales de agosto de 1304 comenzó el ataque por tierra, con una gran cantidad de jinetes y hombres, entre los cuales se encontraba la tropa de Al-’Abbâs, quien tras abandonar el servicio de Jaume II había ofrecido su ayuda a las tropas de Granada. Este ataque era especialmente peligroso porque Al-’Abbâs conocía el terreno como la palma de su mano y había mantenido conversaciones con los jefes de las aljamas de esta zona.

El 23 o 24 de agosto los jinetes musulmanes pasaron por Murcia y se dirigieron hacia nuestra zona.

El miércoles 26 de agosto asaltaron Bocairent  e hicieron noche en Banyeres con la intención de atacar Xátiva al día siguiente y dirigirse hacia Valencia. Sin embargo un grupo de moros visitó a Al-’Abbâs para informarle de que Cocentaina se encontraba desguarnecida y era una presa fácil.

Entonces Al-’Abbâs decidió cambiar de objetivo cabalgó toda la noche para atacar por sorpresa la población al día siguiente. Roger de Llúria que se encontraba en Cocentaina había decidido tomar algunas medidas defensivas, así situó a vigías en los caminos; tomó como rehenes a los moros puesto que pensaba que la toma de rehenes aseguraría la fidelidad de los musulmanes; sin embargo no fue así, ya que algunos de ellos decidieron abandonar a su suerte a esposas e hijos y unirse a las tropas sarracena e hizo subir al castillo, prácticamente inexpugnable, a las mujeres y niños, dejando la villa en manos de los hombres.

Desde por la mañana y hasta el mediodía los ataques sarracenos se sucedieron siendo contrarrestados por las fuerzas cristianas; pero al mediodía las tropas atacantes se redoblaron haciendo inútil la defensa de la villa, retirándose los cristianos al castillo.

A partir de este momento toda la población de Cocentaina se refugió en el castillo, donde no existían muchas provisiones. Por la mañana del viernes una parte de las tropas musulmanas se dirigió a Alcoy intentando asaltarla, pero tras dos intentos fallidos y tener muchas bajas decidieron regresar a Cocentaina. El resto de las tropas continuaba sitiando la población y su presión  fue tan rigurosa que Roger de Llúria no pudo pedir ayuda a las poblaciones vecinas.

El sábado un gran alhaig sarraceno solicitó la rendición de la población, pero Roger de Llúria se negó prestándose a resistir el ataque final. Este llegó el domingo 30 de agosto, aunque los cristianos consiguieron resistir.

Las tropas de Al-’Abbâs ante las pérdidas sufridas decidieron replegarse el día 31 y atacar de nuevo Alcoy. Según Maria Teresa Ferrer [2002:71]  “Cremaren els murs el castell de dalt a baix, però el de la vila es defensaren bé i en mataren un centenar. Ells tingueren dues baixes i alguns ferits que podien guarir-se«.

Según Josep Torró [1991: 97-99], Alcoy fue atacada pero el núcleo urbano intramuro no fue tomado al asalto: “Un document de 27 de setembre de 1304 fa una certa distitnció en parlar de l’obsidioni et destruccioni loci de Cocentayna et expugnacioni loci de Alcoy”. Açò pot indicar  que el nucli urbà intramur no seria barrejat o pres a l’assalt de forma completa: expugnare pot significar tant “prendre per assalt” com “violentar”.

En un artículo posterior Josep Torró [1995:101] opina que el ataque musulmán se centró en la parte sudoccidental del perímetro defensivo.

Penáguila fue asaltada y destruida.

La vecina ciudad de Cocentaina fue la que sufrió la ira de las tropas sarracenas. Durante tres días fue sitiada, posteriormente ocupada y quemada. El padre L. Fullana [1920:95] ya documentó esta destrucción mediante un documento de 1312 en que se otorga una franquicia para reconstruir las murallas de la villa y mediante otro de 1315 sobre la concesión de la escribanía de la Corte a favor de Domingo Cepillo, porque el original se había perdido durante “in combustione seu invassione loci predicti de Cocentaina facta per sarracenos regis Granate”.

