POR MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER (ALICANTE)
El nombre de Bassa Perico nos evoca tiempos pasados. Esta balsa fue también conocida, aunque en menor medida, como la de los Cuatro Caminos en referencia al lugar donde se ubicó en el confluían la huerta que llegaba a la Casa Cortés, Salinetes, la Almafrá Baja y el casco urbano de Petrer. Antes, cuando la balsa tenía agua era punto de reunión de los regantes de la huerta. Bajo los plataneros los regantes cambiaban “les paraes”, esperaban “la tanda” o se fumaban algún que otro cigarro. Estaba ubicada en lo que hoy es parte del Colegio 9 d’Octubre y hasta los años 70 del pasado siglo este lugar constituyó un punto de encuentro de la gente de Petrer.
La balsa debe su nombre a Pedro García Hernández, el tío Perico Tres y Pinta, natural de Villena, fue un hombre recto que vivió en la parte central de la calle Pedro Requena. En un principio regentó el casino de la plaça de Dalt pero después se puso al frente del que estaba justo enfrente de su vivienda, en los bajos de la casa propiedad de D. Enrique Amat Pérez que se construyó en el actual n.º 10 de dicha calle en 1920. Este casino, a partir de 1931, pasó a denominarse Café de la República y allí estuvo la redacción del semanario republicano Polémica. Al margen de su trabajo en el bar, Perico también actuaba como croupier en el casino del balneario de la vecina localidad de Novelda.
Pero hablemos del porqué de esta balsa y de la persona a la que debe su nombre. Gracias a la historiadora Concha Navarro Poveda conocemos con todo lujo de detalles su historia que tantos y tan buenos recuerdos nos trae a la memoria. En las primeras décadas del siglo XX, la villa de Petrer padeció una fuerte sequía, cuya consecuencia fue la disminución del agua de la mina de Puça, agravándose la situación de los agricultores, que veían disminuir sus posibilidades de riego. Este hecho motivó que 19 vecinos, casi todos ellos propietarios de tierras, constituyeran una sociedad, titulada Sociedad de los Cuatro Caminos, con la finalidad de construir una balsa para el riego aprovechando el paso por la población del Canal Belga que conducía el agua de la colonia de Santa Eulalia a la ciudad de Alicante.
Esta sociedad se constituyó en noviembre de 1917, en el salón del Café Industrial (años más tarde sería El Terròs) regentado por Perico, situado en la plaça de Dalt, teniendo como finalidad la construcción de una balsa en la partida de los Cuatro Caminos, en los terrenos propiedad de Luis Rico Maestre. Se nombró presidente al asociado de más edad, Francisco Navarro Brotons, tesorero a Ricardo Rico y secretario a Luis Guillén Amat; Francisco Antonio García y Pedro García formaron la comisión que fijaba las condiciones de las obras y la dirección de la misma.
Fue un 27 de diciembre de 1917, tal día como hoy de hace ahora 105 años, cuando fue nombrado por unanimidad presidente de la sociedad Pedro García Hernández Perico por renuncia de Francisco Navarro. Perico, como presidente y más tarde como director gerente. Fue uno de los socios que más empeño puso en la construcción de la balsa, no en vano ha sido siempre conocida como la Bassa Perico.
La obra se hizo a través de dos procedimientos, uno por subasta (excavación, extracción de tierra, acarreo de piedra, arena, etc.) y por administración el resto. La sociedad cesó sus actividades durante más de un año y el 19 de abril de 1919 se volvieron a reunir en el Café Industrial sus miembros, bajo la presidencia del tío Perico, y en septiembre de ese mismo año, las obras estaban muy avanzadas, pero con el centenar de socios que había no se recaudaba lo suficiente para pagar las 3.500 ptas. que costaban la terminación de las paredes, colocación de la paleta y del alambrado, por lo que se acordó que serían los socios Pedro García Hernández, Vicente Castillo y Antonio García, quienes darían las 3.500 ptas. a un interés del 6% anual, a pagar en tres años por la sociedad. A partir de los años veinte, una vez aprobado el reglamento interno de la sociedad, hecho el contrato con la Compañía Belga para la compra de agua y nombrado un repartidor de la misma, se inició el riego con el agua de la balsa y su venta a la comunidad de regantes de Petrer, pues la sociedad tenía preferencia de compra con relación a los demás agricultores. En un principio los regantes se reunían en el café La Paz para acordar los turnos de riego, costándoles el agua a 5 ó 7 cts. en invierno y a 9 ó 10 en verano, precio que fue subiendo progresivamente hasta llegar a costar 4 ó 5 ptas. el m³. El agua, una vez que salía de la bassa Perico, tenía que correr por las acequias de la comunidad de regantes, de ahí que estos estipulasen un canon de 20 cts. por m³ de agua que se añadía al precio estipulado, el importe de este recargo era entregado periódicamente por la compañía de la balsa a la comunidad. La Bassa Perico tenía una capacidad de 1.200 m³, se solía llenar por la noche para regar al día siguiente, los agricultores tenían que pedir el agua al guarda que, a su vez, la pedía a Alicante, ya que no podía abrir la paleta hasta que no recibía la orden de la compañía, pues el agua del canal cubría parte de las necesidades de Alicante, daba agua a las casas de Petrer desde la calle Elche, así como también vendía una cantidad anual a Novelda fijada por contrato, a diferencia de Petrer, cuyos agricultores sólo la solicitaban en verano, en época de sequía o cuando la Bassa Fonda no tenía agua para cubrir sus necesidades. Por otro lado, la Bassa Perico fue lugar de cita para algunos esporádicos bañistas que querían refrescarse ante el agobiante calor veraniego. Con la aparición de agua en el pozo del Esquinal, la comunidad de regantes vio cubiertas sus necesidades, por lo que las peticiones de agua de la balsa fueron cada vez menores o casi nulas, de ahí que se decidió limpiar la balsa y la paleta, sin sospechar que ello iba a ser la causa de su abandono definitivo. En 1981 hubo una gran sequía y los responsables de cuidarla aprovecharon para limpiarla, pero los gamberros de turno lanzaron una piedra gruesa que la rajó, fue llenada, pero a causa de esta rotura perdía 25 metros de agua diarios.
La expansión del pueblo llevó a la desaparición de la bassa Perico. En mayo de 1982 ya no tenía, agua y fue en el año 2000, con motivo del plan parcial que lleva el nombre de la balsa y la urbanización de esta zona, fue cuando la vieja balsa del tío Perico fue destruida para siempre, quedando sólo en el recuerdo de los petrerenses.
Desde el 31 de mayo de 1979, tras la entrada de los ayuntamientos democráticos, esta balsa da nombre a una avenida en Petrer que con anterioridad se denominó avenida de Novelda, en referencia al camino que conducía a la vecina población, y desde 1974 avenida del Almirante Carrero Blanco.