Josep Torró [2004: 182]  también ha documentado la destrucción de inmuebles en Cocentaina, “com ara quan el bisbe de València reconeix, en 1316, que el canonge Guillem de Vallverd-un terratinent posseïdor d’heretats a Muro- s’ha de gastar molts diners reparant i reconstruint les cases que acaba de comprar a Cocentaina, les quals havien estat destruïdes i cremades pels genets musulmans eo tempore quo ipsi invaserunt et toaliter destruxerunt dictam villam Concentaine .”

El historiador Carmel Ferragud [2003: 84-85], aunque reconoce que en el archivo de Cocentaina se conservan pocos datos directos, sí que constata la invasión con documentos como el siguiente: “El mes de novembre, després de l’atac Martí García lliurà un celler a Fores Martí “e el vi que estava a lur rech e a lur ventura selum que si lo dit vi perdia tot o partida per guerra de sarraïns, d’ací a  Nadal…no pendria en son conte aytant com se perdia”. También atestigua la perdida de vidas humanas: “També coneixem la mort de Llop Eixegues en “l’entrada e esvasió de Cocentayna la qual feeren los ginets de la vila de Cocentayna en lo mes de setembre passat”.

Las tropas granadinas se retirarían hacia el dos de septiembre; ya que por una carta del procurador general del Regne de València, Bertrán de Canelles, al rey Jaume II sabemos que el día dos de septiembre se encontraban ya en Xixona:

“A la vostra senyoria, senyor fas saber que·l primer dimecres de setembre partí la host dels sarrahins d’Alcoy e anaren-se·n a Sexona e no·s hi atendaren ni combateren lo castell ni la vila, mas passaren tota la nit, e·l digous foren en la orta d’Alacant e estegren-hi el divendres tot día e no·y combateren, e·l dissapte anaren-se·n a Eltx…” [María Teresa FERRER 1988: 233].

Sin embargo, María Teresa Ferrer i Mallol [2002: 133] cree que existe una contradicción entre esta carta del 10 de septiembre y otra anterior del día 8 del mismo protagonista, pues en esta última dice que según la información recibida de un judío de Elche: “els genets havien perdut dos homes a Xixona i també hi tingueren ferits”.

Las tropas granadinas se retiraron hacia sus posesiones a través del valle de Xixona, a pesar de que hicieron noche en nuestra zona no atacaron el castillo; ya sea porque al no existir población musulmana; pues fue expulsada como consecuencia de la sublevación musulmana de 1264-1266 y la repoblación posterior cristiana, Al-‘Abbâs no tenía la información precisa sobre los puntos débiles de las murallas; o porque la población estaba protegida por un contingente armado, que aunque no muy numerosos sí que estaba avezado en las lides militares , o porque su intención era más bien retirarse rápidamente ante la inminente llegada de las tropas reales aragonesas.

Desde Xixona pasaron a Alicante donde incendiaron la huerta, sin acercarse por supuesto al castillo y se retiraron hacia Elche; aunque allí no causaron grandes males.

Nada más llegar la noticia de la incursión a la corte Jaume II se dirige desde el monasterio de Santes Creus hacia Valencia, convoca a las tropas y protesta  enérgicamente al rey de Castilla por lo que él consideraba una ruptura de la tregua ordenandole que obligara al rey de Granada a retirar las tropas  de sus dominios y a reparar los daños. Así el 1 de septiembre ordenó al noble Jaume de Xèrica que fuera al reino de Valencia con sus tropas para contener el ataque musulmán.

Las tropas musulmanas confiaban en un ataque conjunto de sus huestes terrestres y de la armada para sembrar el caos y el horror. Sin embargo, la marina falló. Debido al mal tiempo la flota llegó tarde a la costa. El día seis de septiembre se presentaron en Denia cuando el ejército terrestre se había retirado y debería estar cerca de Orihuela. Entonces en vez de atacar Denia asaltaron el valle de Jávea. Hacia Denia ya se había dirigido rápidamente el procurador general del regne de Valencia, Bertrán de Canelles, con sus tropas.

El 9 de septiembre ante la noticia de que ya se había presentado la flota granadina el rey encargó a Roger de Llúria y a Bertrán de Canelles el armamento de una pequeña flotilla para repeler el ataque.

El 10 de septiembre el procurador general del Reino de Valencia, Bertrán de Canelles, informó al rey de la retirada de las tropas, tanto terrestres como marítimas, granadinas.

Las huestes granadinas consiguieron en esta incursión además de sembrar el horror y el miedo y demostrar que podían en cualquier momento atacar las tierras meridionales del reino de Valencia con casi total impunidad, un gran botín formado casi íntegramente por ganado y la huida de un gran número de musulmanes.

Josep Torró [2004:182] comenta que la alquería alcoyana d’Uixola se quedó completamente despoblada. Ahora es cuando se comprenden las reuniones entre los dirigentes de las aljamas locales con Al-‘Abbâs en Xátiva y el inusual movimiento de venta de tierras y propiedades sucedido en la primavera de 1304. La decisión de marchar había sido tomada en un momento de exaltación religiosa y teniendo la convicción de que su situación económica y quizás social mejoraría en la tierra de sus paisanos. Sin embargo, rápidamente chocaron con la dura realidad, ya que muchos de ellos no se adaptaron a su nueva vida en  el reino de Granada, donde no fueron recibidos como habían soñado.

A finales de octubre ya se constata el primer retorno de los huidos. Al volver se darán cuenta que sus propiedades o han sido requisadas por el Rey o por sus señores o han sido asaltadas y saqueadas y que muchos de ellos serán vendidos como esclavos cuando sean capturados. Es decir, los que huyeron se encontraron con una difícil situación, por un lado, no fueron recibidos con los brazos abiertos, como el hijo pródigo que regresa a casa, en Granada y por otro, no podían regresar.

Una vez el peligro había pasado, Jaume II se propuso aclarar la verdadera situación política. El 18 de septiembre solicita al rey de Castilla que le confirme si el rey de Granada ha entrado en la tregua o no y al mismo tiempo pide a éste que le notifique su posición. En ese momento la situación era más bien confusa; a ello también contribuyó que los musulmanes residentes en el reino de Valencia tenían la convicción de que los jinetes sarracenos volverían tan pronto como pudieran poner a salvo el botín.

A primeros de octubre los espías habían observado una concentración de tropas en la frontera en Vélez, Baza y Purchena esperando que pasaran cinco o seis días para realizar una nueva incursión. Curiosamente uno de estos espías es un antepasado nuestro.  El 4 de octubre desde Alzira Gil Eiximenis Romeu traslada a Roger de Llúria una carta que ha recibido del procurador del reino de Valencia, Bertran de Canelles, que contiene otra de un espía enviado por el adalil Llop Ortiz al reino de Murcia para que recabara noticias de la situación de los jinetes granadinos. Estas noticias le fueron proporcionadas por el procurador del Reino de Murcia, Pere de Montagut.

“Fem-vos saber que nós havem reebuda una letra de la una de les espies que nós teníem al regne de Murcia, la tenor de al qual és aytal:

“Al hondrado don Bertran de [Canelles],  procurador del regno de Valencia por lo seynor rey, jo Pero [……] de Sexona me comando en la vuestra gracia com a aquell a qui é en voluntat de servir.

Fago vos a saber que por lo que me dixo de la vuestra part l’adalil Lop Ortiz, fu jo en Murcia por saber nueva e ardit de los ginetes e fuy de voluntat de plegar a Lorqua e a Bulas por saber cierto ardit. Et don Pero de Montagut sopo como [jo] era ido por est ardit a ssaber e fízome delant sí venir e demandóme d’est fetxo e díxoli de la vuestra part como vos m’enviavades a tierras de Murcia por saber ardit cierto de los genetes e ells díxome que no me calir ir más adelant por esta razón, que ell sabía por cierto que los genetes son en los Véliçes e en Baçta e en Porchena e que esperaven que fos firmada la luna de V ho de Vi dies e logo que s’aguissaven d’entrar, e encara me dixo que ell tenía sus barruntas ciertas con ellos missmos en tierra de moros a dos partes, por razón de la mar e de la tierra, e jo seyendo con eyll vinieron las barruntas de los genetes no eran encara venidas, mas oy, que es día sábado, deven seer con don Pero de Muntagut e ell prometióme que encontinent que fosen venidas con todo l’ardit que las barruntas trayesen m’en enviaría su [….], jo que lo certificase a vós e así mandóme venir e jo [….] I homne mío com ell qui me traya su carta, por que vos fago saber que, encontinent que jo aia la carta de don Pero de Montagut, seré jo con vos donqiere que vos seades con todo ardit cierto.

Data Sexona, die sabado V nonas octobris…”[María Teresa Ferrer 1988: 235-6].

Estas noticias obligaron a las tropas a mantenerse en alerta; pero no se convocó al ejército para no ocasionar gastos innecesarios. En junio de 1305 se produjo una nueva situación de alarma debido a una serie de rumores que fueron infundados. Desde mediados de junio y hasta 1307 se mantuvo una situación de calma. (Continuará…)

BIBLIOGRAFÍA:

BAÑÓ ARMIÑANA, Ricard, Al Azraq y Alcoy, Mariola edicions S.L., Alcoi, 2003, 111 pp.

-“SantJordi i Alcoi: la veritat històrica” (Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoi), Las Provincias 21-4-2005, Alicante, 2005, p. 25.

FERRAGUD DOMINGO, Carmel, El naixement d’una vila rural valenciana. Cocentaina, 1245-1304, Universitat de València, València, 2003, 252 pp.

FERRER I MALLOL, Mª Teresa, La frontera amb l’Islam en el segle XIV. Cristians i sarraïns al País Valencià, Barcelona, 1988

-“La incursió de l’exèrcit de Granada de 1304 pel Regne de València i l’atac a Cocentaina”, Alberri nº15, Centre d’Estudis Contestans, Cocentaina, 2002, pp 53-150.

FULLANA MIRA, Luís, Historia de la villa  y condado de Cocentaina, Valencia, 1920, 527 pp

GARRIGÓS SIRVENT, Bernardo, «El Tratado de Torellas cumple 700 años», Programa de Festes d’Hivern, Asociación Cultural y Festera de Heladores, Jijona, 2005, 97-103.

TORRÓ, Josep, “L’atac granadí de 1304 i els orígens de la devoció a Sant Jordi en Alcoi”, Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, 1991, 97-99.

– La formació d’un espai feudal.Alcoi de 1245 a 1305. Diputació de València, València, 1992,265p.

-“La Pobla Nova de Sant Jordi. Parcel·lació medieval de l’espai urbà”, Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, 1995, 101-103.

-“Terra de frontera, terra d’almogàvers”, Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, pp. 95-96

-“Els origens del cult a Sant Jordi A Alcoi i Elx: les incursions granadines d’Al-Abbas (1304) i Ridwan (1332)”, Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, 1998, 68-69.

-“La Torre “Na Valora”, Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, 2002, 142-143.

-“Un apóstata a la companyia d’Al-‘Abbâs, any 1304”, Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, 2004, 182-183.

-“El portal de Riquer” Revista de Festes de Moros i Cristians, Associació de Sant Jordi, Alcoi, 2005, 143-144.

FUENTE: https://bgarrigos07.wordpress.com/2022/02/17/el-ataque-de-al-abbas-en-1304-ii-los-hechos/ 

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